Días de chica |
No puedo pensar en un buen chiste acerca de la advertencia de derechos... Ey, ¡Justamente éste es uno!)
--¡Pantalones! Ranma y Akane volvían de un viaje corto al mercado, donde Kasumi les había enviado para traer algunos artículos para el viaje de mañana a la playa. Akane se acercó furtivamente a lo largo de la acera, mirando ceñuda, mientras Ranma bailaba a lo largo del borde del cerco. --¡Amo los pantalones! --gritaba la chica pelirroja. En este momento ella vestía unos sencillos pantalones verdes y una blusa amarilla, lo que le permitía hacer algo que hacía tiempo echaba de menos... Caminar por el borde del cerco, sin preocuparse porque algún chico, de los de la infinidad de hormona-dependientes del barrio, intentara echar una mirada furtiva bajo su falda. No es que eso le importara tanto a Ranma, quien estaba desarrollando lo que su madre definía como un "sentido apropiado de modestia femenina", sino porque, si Nodoka había dicho que eso era importante, entonces sí lo era. --¡Presumido! --gruño Akane. --Hey, ¡deberías probar algún día Akane! ¡Es divertido, y sirve para practicar tu sentido del equilibrio! Como tu nuevo sensei, lo recomiendo. --Con esta falda no, gracias --replicó la renuente prometida --. Al contrario de otras chicas, tengo un Apropiado Sentido... --...de Modestia Femenina. Sí. Lo sé. Entonces, la próxima semana, vas a ponerte uno de tus overoles o algo así, y empezaremos tu práctica de equilibrio. Akane hizo una mueca. Sabía que Ranma sabía exactamente lo que quería decir. Ranma se tomaba el asunto del sensei muy en serio, para su sorpresa (y frecuente incomodidad). Incluso exigió que Akane se refiriera a ella como sensei durante los entrenamientos formales. Y, para mayor sorpresa, Ranma era en verdad bueno en eso. Usando una mezcla de métodos que había aprendido de varios maestros a lo largo de su prolongado viaje de entrenamiento con Genma (y evitando la mayoría de los que él le enseñara, sólo para estar seguro), Akane estaba mejorando lenta pero constantemente en sus prácticas regulares con Ranma. --Bien, así sea... la próxima semana, ¿ya? Primero pasemos el fin de semana en la playa. --¡Sip! ¡Lo sé! ¡Agua fría por toneladas y sin tener que preocuparse de ella! ¡Es un valor agregado para este asunto de los días de chica! Dos semanas. ¿Tanto tiempo había pasado desde el inicio de este proyecto llamado "días de chica"? ¿Desde que Nodoka Saotome había llegado a la conclusión de que su hijo era tanto hombre como mujer y que, por tanto, necesitaba entrenar su aspecto femenino? ¿Aún sí sólo lograra llegar a ser algo así como una marimacho? Sí. Y Nodoka estaba satisfecha con el progreso de su "hija". Estaba aprendiendo a ser, si no una dama, por lo menos una chica bien educada cuando fuera necesario. Se sentía cada vez más reconciliada con su aspecto femenino. Ya no despreciaba a su cuerpo... aunque tampoco le gustara tanto. Además, sus miedos de estar realmente "volviéndose una chica", parecían ahora infundados. En realidad, se sentía un poco diferente... una sensación que no podía explicar con palabras... pero ciertamente no se encontraba leyendo mangas para chicas, o coqueteando a los chicos guapos. Todavía era Ranma. También esperaba el viaje ¡Sol y diversión y helados de crema y juego de sandías y, sobre todo, ninguna rareza! Sólo pretendería ser una chica ordinaria, se relajaría y molestaría al panda. (Genma aún estaba muy molesto por la negación de Nodoka y Cologne de permitirle usar el suministro de jabón de belleza impermeable de Ranma). ¡Sólo diversión! ¡Simple y pura diversión! ¿Qué podía salir mal? Hay una teoría llamada "sincronicidad". Parece ser, a juicio del escritor, que Carl Jung fue el primero que la planteó. Esta teoría afirma que "las coincidencias realmente extrañas no son realmente coincidencias". Sí, suena raro, pero de eso se trata. Mucho de la vida de Ranma esta definitivamente gobernado por la sincronicidad. Cierta cocinera