Días de chica |
¡Y aquí vamos de nuevo con el asunto de la advertencia!
Era una bella mañana. Sólo eso. La rosada luz del sol, como el mismo ojo de Dios, el cielo intensamente azul (algo bueno, puesto que si se hubiera tratado de un cielo intensamente verde tendríamos una clase enteramente diferente de fanfic entre manos, ¿o no?), y la brisa de la playa tenía el sabor del océano. Y Ranma no podía decidir que traje de baño ponerse. Oh, tomar el sol era fácil, por supuesto. Para eso tenía el bikini de tirantes dorados. Si quería tomar el sol sólo debía cambiarse en uno de los camarines que rodeaban la playa. Pero primero intentaría nadar, lo que significaba usar uno de dos piezas. ¿Pero, cuál? Estaba el negro. Bueno, negro con una banda de color verde que iba por el lado izquierdo del frente. Tenía las caderas rebajadas y un bonito escote delante y atrás, y le quedaba como un guante. Era fácil nadar con él. Pero estaba el otro. El traje de pieza y media, como lo definía Ranma. Técnicamente era de una pieza, pero estaba hecho de malla azul, con cuadrados en lugar de piezas de bikini. Pequeños cuadrados. De algún modo se sentía más desnuda con este traje que con el bikini. No había ninguna duda que estaba diseñado para hacer aparecer a su usuaria como algo ciento por ciento candente. Se puso nuevamente el negro. No importaba que traje llevara, tendría problemas con muchos, muchos muchachos que intentarían conquistarla. Eso significaba que también tendría que golpear a muchos, muchos muchachos. La vida de un Artista Marcial esta cargada de peligros, le decía su padre durante años. Pero el peligro que representaban las proposiciones lujuriosas de algunos muchachos nunca había existido antes de Jusenkyo. No podía preguntarle a los demás, por cierto. Kasumi podría sugerirle algo, pero era demasiado "arriesgado" para su gusto. Nabiki pensaría en la malla y Akane sugeriría el negro. Y mamá no entendería el problema. Arrojó una moneda. Rayos. La malla. Bueno... Hora de juntarse con los demás, meditó, después de ponerse el revelador traje y colocarse una de sus camisas chinas encima para cubrirlo. Mamá no podría objetarla esta vez, ¿cierto? Nodoka, en realidad, no lo hizo. En su forma femenina, Ranma + camina china - pantalones chinos = chica bonita en minivestido sin mangas. Sobre todo cuando estaba usando un bañador revelador y no pantalones cortos. Y el grupo partió a la playa. Como los demás. --Bisabuela, ¿vamos ahora? --Por supuesto, Shampoo. Vamos, señor media-jornada. Mousse se encogió de hombros. Podría llevar troncos bajo su túnica, pero no estaba llevando una túnica. No había forma que pudiera acarrear todo lo que esa vieja momia quería que acarrease. Especialmente el camarín portátil. --¡Apúrate, Konatsu-chan! Queremos lograr un buen sitio en la... Oh, Dios mío. Sabía que eras un travestido, pero... --¿No me veo bien, Ukyo-sama? --Tú... tú te ves grandioso. Pero eso es lo que me da miedo. Bueno, vamos... --¿Dónde estoy ahora? "Ah... conserva tus fuerzas, Happy, conserva tus fuerzas... ¡¡Pronto tendrás la mayor aventura de tu vida!! Una risa siniestra. Era un corto viaje en autobús hasta la playa. También, a la vista de la mayoría de los pasajeros, uno muy extraño. Genma había estado en la playa después de su hechizo, y siempre le hacía infeliz el que inevitablemente se convirtiera en panda. No tanto el convertirse en panda, sino que realmente no encajaba en la playa como panda. Bueno, esta vez tenía unas ideas respecto a eso. Su idea era empezar como panda. Ahora, esto tenía sentido, puesto que estaba seguro que ocurriría de todos modos. Pero los pandas no visten usualmente pantalones de baño sobredimensionados o gigantescas poleras estampadas. Genma era el primer panda playero del mundo. Incluso estaba usando zapatillas. Zapatillas tamaño extra-panda. Ranma suspiró. Estúpido panda. Y cuando el bus llegó a la playa, un salvavidas miró fijamente al panda que desembarcaba. --¡Hey...! No se permiten mascotas. Ni siquiera las entrenadas. --Esto no es una mascota --replicó Nodoka --. Es mi indigno esposo. --¿Huh? --Este es mi esposo. --¿Está casada con un panda? --No es un panda. No normalmente. Bueno, realmente sí lo es a menudo. Vergonzoso, ¿verdad? --El... él no es un... No entiendo. ¿Qué está tratando de decir, señora? --Ranma, el termo. Splash. --¡No tenía que estar tan caliente, chiquillo! ¡Eeeep! Ruidos de sorpresa y risitas empezaron a surgir de entre los pasajeros del bus. Genma no era un hombre pequeño, pero tenía un tamaño bastante más pequeño que en su forma de panda. El resultado fue que su ropa tamaño panda decidió apegarse a las leyes. Específicamente a la ley de gravedad. En el pasado Genma había sido expuesto como un tonto, expuesto como un ladrón, expuesto como un payaso, y expuesto como un ávido sinvergüenza. Ahora simplemente estaba expuesto por completo. Mientras Akane vacilaba, Kasumi apartaba los ojos y Ranma y Nabiki hacían su mejor esfuerzo por contener la risa, Genma recogió sus prendas lo mejor que pudo y gruñó. --Agua fría, por favor. --Como ve, él no es... El salvavidas tenía una sensación de un cercano juicio final. --Lo que sea. Siga. No quiero seguir pensando en esto. Y, luego que el grupo pasó adelante, un pensamiento se coló por la mente del salvavidas. --¿Chiquillo? Nabiki se sacó su túnica playera, revelando uno de sus bikinis normales. Pequeño. Atrevido. Negro. Y apenas allí. Se arriesgaba a quedarse con una sola pieza si se le ocurría ir al agua. Akane usaba uno simple de una pieza, con rayas rojas y negras, prometiéndose a sí misma que esta vez sí aprendería a nadar. Kasumi vestía un modesto traje azul de una pieza. Nodoka estaba en un traje similar al de Kasumi, con la diferencia que era gris. Y Ranma... Causó una profunda conmoción en cuanto se sacó su "vestido" chino. Un pequeño grupo de chicos, dedicados al honorable deporte de la vigilancia de chicas, llegó hasta el cielo. Allí habían muchas chicas bonitas... en un solo grupo. Los dioses eran generosos. --¡Miren esa pelirroja! --La del traje rojo es bastante bonita también. --¡Miren esa pelirroja! --Se ven bien todas, incluso la mayor. --¡Miren esa pelirroja! --Ajá. Seguro es su madre. Se ve bastante bien, por cierto. --¡Miren esa pelirroja! --La del traje azul tampoco está mal. Y la del bikini negro tampoco. --¡Miren esa pelirroja! --Koji, parece que te gustó la pelirroja. --¡Miren esa...! Bueno. Ella es la cosa más bonita que haya visto jamás... --Pero está mejorando. --¿Cómo podría mejorar? --Mira las que están llegando. --Oh... Dios... La noche anterior, la Liga para la Protección de la Felicidad de Ranma había decidido juntarse, y proteger a Ranma de la tristeza. Parte de ello era quedarse cerca, pero no unirse realmente al grupo de los Tendo-Saotome. Pero la playa estaba bastante llena, y, como lo demanda la sincronicidad, el único espacio libre a una distancia razonable estaba justo al lado del grupo. Así que el grupo del Nekohanten se colocó al lado de la pareja del Ucchan. Y Ranma empezó a sudar. Pero no del calor. --¡Guau! ¡Miren eso! --Sí. ¡Tres chicas más! ¿Tres? Bueno, para el ojo desinformado, sí. Ukyo llevaba un traje de dos piezas amarillo con bordes azules bastante sencillos. Shampoo, que poseía un concepto bastante reducido de la sencillez, usaba un bikini tan pequeño como el de Nabiki, pero en rojo. Y Konatsu... se veía como una chica. Debe entenderse que existe una gran diferencia entre Konatsu y Tsubasa, los dos reyes transformistas... ¿o debería decirse las reinas?... del Japón. Tsubasa sólo se vestía como chica porque estaba