de okonomiyaki descubre que su parrilla esta defectuosa, y que, además, no podrá ser arreglada hasta el lunes. Oh, bien... hace mucho tiempo que no tiene un fin de semana libre. Ciertamente encontrará algo que hacer... Hum. La playa parece una buena idea... Cologne, la matriarca amazona dueña de un restaurante, está en estos momentos muy complacida con Shampoo e incluso con Mousse, por sus sorprendentes esfuerzos para mantener el negocio seguro hace unos días. Por razones que dudaba que algún día fuera a entender, un Kuno rabioso había perseguido a un aterrorizado Tsubasa por todo el restaurante, gritando incoherencias y cosas sin sentido sobre demonios y brujos, acusando al transformista de ser, al parecer, una lavadora o un Saotome. Afortunadamente, esa vez Mousse tenía puestos sus lentes, así que, en lugar de confundir a Tsubasa con Shampoo, encaró a los dos combatientes (bueno, a un combatiente y una víctima ferozmente evasiva), y los sacó fuera del restaurante con un mínimo de daño, mientras Shampoo defendía el mobiliario y la vajilla. "¿Por qué no anunciar un picnic de la compañía a la playa como premio?", piensa Cologne, y decide, finalmente, que incluso las amazonas necesitan un descanso de vez en cuando... Kodachi esta regodeándose con su nuevo traje de baño. No sólo refuerza su increíble belleza a una altura infinita, sino que, gracias a él, seguramente al fin ganará el corazón (o por lo menos algún órgano) de su amado Ranma-sama... cuando regrese. Pero semejante cosa debe ser probada en terreno, por lo que decide que un viaje a la playa es lo adecuado. Hum... su hermano está actuando aún más erráticamente que lo usual. ¿Por qué ese necio parece creer ahora que el patético travestido de Tsubasa es en realidad Ranma-sama disfrazado? Mejor sacarlo fuera algún tiempo, para que su afiebrado cerebro pueda descansar. No es que ella realmente esté preocupada (mucho), pero se supone que es la clase de cosas que una buena hermana debe de hacer... Un extraviado (como de costumbre) Ryoga no tiene ningún deseo real de ir a la playa. Pero el destino y su sentido patéticamente malo de la dirección (es un hecho conocido que ha sido la causa del mal funcionamiento de varios dispositivos de posicionamiento global, por el mero hecho de haberse acercado a menos de diez metros de ellos) han decidido otra cosa. Y, a diferencia de los otros personajes embrujados de esta historia, no posee ningún jabón impermeable. Pobre Ryoga. Enviado por el frío capricho de un destino cruel hacia una de las más grandes fuentes de agua fría en el planeta. ¿Acaso es que nada le puede salir bien...? Y hay alguien más pensando en la playa. Pero no debido a las olas y el sol... No... exactamente... El caos no necesita recetas. Pero, si acaso las requiriera, toda la lista de ingredientes ya está en su lugar. El viaje del tren a la playa fue sin incidentes. Bueno, casi. Akane sólo tuvo que empujar a dos pervertidos que intentaron seducirla en la estación. Ranma sólo tuvo que empujar a tres. Ninguno intentó acercarse a Kasumi, quizá porque ella parecía demasiado pura. Lo mismo con Nabiki, quien parecía muy intimidante. Y, dado que ese día no se informó del hallazgo de ningún cuerpo acuchillado con un objeto afilado, podemos presumir que ninguno se atrevió a seducir a Nodoka. El grupo familiar tomó sus asientos en el tren. Akane y Ranma en uno, Kasumi y Nodoka en otro, Soun y Nabiki en el tercero, y el panda en el último, mientras gruñía amargado por causa de ciertos chicuelos y sus flamantes rifles de agua SuperSoaker 3000. (Por alguna razón, la gente era renuente a compartir su asiento con un panda). En otro carro, Ukyo se relajaba con Konatsu, leyendo un ejemplar de la revista quincenal del club del Okonomiyaki. En otro más, Ryoga Hibiki intentaba deducir cómo había ido a parar dentro de un tren, adónde iba ese tren y dónde estaba ahora. En otro, Shampoo iba sentada junto a su bisabuela, y, ocasionalmente, le sacaba la lengua a Mousse, que seguía enfurruñado porque, en lugar de ir sentado a su lado, iba junto a una muchacha de risita tonta, que había empezado a llamar a sus lentes "Antoine". Los Kuno tomaron un automóvil privado a la playa. Es bueno ser rico. Y entremedio del equipaje del automóvil... Sentado y expectante. ¡Imagina...! Toda esa piel femenina expuesta... Todos esos bikinis, trajes, tangas, v-kinis, cordones, correas y los nuevos y fascinantes conceptos en los que la industria de la moda había pensado últimamente... Para no mencionar que, en los varias cabañas alrededor de la playa, habría inmensas cantidades de bragas, sostenes, medias y otras cosas que sólo aguardaban sus caricias. Se preguntaba por qué las muchachas se enfadaban tanto con él. ¿Qué había de malo en que un viejo le dé un abrazo inocente a una jovencita? ¿O que la tocara? ¿O que le hiciera cariño? ¿O...? No. Contrólate. Haz como el chico. ¡Alma de hielo! No quieres ser descubierto aquí. Espera a la playa. La playa, con todos esos cuerpos jóvenes, y sus pieles de seda, y los caminos ilimitados a la diversión. Lo mejor de todo era que la playa no era Nerima. Así que, esta vez, no habrían tramposos Ranmas o molestas Colognes o ninguno del resto que pudiera interrumpir la inocente diversión de un viejo en sus últimos años de vida. Así, Happosai esperó pacientemente los placeres por venir. Uno pensaría que cada uno de los grupos advertiría a los otros al bajar del tren. Error. De algún modo todos llegaron a sus respectivos hoteles, cabañas o, en el caso de Happosai, cavernas (ya estaba acostumbrado a ellas, y además, eran económicas), sin ser advertido por los otros. La mayoría, tranquilamente. Los Tendo-Saotome, sin embargo... --¡Mamá, estás bromeando! --Honestamente, Ranma. Es un arreglo perfectamente normal. Su padre, el señor Tendo, y yo tomaremos una cabaña, mientras ustedes, chicas, tomarán la otra. --¡Pero yo no soy realmente una chica! ¡No me puedo desvestir en frente de ellas! --protestó Ranma. --¡Y yo no pienso cambiarme delante de este pervertido! --gruñó Akane. --A mi tampoco me hace feliz eso --agregó Nabiki. --Oh, Dios mío... --suspiró Kasumi. --Mi decisión esta hecha. ¡Recuerden! Ranma, en este momento es una chica, y lo seguirá siendo las próximas seis semanas. Puesto que tendrá que pasar al menos un mes cambiándose en el camarín de las chicas cuando empiecen las clases (múltiples muecas de dolor), éste será un buen entrenamiento para todas. Si las miradas mataran, Nodoka habría salido en un caja de insecticida. Por lo tanto, las tres muchachas y la chica en entrenamiento entraron a su cabaña. --Si te atreves a echarme un solo vistazo... --Como si quisiera. Tu tampoco me espíes. --¿¡Qué!? --Lo que dije. --¿¡Por qué querría yo espiarte a ti!? --Bueno, Shampoo piensa que tu eres... --¡Ranmaaaaaa! --¡Ya! ¡Ya! Rayos. ¿No puedes aceptar ningún chiste? --No es divertido... --y entonces Akane se dio cuenta que Nabiki rodaba riendo por el suelo--. Bueno, yo no creo que sea divertido. ¡Humpf! --¡Eso es porque tienes el sentido del humor de un ladrillo, hermanita! --replicó Nabiki desde el suelo. Kasumi sólo pestañeó. Se encogió de hombros. Y empezó a desnudarse. Ranma casi se trepó a la pared. --¿¡¿Q-qué estás haciendo, Kasumi?!? --Cambiándome para cenar. Vamos a salir esta noche y debemos ir elegantes. ¿Por qué? --Pero... ¡Pero no enfrente mío!. Quiero decir... --Como tu madre dijo, todas somos chicas, ¿cierto? Honestamente, Ranma, Akane, no veo por qué están tan agitadas. Ustedes dos ya se han visto desnudas antes. Así que no hay nada que no hayan visto. Y Ranma es un perfecto caballero, cuando no es una dama. Y también en materias como éstas. Kasumi empezó a sacarse su falda y blusa, las dobló con pulcritud, escogió un conservador vestido gris y azul, y empezó a vestirse de nuevo. Ranma y Akane se miraron por un momento. Cada uno con el mismo pensamiento: "Si Kasumi puede ser indiferente con esto, también