convencido de que a Ukyo le gustaba así. Konatsu, por otra parte, había sido criado como una niña, tenía de si mismo una imagen femenina, y seguramente habría saltado feliz en el estanque de Nyanichuan si se le hubiera presentado la oportunidad. Konatsu se veía bien como chica. Como su traje de una pieza color verde lo testificaba. Si el grupo de Nerima no hubiera sabido que ella era realmente un él, ellos... bueno, seguramente no lo habrían sospechado. Ranma miró fijamente. (al igual que un montón de otras personas). Y dijo, sin mucho convencimiento: --Bonito traje, Ko-chan. --Arigato, Ranma-san. A Ukyo-sama también le gustó. Shampoo se asomó --Traje de Ranma muy... um... --¿Sexy? --intercedió Nabiki. --Esa palabra --Shampoo no estaba muy contenta con los días de chica. Incluso si Hibachan los aprobaba. No solo estaba interesada en el Ranma masculino (y sólo en el Ranma masculino), sino que era bastante perturbador que Ranma estuviera usando un traje en el cual incluso ella pensaría dos veces en usar (Sólo dos veces. La tercera vez, por supuesto, se lo pondría). --Gracias, Sham-chan --río Ranma, decidida a entrar en un estilo dulce-como-un-cajón-lleno-de-peluches--. Mamá lo escogió. Shampoo empezó (como muchos otros) a imaginar lo peor sobre Nodoka Saotome. Entretanto, los vigilantes de chicas del frente... --¡Guau! Miren a la del pelo púrpura. --¡Si! ¡Está fuerte! --¡Casi tan buena como la pelirroja! --Koji, ella está mejor. --Me gusta la del bikini amarillo. ¡Es bonita! --Hummm... la del traje verde también se ve bonita. Una pausa larga. --Pero hay algo acerca de ella... --Se ve como una chica tímida y elegante, sí. --¡Miren esa pelirroja! --Ya captamos la idea, Koji. ¡Ya sabemos! --Hey, Ichiro ¿Qué estás esperando? Todas las chicas están... ¡Ea! La nueva distracción era un pabellón privado con un camarín adyacente. Allí dormitaba Tatewaki Kuno, soñando con glorias infinitas e inevitables victorias (especialmente sobre ustedes-saben-quién), mientras Kodachi salía del camarín. Su traje era difícil de describir. Básicamente eran una cinta. Una cinta dorada cuidadosamente distribuida... sí, de brillos plateados y metálicos... ocultando estratégicamente las partes que tenían que ser ocultadas, mientras revelaba partes que no eran normalmente reveladas. Estaba cuidadosamente planeado para obtener un máximo efecto sobre la libido masculina. Su objetivo principal era entrampar el corazón de su querido Ranma-sama. Si no fuera por el hecho de que su Ranma-sama, contrariamente a lo que muchos podían creer, no era un maníaco suicida, habría tenido alguna oportunidad. En esos momentos, Ranma la observó con el rabillo del ojo, deduciendo sus objetivos, y se estremeció. El grupo de chicos estaba en el cielo de los vigilantes de chicas. De algún modo estaban flanqueados por hordas de bellezas femeninas. Esto, para cualquier chico normalmente provisto de hormonas, era una Gran Cosa. Bueno, justo hasta ese momento. Fue entonces que Cologne decidió quitarse su túnica y mostrar su bañador. El autor se niega a describirlo, porque la imagen de Cologne en traje de baño es demasiado horrorosa incluso para él. Deberán estar agradecidos por eso. El grupo de chicos se quedó de piedra. Ellos no fueron tan afortunados como ustedes, amables lectores. Así, mientras avanzaba el día, Ranma y compañía nadaron un rato (excepto Akane, que tras unos cuantos conatos de ahogamiento, terminó convencida de que este, después de todo, no era un buen día para aprender a nadar), jugaron, que le demostró a Genma que jugar con una pelota de playa mientras personificaba al panda, realmente recompensaba, y montones de tolerancia cuidadosamente distribuida. Las tres miembros de la LPFR tuvieron especial cuidado en ser corteses una con la otra, sin humillarse o ir a saltar encima de Ranma, y tratándola sólo como una más del grupo. Los nervios de Ranma estaban empezando a calmarse a medida que las cosas se mantenían tranquilas. Ranma estaba convencido de que si alguien decía algo inapropiado, tal vez no empezaría la Tercera Guerra Mundial, pero sí al menos un incidente que requeriría la presencia de la policía local. Esperaba que eso ocurriera a la hora del almuerzo. Mientras los comensales se distribuían, Kasumi empezó colocando los emparedados, el arroz frío, los escabechados y el suchi y... bueno, montones de otros comestibles de picnic, al estilo Kasumi. Para temor de Ranma, pudo sentir el aroma del okonomiyaki en preparación desde un lado, y del otro un aroma picante de alguna comida china rápida. Ella esperaba algo del tenor de "¡Ranma comerá mi comida!" Pero, para su absoluto asombro, Shampoo llevó un cuenco de ramen pesadamente cubierto a Ukyo, que le sirvió un elaborado okonomiyaki... --Es bastante bueno, Shampoo. Incluso podría usarlo para hacer un nuevo tipo de okonomiyaki. --Shampoo piensa lo mismo sobre ramen. ¿Tienen langostinos? --Seguro, chica. Y de los buenos. ¿Qué le da este sabor picante? --Pasta de frijoles, hecha caldo picante al estilo chino. --Debo admitirlo. Me gustó. Hummm... ¿dónde consigues pasta de frijol? Podría intentar hacer una salsa con ella. Esto era justo lo contrario de lo que Ranma había temido toda la mañana que ocurriese. Poco a poco los tres grupos se habían unido en uno, y toda la comida era compartida. Cologne estaba impresionada por los bocadillos especiales de Kasumi y el termo lleno de la gamba especial de Nodoka y sopa de arroz. Akane sugirió una idea rara que Shampoo y Ukyo decidieron intentar. Así fue que Ranma probó el primer okonomiyaki de ramen (que estaba en realidad bastante bueno). Ranma seguía muy relajada. Había un montón de comida. Y estaba consumiendo bastante. Incluso había algo que Akane había preparado, una sencilla ensalada, que resultó ser comestible. Era uno de los mejores días de su vida. Después de una comida así, la próxima cosa era relajarse. Sólo tirarse atrás y asolearse. Ranma se cambió su bañador por el bikini (causando mucha alegría del grupo que la observaba) y se tendió al sol. ¡Era un día grandioso! El frente de las prometidas estaba llevándose bien... quizá hasta haciéndose amigas... Mousse no le había atacado, no habían rarezas, ni comida envenenada, ni una pelea por su vida... Estaba sintiendo algo poco familiar. Algo que no había sentido en mucho tiempo. ¿Cuál era la palabra? Ah, sí. Se sentía contenta. Ryoga estaba en un estado de pánico. Agua. Agua por todas partes. Océano y piscinas, y una cosa como una laguna, juegos de agua, fuentes y océano (sí, ya lo había mencionado antes, pero había mucho océano), y... Y supo que toda esa agua estaba esperando atacarle y quitarle nuevamente su humanidad. Y dado que había visto no menos de veinte barbacoas mientras recorría este sitio infernal, un potencial asado de carne de cerdito negro era algo que realmente no quería ser. Si tan sólo tuviera una idea vaga de en que maldita playa se encontraba. Podría ser cualquiera en Japón. O en una isla. A veces sospechaba que algunos de los sitios en los que había estado nunca había sido parte de Japón. Por lo menos, estaba seguro que no había una colonía de suecos en ninguna de las islas. Esperaba estar equivocado, sin embargo. Pero de algo estaba seguro. Se había perdido. Nuevamente. La única cosa que no era mala era la sombra del árbol bajo el cual estaba. Pero eso no era suficiente. Los sentimientos familiares de depresión y angustia empezaron a surgir. El profundo ki empezó a hacer presión en su pecho, así como la miseria de su triste existencia presionaba su mente. Y, para peor, en este particular momento no podía