yo puedo." La primera competencia de Puedes-Sacarte-La-Ropa-Y-Mantenerte-Indiferente se inició. Y Nabiki deseó fervientemente saber quién hacía desaparecer todos sus rollos fotográficos. Ranma y Akane se desvistieron cuidadosamente, mirándose fijamente a los ojos, rehusando a ceder un centímetro... o a ruborizarse. ¡Almas de hielo! De hecho... la temperatura del cuarto bajo casi 10 grados. Finalmente las dos quedaron vestidas con sus frecuentemente mencionados inmencionables. Y todavía mirándose fijo. --Bien. Supongo que esto no cuenta como espiar. --Nop. Como lo dije, no me interesa espiarte. O a cualquier otra. Akane no podía decidir si estar molesta o contenta. Negarse a espiarla significaba que no era un pervertido. Eso era bueno. Rehusarse a espiarla le hacía pensar en los términos fea, poco sexy, y otros semejantes... Eso era malo. Además, la súbita calma de Ranma era... perturbadora. Así que Akane sólo se paró allí en sostén y bragas y mantuvo su mirada fija en los ojos de Ranma. Ranma se estaba sintiendo realmente raro. Akane era bonita, en cierto modo, casi sexy, pero eso no importaba. Ella, técnicamente, sólo era otra chica. A diferencia de otros chicos de su edad, Ranma estaba muy familiarizado con el cuerpo femenino, estuviera vestido o desvestido. De algún modo no le afectaba de la manera en que habría afectado a, digamos, Daisuke, o Hiroshi, o Kuno, o Ryoga (especialmente Ryoga). Para ella era una cuestión de pudor. Y ahora mismo, de algún modo, sentía vergüenza. Eso era lo turbador. Así que Ranma sólo se paró allí en sostén y bragas y mantuvo su mirada fija en los ojos de Akane. --¿Se van a quedar así para siempre o van a vestirse? --preguntó una divertida Nabiki. Una pausa. Una larga pausa. El silencio fue roto por Akane, que dijo, en un tono realmente sincero. --Lindo sostén. Ranma parpadeó --Bueno, es uno de los días más femeninos de mamá, así que no puedo usar los sencillos. Por cierto, no conocía tus bragas de Sailor Moon. Akane replicó. --Es mi programa favorito. Me gustan las bragas estampadas. --Prefiero los de un solo color. Creo que es una cuestión de gustos. --Si ya han terminado de discutir los méritos de la ropa interior estampada, Señorita Bragas Sailor Moon, y Señorita Sostén de Lazo Negro, deberían vestirse, --dijo Nabiki sonriendo. Entonces se dieron cuenta... habían estado todo ese tiempo enfrentadas, bueno, no desnudas, pero bastante cerca de estarlo, y habían sido... civilizadas acerca de eso. Akane enrojeció y fue hacia su bolso. Ranma se quedó allí, por unos momentos, con su pequeño sostén de lazo negro y bragas (si, hacían juego), enrojeciendo aún más que Akane, y se acercó al suyo. En un momento, Akane vestía una falda amarilla y una blusa rosa, mientras Ranma lucía una falda azul hasta la rodilla (una de la clase luchadora, por cierto), y una polera negra con lazos. Nabiki sonreía. Sólo después de que ellos salieron de la cabaña, se vistió. Y, para su mortificación, Nodoka la reprendió suavemente por llegar atrasada. Así se conservaba el equilibrio de la justicia. --¿Qué es comida italiana? --Comida de Italia, por supuesto, Ranma --respondió Akane. --Si prestaras más atención en la clase de Geografía, o en cualquiera, serías capaz de... --Sé lo que es. --interrumpió Ranma molesta --. Lo que quería decir es que cómo era. Akane empezó a responder y se detuvo. Comprendió de pronto que, en realidad, no sabía la respuesta. --Principalmente pasta y salsas, querida --intercedió Nodoka. --Oh. ¿Qué es pasta? --Ah. Tallarines de muchas formas y tamaños. Ranma pensó, cuidadosamente. --¿Entonces, es una especie de ramen? Nodoka sonrió. --No, no es ningún ramen. Aunque algunos platos italianos son un poco similares. Ya lo verás. --Bien... El restaurante, a pesar que no era del tipo cuatro estrellas, era muy elegante. Ranma no había estado en un restaurante así desde... en realidad, no estaba segura de si alguna vez había estado. Leyendo el menú, una