encontrar manera alguna de culpar a Ranma de su situación presente (excepto del peligro de convertirse en cerdo). Miró al cielo, justo antes de gritar una frase familiar: --¡SHI SHI HOKODAN! Mientras la bola de ki de su depresión era disparada hacia el cielo, Ryoga se dio cuenta de que la sombra bajo la cual estaba no era producida por un árbol, después de todo. Era... Oh, no. --¿Una copa de agua? ¿Por qué yo? ¿Por qué cuiiiiiiic? Bueno, una copa de agua con un gran agujero. P-chan arrastró su ropa y su sombrilla hacia un sitio seguro. Ahora debería evitar cuidadosamente las barbacoas. "Ya casi es la hora, Happy. Espero que haya una multitud... Entonces empezará la diversión." --Tú sabes, Akane, lo estoy pasando increíble --dijo Ranma mientras se asoleaba. --Te lo dijimos ¿recuerdas? --intercedió Ukyo. --Ranma se divierte este fin de semana --añadió Shampoo. --Eso puede cambiar --comentó Akane--. Creo que alguien, de ese grupo de admiradores, va a juntar el coraje de venir a hablar con una de nosotras. Quisiera saber quién será. --Bueno, Akane-chan. Un muchacho tendría que estar muerto para no querer entablar una conversación con Ranchan en su estado presente. Pero creo que le incomodará, por lo que deberemos evitarlo, supongo. --No deberían pensar de que eso sea un problema. Ya estoy preparada. Todo lo que tengo que decir es no, ¿correcto? --¿Y ha funcionado eso antes? ¿Incluso con la gente que sabe la verdad? --apuntó Akane. --Bueno. La esperanza nunca muere --dijo Ranma encogiéndose de hombros. --Shampoo sólo dice no y golpea en la cara. --No deberías ser tan violenta, querida --Eso funciona con Mousse. --¿Desde cuándo? Uno de los chicos se acercó directamente a Ranma, tal como había previsto Akane. --Oye, hermosa --preguntó con todo el encanto de un galán de teleserie, --. ¿Dónde habías estado escondida toda mi vida? Ranma gimió. --Bueno, en Nerima durante todo este año. Ahora no estoy... --se detuvo ante la expresión de rechazo del ahora pálido chico que retrocedía espantado. --¿Qué le ocurrió? --se preguntó Ukyo. De regreso al grupo, Koji dijo bruscamente: --Ni se acerquen a alguna de esas chicas. Son de Nerima. Mi primo Hiroshi va a la escuela Furinkan, y recién ahora las reconocí. Todas ellas son artistas marciales potencialmente letales. Y además es conocido que no les gusta que las inviten a salir. --Estas bromeando. --Nop. Sobre todo la pelirroja. Roshi no ha sido muy claro sobre ella, pero se supone que es la peor de todas, y su novio es aún más peligroso. --¿Su novio? --Al parecer, todas ellas quieren casarse con ese tipo que, según Roshi, puede brincar sobre los edificios y lanzar bolas de fuego. Roshi probablemente exagera, pero no soy de los que reciben cachetazos cuando puede evitarlo. No, que vaya otro en mi lugar. Los otros suspiraron ilusionados. Pero, más tarde, rechazaron la idea. Sin embargo, eso es otra historia. Un momento después de bañarse, las chicas se colocaron de nuevo al sol. Esta vez los chicos del grupo dominaron un poco sus miradas, sobre todo después de las historias de horror que había vivido el primo de Koji durante el último tiempo. Era más seguro volver al agua. Koji les había descrito un cuadro de rarezas imposibles y violencia sin límite, más allá de lo que la mente humana podía concebir. En otras palabras, estaba bastante cerca de la verdad. Excepto que nadie se había comido a alguien. --Es un día tan bonito, Ranma --suspiró Akane --. Tan pacífico, tan agradable... --Sí --agregó Ranma, conteniendo un eructo. --Sólo desearía... ¡Mira Ranma, parece que fuera...! Sí, lo es... ¡Es...! --¿Mmmmm? --comentó la pelirroja, empapada con la generosidad de un sol caluroso, una brisa fresca y una gran comida. --¡P-chan! --chilló Akane alegremente, corriendo a encontrar a su mascota. Sus ojos se ensancharon. Más que nada por la visión de lo que estaba vistiendo Akane... y presionándolo contra sus... sus... El choque neuronal que siguió fue causado por el intento de no mirar a Akane y sus... sus..., obteniendo en cambio una buena vista de Ranma, Shampoo, Ukyo, Nabiki, que también usaban... y en los cuales se destacaban bastante sus... sus... --¡Oh, Ranma, creo que P-chan está herido! No se mueve y le sangra la naríz. --masculló Akane. --¡A mi me parece que está perfectamente bien! --dijo Ranma con sequedad. Cuando P-chan volvió en sí, se encontró a sí mismo ante la vista de mucha... y bien desarrollada... piel femenina y trató simplemente de disfrutar los pequeños bocadillos que Akane le daba. Ranma resopló, pero conservó la compostura. Estaba simplemente de demasiado buen humor como para ceder a su impulso de recriminar a Akane. Se apoyo atrás y suspiró. Quizás estaba un poco menos contenta (no esperaba reencontrarse con Ryoga tan pronto), pero todavía lo estaba. Tomo un refresco, envolvió la pajilla con sus labios y se congeló. Había un sonido. Un sonido familiar. Un desagradable sonido familiar. El sonido de una multitud de chicas ultrajadas clamando venganza, justicia y, sobre todo, por sus prendas robadas. Y la voz, la odiada y familiar voz. --¡Uy, qué bonito! --Oh, no. No él. El día iba tan bien... ¿Por qué tenía que aparecer él? Akane, Ukyo y Shampoo se miraron y formaron un círculo de protección alrededor de Ranma. No había ninguna forma en que ese viejo pervertido pudiera saltar y abrazarla. Sí, correcto. Happosai no supo que estas tres curvilíneas chicas estaban protegiendo a una más al centro de ellas, pero sospechaba que debía ser alguien muy, muy especial. Simplemente realizó un deslizamiento simple entre Ukyo y Shampoo, derecho hacia arriba... y aterrizó en el cielo. ¡Qué figura! ¡Qué maravillosa contextura! ¡Qué bikini escaso, escaso! ¡Que glorioso pelo roj... Oh, oh. Happosai miró hacia arriba. El pelo podría ser común, pero los ojos eran inconfundibles. Azules, grandes, hermosos.... y muy, muy enojados. --Ranma-chan, ciertamente no vas a golpear a un pobre anciano que disfruta sus juegos inocentes... --Muérase --dijo Ranma--. No, sangre, sufra, quiébrese y después muérase. --Creo que estás... Oh, bueno... Antes que Ranma pudiera reaccionar, Happosai toqueteó a Ukyo, acarició a Shampoo, abrazó a Akane, y desapareció a velocidad increíble... haciendo sólo una pausa para darle un rápido apretón a Nabiki. Por unos momentos el grupo quedó congelado, y entonces... --Es el fin de semana feliz de Ranma... nosotras lo manejaremos. --Sí, Ranchan, déjanos. --Ranma. Sólo relájate y... oh, oh. El oh, oh era porque Ranma estaba brillando. Brillando azul, de puro enojo. Su cara era una extraña mezcla de rabia femenina y furia masculina. Sus puños estaban apretados, sus dientes crujían audiblemente y sus ojos estaban poniéndose, al parecer, rojos. --Fin de semana feliz. ¿Saben lo que me hará feliz? ¡Darle su merecido a ese viejo pervertido y hacerlo morder el polvo me hará feliz! --Oh... ¿podemos ayudar? --Sí Ranchan, ¿por favor? --¡Shampoo sólo quiere herir a viejo pervertido! Ranma sólo asintió. Y entonces notó que había un grupo de otras chicas alrededor... mirándola con ojos anchos y respetuosos. ¿Qué estaba pasando? Akane apuntó a Ranma y dijo: --¡Sigamos a nuestra líder! Y la sed de justicia explotó. Kodachi estaba contenta. Este sí era un bañador que sólo un muerto podría ignorar, y ciertamente su querido Ranma-sama, tan lleno de vida, la recogería en sus musculosos brazos y la simplemente tiraría un poco de la cinta hasta que... ¿Qué? Miró fijamente lo que parecía ser una especie de duende. Examinaba con curiosidad la cintas en su cadera, de una forma que sólo estaría permitida para Ranma. --Humm. Nunca