andanada de preguntas fueron lanzadas a Nodoka, la única de ellos que sabía algo acerca de lo que eran la pizza o el spaguetti. (Y Ranma nunca había oído hablar de spaguetti). --¿Qué es lasaña? --¿Ravioli? No lo conozco. --¿Calimari es calamar? ¿Pero por qué lo fríen? Nodoka empezó a cuestionarse sobre su elección de restaurante. Especialmente desde el momento en que Ranma decidió pedir todo y probarlo todo. Eso no estaba en su presupuesto. Cuando llegó el mozo, se encontró con un dilema. Una muchacha pelirroja muy, pero muy bonita, empezó a preguntar por cada artículo en el menú, con una intensidad usualmente reservada para los críticos gastronómicos. --Ah... un baguettinni es una clase de pan, señorita. --Pepperoni es una clase de salsa, señorita. --No. Spaguetti no es ramen italiano, señorita. ¿Qué desea ordenar? Eventualmente ocurrió lo inevitable. Todos ordenaron, y la última fue Ranma. Pidió lasaña, y ravioli... y recalcó que quería ambas ensaladas, sopas y todo lo que viniera con cada plato. --Señorita, ¿está segura? Eso es mucha comida... Nodoka iba a objetar la orden de Ranma, cuando Genma puso una mano en su muñeca. --Confía en mí, No-chan... cuando Ranma hace esto convertido en mujer, siempre funciona. Y, por esta vez, Genma tenía razón. Una voz familiar se escuchó desde una mesa cercana. --De hecho, también yo me encuentro intrigado. La diosa del cabello de fuego siempre ha gustado de comidas femeninas, como helados, dulces y otros... pero ¿Podría ser tan grácil y espiritual como lo es si consumiera siempre tal cantidad de comida? Nabiki sonrió. --Kuno. ¿Qué estás haciendo aquí? --Oh, grandioso --susurró Ranma a Akane--. Ese retrasado mental nos ha seguido. --Estoy aquí con mi hermana --replicó Kuno--. Ella está en este momento extasiada frente a un espejo, con una cantidad absurda de trajes de baño que espera estrenar... Pero no mencionemos su nombre. Si lo hacemos, podría aparecer por acá. --Espero que no lo haga.... pero todavía es una molestia, Ranma --suspiró Akane. --¿Chica pelirroja, realmente piensas que alguien tan delicada como tú, incluso con un espíritu tan formidable, puede realmente consumir tanta comida? Yo no lo creo, estas demasiado bella y fina como para hacerlo. --¿Lo apuestas? --saltó Nabiki. --¿Una apuesta? ¿Contra ti? Hummm... esta vez ganaré. Seguramente tan delicada flor no puede comer a la manera de un troglodita. ¿Qué apuestas? Y así fue como la familia Tendo/Saotome consiguió cena, postre y bebidas gratis, mientras Kuno perdió una semana de fotos gratis. Nunca subestimen el apetito de Ranma Saotome... a menos que Akane esté cocinando. --Te lo dije, No-chan. --Me gustó esta comida. Me gustó más el ravioli. Es como ramen al revés y con salsa. --No puedo creer que te lo hayas comido todo, Ranma. Eres alguna clase de cerdo. --¡Ey! Comí con elegancia. Incluso mamá lo dijo. Ranma reprimió cuidadosamente un eructo. Los eructos, había enfatizado Nodoka, no son elegantes en público. --¡Ranchan! Parpadeó. --¿Ucchan? ¿Qué...? ¿Qué estás haciendo aquí? --Oh. Mi parrilla se estropeó, así que decidí que Konatsu y yo nos diéramos un descanso. ¿Sabías que los italianos también hacen okonomiyaki? Claro que ellos la llaman pizza y la cuecen. Es bastante buena. (Nota del autor: Si, Ukyo está casi siempre pensando en okonomiyaki. Pero en realidad no es culpa suya.) --¿Airen? ¿Qué estas haciendo aquí? --¿¡¿Shampoo?!? ¡Ack! --¿Por qué estás aquí, Shampoo? --preguntaron Akane y Ukyo a coro. --Bisabuela piensa que necesitamos descanso. Estaba contenta con nosotros, incluso con tonto Mousse, cuando evitamos que chico de la espada y chico de vestido raro arruinaran Nekohanten. Así que propuso descanso. ¿Airen sabe que italianos también hacen ramen? Sólo que sin caldo y con salsa divertida. "Ahora, en cualquier momento, alguna dirá algo y me echaran a mí la culpa. Alguien mencionará el matrimonio, o me resbalaré, o diré algo tonto y Akane enloquecerá, o un extraño aparecerá