había visto uno de estos antes. Cómo funciona esto... Tug. Happosai se vio cubierto de cinta. Y se quedó mirando fijamente a una Kodachi espantada, que se encontraba con toda su humanidad al aire. --¡La pillé! ¡Esto es nuevo! ¡Paquetes de abre fácil! Kodachi se quedó paralizada con una mezcla de furia y mortificación. Entonces escuchó dos gritos separados de rabia. Uno era de su hermano, que justo había salido del camarín con una polera, y otro más fuerte que provenía de una chusma de mujeres que se acercaba rápidamente. Extrañamente, el sonido de la chusma parecía tener un pequeño sonido adicional que sonaba como un chillido de cerdo (sí, Ryoga también se les había unido). Y, encabezando la multitud, iba la bruja pelirroja de la cual su hermano estaba perdidamente enamorado, brillando, literalmente, de furia. Happosai salió rebotando nuevamente después de un rápido (y muy poco delicado), abrazo. Kodachi se detuvo un momento más... y salió disparada hacia el camarín. Salió de allí con un dos piezas púrpura muy modesto, con una rosa negra estampada en uno de los lados, y sae fue a confrontar a la pelirroja. --¿Has sido también ofendida por... esa cosa? --Tú lo has dicho, Kodachi. Y esta será la última vez. --¿Lo conoces? --¡Es nuestra líder! --coreó la multitud. --Por esta vez tenemos una causa común. Ese... ese... --Happosai --intercedió Kuno, disgustado--. Es un rasgo redentor del hechicero Saotome que él aparentemente aborrece tanto a esa criatura como toda persona de buen-pensamiento. --Como sea. Sugiero que nosotras... es decir, deberíamos ir y... oh, demoníos...¡Hagamos puré a ese bastardo! --gritó Kodachi, decidiendo que esta vez no había necesidad de expresarse con elegancia. --Ella lo ha dicho --agregó Kuno-- ¡Ese duende vil no escapará a nuestra justa ira! --¡Shampoo esta con ustedes! --¡Aquí estoy, sempai! --¡Por Ranchan y todas las mujeres del mundo! --¡Cuiiic! Ranma estaba de pie. Por un momento no parecía un bebé en bikini (aunque lo era, no lo olvidemos), sino que ahora parecía alguna antigua diosa de guerra y justicia. --¡Happosai! ¡Hoy lo pagarás todo! En algún lugar, bajo la playa, un pervertido viejo arrugado estornudó. --¿Qué es esto, Hiro? --Oh. La hice en mi hora de almuerzo. --¿Hiciste una sombrilla de cóctel en tu hora de almuerzo? Pero no es eso para lo que trabajamos. --Recógela. --Bueno, pero... Hey, esta cosa debe pesar un kilo. --Sí. Es un modelo de paraguas de combate. --¿Un qué? --Es usado por unas pocas familias en un estilo de lucha poco común. Mi familia los fabrica para ellos. Hice este sólo para divertirme... uno de tamaño natural puede pesar 75 kilos. Y también hace mucho daño. --Raro. Muy raro. --Sí. ¡Hey! ¡¿Qué fue eso?! --No estoy seguro, pero me pareció ver un cerdito negro con un paño amarillo que se robó tu modelo. --Oh, excelente... ese cerdito me recuerda a alguien. Ryoga y la sincronicidad. Alguna vez tenía que favorecerlo. Mientras la chusma continuaba su búsqueda, Ukyo recordó algo. Algo malo. --¡Oh, rayos! ¡Ranchan, no tengo mi espátula! ¡Estaba intentando ser pacífica, así que no la traje! --¡Aiya! ¡Shampoo tampoco tiene bonbori! --Rayos... ¡Yo sólo traigo una docena de armas para defensa básica! Shampoo me hizo dejar la mayoría en la cabaña porque no quería ninguna pelea, y además tenía que hacer sitio para las cosas que Cologne quería que trajera. --¡No tengo ni siquiera una cinta! ¡Ese pervertido se llevó la única que estaba vistiendo! --Bueno, no podemos hacer nada con eso... ¡Ey! Santo cielo. Si hay un Dios. --sonrió Ranma, apuntando hacia una tienda cercana. Todas miraron el cartel... y sonrieron. --Buen señor, mis compañeras y yo queremos probar su mercancía. El viejo señor Nagayosi se encontró frente a un par de penetrantes ojos oscuros y se quedó helado. Esos ojos