y nos retará en combate, o... Sólo lo sé. Y si digo algo, cualquier cosa, la pondrá fuera de sí...". Tales eran los pensamientos de Ranma. Así, sin ninguna advertencia, salió disparada hacia fuera, dejando a tres prometidas mordiendo el polvo. Akane se quedó mirando al huidizo artista marcial. --¿Qué bicho le picó? --¡Airen se asustó con chica violenta! ¡Shampoo la encontrará y consolará! --Si él está asustado de alguien, es de ti, gatita --interpuso Ukyo--. Pero es raro que saliera corriendo así... --Deberíamos buscarla --agregó Akane. No estaba segura por qué Ranma había salido disparada, pero estaba casi segura que había alcanzado a ver una mirada de puro consternación antes de desaparecer. Ranma se detuvo cuando consideró que estaba a distancia segura. Y esperó. Seguro que era bastante. Tres chicas lo habían seguido. Bien, era inevitable. Extendió sus brazos, cerró los ojos, y gritó: --¡Bien! ¡Acabemos con esto de una vez! Tres muchachas se detuvieron y la miraron. --¿De qué estás hablando, Ranma? --Sí, Ranchan, de que estás hablando? --Shampoo no entiende... --Miren --explicó Ranma--. Casi todas las veces que ustedes tres se reúnen algo tiene que pasar. Y me culpan a mí. Y acabo golpeada. Bueno, decidí que, por una vez, no iba a terminar siendo culpable de destrozar un sitio inocente, especialmente uno donde tienen comida grandiosa y donde quisiera ir de nuevo. Así que prefiero que sea aquí... Tres chicas observaron... y reaccionaron de una manera que Ranma jamás habría esperado. Cayeron a tierra y empezaron a llorar. --Tú... no puedes pensar eso de nosotras, Ranma... --Airen odia a Shampoo... --Ranchan, yo nunca quise... Por primera vez, las tres rivales estaban unidas en una sola emoción... culpa. Aunque ellos no creían que la declaración de Ranma fuera tal, estaba claro que para Ranma lo era. --No las odio. Sólo pienso que sería bueno que, alguna vez, evitaran esas peleas para que pudiéramos disfrutar de un buen fin de semana. Después de todo, mis heridas cicatrizan rápidamente... La última declaración elevó el volumen del llanto. --¡Lo siento Ranma! ¡No sabía que pensabas que hacíamos eso! --¡Shampoo no quiere que el fin de semana de Airen sea triste! ¡Shampoo lo siente! --¡Por Dios, Ranchan! ¡Yo nunca quise hacerte infeliz! Ranma lentamente comprendió que, enfrente de ella, había tres virulentas rivales disculpándose por algo que todavía no habían hecho. --No... no es eso. Se supone que estoy aprendiendo como deben ser las chicas, y sólo quería ser una chica normal este fin de semana... bueno, tan normal como pudiera, y sólo divertirme, y... todo eso... No quería herir sus sentimientos... En la historia han existido alianzas extrañas. Esta iba a ser una de las más extrañas. Tres chicas se miraron. --Sin peleas --dijo Ukyo. No era una sugerencia. --Haí --coincidió Akane. --Shampoo está de acuerdo. Ranma pestañeó. --Ranchan conseguirá divertirse. --Hai. --Mucha diversión. Ranma las miró fijamente. --Este fin de semana, Ranchan no tendrá que pelear con nadie. --Y si alguien intenta iniciar una pelea, nosotras la terminaremos. --Amazonas protegen a otras amazonas. Ranma está entrenando para ser amazona. Y las tres chicas se pusieron de pie y unieron sus manos. Ranma no podía creerlo. --¡Unidas para proteger la felicidad de Ranma este fin de semana! --¡Ranchan será feliz! --¡Trabajaremos para hacer a Ranma muy feliz! Y, en un extraño coro... casi sincrónico, de hecho... las tres chicas proclamaron: --¡La Liga de Protección de la Felicidad de Ranma! Y, con esto, Ranma se desmayó. Cuando despertó, se encontró con tres rostros que la miraban expectantes. --Ranma, ¿estás bien? --Um... Creo que sí, Akane... Pensé... Creí escuchar que tú, Ucchan y Shampoo no iban a pelear... --Shampoo dijo eso. --¡Ack! --Ranchan. ¡Este va a ser tu fin de semana feliz! ¡No permitiremos que nadie se interponga en tu camino a la felicidad! --¡Ack! --. La única cosa peor que las malas intenciones son las buenas intenciones. --Nosotras... nosotras incluso vamos a dejarte sola, si lo deseas, Ranma... Las muecas ya no eran una buena opinión. La idea que cualquiera de ellas la dejara sola era... bueno, bastante prometedora. --Um... ¿gracias? --¡No hay problema, Ranma! ¡Felices de hacerlo! --¡La Liga de Protección de la Felicidad de Ranma no te fallará, Ranma! --Ai... ¡Ranma pasará mucho tiempo feliz en la playa! Ranma tuvo una súbita sensación de miedo. Miedo severo. Completa sensación de pánico. Por supuesto, tenía razón. Hora de acostarse. El miedo de Ranma aún no se disipaba. Mientras Kasumi retiraba los paquetes que estaban guardados en un armario de la cabaña, Ranma se debatía entre dos difíciles opciones... ¿Con o sin sostén? Si no hubiera sido una noche "femenina", la pregunta no habría tenido sentido. Los pijamas son opacos, después de todo. Pero Nodoka había decretado que una noche de cada tres, Ranma dormiría con ropa "femenina". Y dado que Nodoka tenía ciertas ideas sesgadas acerca de lo que era femenino (casi tan sesgadas como sus ideas sobre lo varonil, por cierto), eso significaba... ponerse eso. Eso no le habría importado tanto a Ranma si hubiera estado durmiendo sola en su propio cuarto, pero aquí estaba junto a las tres hermanas Tendo... --Ranma-chan, ¿qué te preocupa? --preguntó Kasumi--. Pareces perturbada. --Así me siento, Kasumi. ¿Crees realmente que no hay nada de malo en que me desvista en frente de las chicas mientras sea una chica? --Bueno, para ser honesta... al principio no estaba segura, pero tu madre tiene razón. Debes acostumbrarte a eso y nosotros probablemente también lo haremos. Ya antes te hemos visto paseándote sin camisa por ahí, así que... ¿por qué ahora te sientes tan avergonzada? --No, no estoy segura... Quizá sea por esto. --y ella le mostró eso. Kasumi se quedó mirando. --¡Oh, Dios mio! --Sí. Extraño, ¿no? En casi todo lo demás, mamá es muy conservadora... tú sabes cómo reaccionó ante el traje de cuero. Pero si se trata de ropa de baño o de dormir, ella parece ser... diferente. Kasumi se quedó mirando fijamente eso. --Um... Supongo... --Y ponerse esto no debería ser realmente un problema... es... bueno... --¿Qué, Ranma-chan? --No puedo dormir llevando un sostén. No me molesta durante el día, en realidad es cómodo, pero por alguna razón no puedo dormir con él. Es como si se me enredase en mi... este... me muevo mucho cuando duermo, y... --. La aprendiz de chica se estaba ruborizando furiosamente. --Oh. ¿Tú también? La mandíbula de Ranma cayó. Casi un metro. --¿Uh? Kasumi se encogió de hombros. --Yo nunca he podido dormir con un sostén. Bueno, sólo hay que aceptar las cosas como son. Ranma todavía intentaba levantar su mandíbula. --Y si estás preocupada por Nabiki y sus fotos, ya he tomado las medidas necesarias. --Tú... ¿uh? Kasumi se río. --Tu madre piensa que iba a ser más fácil para ti si alguien mantenía a raya los impulsos comerciales de mi hermana, sobre todo en los momentos más comprometedores de tu entrenamiento. Pero, para ser honesta, no sé lo que voy a hacer con toda esa película... Ranma pestañeó. --Gracias, Kasumi... --De todas maneras, será mejor que estemos listas para acostarnos. Debes prepararte ahora antes que las demás lleguen. Y sin más comentarios, Kasumi empezó a desvestirse. De nuevo. Ranma vaciló. --Ka... Kasumi... --Oh, Ranma... sólo somos chicas --. Ella había decidido que Ranma ahora sólo era una chica más... no importa por qué lo era, sino que lo era... y, despreocupadamente, desabrochó su sostén. "Sólo somos chicas. Kasumi dice que sólo somos chicas." "Entonces... así sea, sólo somos chicas." Y Ranma empezó también a desvestirse, manteniendo la calma. Manteniendo el control. Rehusándose al pánico, rehusándose a la vergüenza. ¡Alma de hielo! Diablos, ¡alma de nitrógeno líquido! Nabiki y Akane regresaron a la cabaña un poco mas tarde. Nabiki había logrado ¡por fin! encontrar una tienda abierta, que aún conservase un solo precioso rollo de película para la venta. Akane había, mientras tanto, finalizado los términos del acuerdo con las otras miembros de la LPFR. Ambas se quedaron heladas ante la visión delante de ellas. Kasumi estaba vestida con su sencilla camisa de algodón blanca. Muy modesta, muy refinada, muy Kasumi. Ranma, por el otro lado, estaba vestida con un camisón azul, con tirantes hasta las caderas y casi transparente. Excepto por las bragas de lazo negro, eso era todo. Era muy notorio que no estaba usando sostén. Esa no era la parte desconcertante. Lo era la frase que estaba diciendo cuando entraron. --Bueno, en realidad se siente bien. Es muy liso y se siente suave. Quiero decir, cuando soy chico, no tengo las mismas sensaciones. Este cuerpo parece sentir distinto. No puedo explicarlo... ¡Oh! Bienvenidas, Akane, Nabiki... Ranma se volvió hacia Kasumi, claramente despreocupada y continúo. --Es mucho más cómodo de lo que parece. Más femenino que lo que me gusta. Kasumi asintió sabiamente --Puedo verlo, Ranma-chan. No estoy segura que yo pueda, alguna vez, tener el valor de usar algo así... --Bueno, mamá dice que debo acostumbrarme a mi lado femenino... y no creo que haya algo más femenino que esto. Quizá dormir con un osito... Akane simplemente se sentó al lado de la pareja y las miró. Con ojos muy anchos. Y un poco perpleja. --Akane --comentó Kasumi--. ¿Te habías dado cuenta que, una noche de cada tres, Ranma se quedaba encerrada en su habitación y se negaba a salir? Akane asintió. --Esta es la razón. Ranma y yo compartimos un problema. --Tú... ¿tú también tienes varios prometidos? --No, Akane. No seas tonta. No, es... --¿Tienes un hechizo de Jusenkyo? --No, Akane. Ni Ranma ni yo podemos dormir con sostén. Y desde que su madre le dijo que una noche de cada tres debía vestir ropa de dormir muy femenina, ella está comprensiblemente avergonzada. Tenemos que hablar acerca de eso y... oh, querida. Nabiki estaba preparando frenéticamente su cámara. ¿A cuánto vendería estas fotos...? ¿Uh? Al ver las preparaciones de Nabiki, Akane entró de lleno en su papel de integrante de la LPFR. Tomar y vender fotos de Ranma con ese atuendo estaba definitivamente fuera de lo que podría considerarse parte de un fin de semana feliz y divertido. Esa fue la razón por la cual la cámara, de pronto, ya no estaba allí. --¡No permitiré que vendas ninguna foto de Ranma con ese atuendo! --dijo Akane con frialdad. Nabiki se quedó mirando la masa de metal que, alguna vez, fue una cámara. --Pero... pero... todo ese dinero... --Este es el fin de semana feliz de Ranma. Fotos NO. O... lo lamentarás. Nabiki empezó a recuperar el control. --¿Y que harás, hermanita? --Hace mucho, mucho tiempo que no entrenas... ¿Recuerdas cuando entrenabas con papá y conmigo? Creo que tus habilidades están bastante oxidadas. Pueden darme ganas de averiguar qué tanto. Nabiki se congeló... de nuevo. Akane estaba mortalmente seria. Y ninguna cantidad de yens valía la pena el dolor que su hermana menor podría eventualmente causarle. El statu quo había cambiado de alguna manera, y Nabiki no lo advirtió a tiempo. --Pero... pero... --Mañana puedes tomarme un par de fotos en traje de baño, si quieres --intercedió Ranma--. Pero la mitad del dinero que obtengas es para mi. El modelado paga bien. --Pero... pero... pero... --Eso parece justo --dijo Kasumi--. Realmente, Nabiki, sacar fotos a las chicas sin preguntarles primero no es muy cortés. --Pero... pero... pero... pero... Nabiki estaba, básicamente, experimentando algo que hasta ahora sólo le había ocurrido a los demás. Algo cercano a un colapso nervioso. --De todas maneras, estoy cansada --añadió Ranma--. Vamos a dormir ¿bueno? --De acuerdo --dijo Akane. --¡Ajum! Hai, Ranma-chan. Probablemente mañana será un día muy activo --concluyó Kasumi. Cuatro muchachas se fueron a dormir. Una de ellas siguió diciendo la palabra "Pero..." toda la noche.
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