estaban en la compañía de, al menos, treinta señoritas en bañador muy bonitas. Parecían determinadas a todo. --¿Um... seguro? --Damisela china, hermana, bella cocinera... escojan sus armas. --miró a la multitud de bellezas playeras, mientras comprendían que no llevaban dinero en sus trajes de baño, y agregó --. De hecho, todas pueden tomar una. El Trueno Azul se encargará del costo. La generosidad es el sello del samurai, y la justicia debe cumplirse. ¡Sasuke! Nagayosi casi sufre un ataque ante la pequeña forma que repentinamente apareció de la nada... --¿Amo? --Mi cartera. Y, señor, ¿podría mostrar sus mercancías más finas? Deseo comprar uno para una persona que estimo mucho, y por ello debe ser de calidad extra. --Um... ¿para que propósito? --Para castigar al impío y perverso. --Entonces... Happosai. Ya me lo imaginaba. Creo que tengo algo especial. Nagayosi sonrío. Y pensar que temía que este año iba a pérdida. En lugar de eso, sería un buen trimestre para la Fábrica de Mazos Nagayosi. --Este es para ti, mi amada del cabello de fuego. --Um... Kuno-sempai. En realidad confío más en mis puños. --Como muestra de mi estima, debo insistir. --Odio admitirlo... pero esto es muy dulce de tu parte. Ranma contempló su regalo. Y sonrío. Happosai río. Las había perdido. Ninguna de ellas, por supuesto, tenía una chance contra él... ¡Allí estaba Akane-chan, esperando por su amoroso abrazo! Una vez que le quitara el mazo, por supuesto. Cuando se dio vuelta, retrocedió... y repentinamente sintió un golpe en su cabeza... Allí estaba Ranma-chan. Con un mazo. Y Ukyo. Con un mazo. Y Kodachi. Con un mazo. Y Shampoo. Con dos mazos, que giraba como si fueran sus bonbori. Y Mousse, que había improvisado una gran cantidad de pequeños mazos, amarrados con una cuerda a sus mangas. Y Kuno, que blandía un mazo en una mano y su espada de madera en la otra. Y Nabiki. Tomando apuestas entre los transeúntes acerca de cuanto tiempo aguantaría. Con un lápiz en forma de mazo. Y muchas otras muchachas, muy enfadadas. Y todas ellas tenían mazos. "Parece que esto me va a doler un poquito", pensó Happosai. En realidad, ya había tenido un adelanto. Cuando corrió para escapar (después de los primeros trescientos golpes), comprendió que no tenía nada con que recargarse. No había tiempo para abrazos... estaba quedando vulnerable. Se preguntó si Akane había abierto su propio dojo. En ese caso, ciertamente la mayoría de ellas eran sus alumnas. ¿Y qué pasaba con el cerdito? Sus nalgas todavía estaban adoloridas por los golpes que le había dado con su maldita sombrilla. Ya no podía pensar claramente. Había perdido mucha energía. Ranma-chan era tan ingrato con sus inocentes atenciones. Lo mismo que las otras chicas de Nerima. Así eran todas las chicas. No podía entenderlas. ¿Por qué se enojaban tanto? Intentando escapar del grupo de mujeres rabiosas vio una cabaña. Quizás podría encontrar algo en ella... Y lo había. Oh, lo había. Los vio. Negros. De encaje. Pequeños. Usados, desde luego, ya que estaban en una bolsa de plástico. Y eran tan increíblemente femeninos que fácilmente podría obtener energía de ellos para escapar. Tomó el sostén y lo acomodó en su cabeza. Empezó a acariciar las bragas, suaves, de la seda más suave, abrió la fuente de su ki... Y entonces gritó en agonía. Todo su poder se retorció, enredo y se volvió totalmente inútil... --¿Qué? ¿Qué tenían estas bragas? --En realidad es muy simple --dijo Cologne, viendo con una sonrisa al pervertido encadenado y chocheando en una esquina --. Aunque el cuerpo de Ranma es femenino, su ego interno es principalmente masculino. En realidad, en todas las personas es masculino y femenino (ying y yang, si lo prefieren), pero en el caso de Ranma es esencialmente masculino con armónicos femeninos. --¿Y cómo pudo eso afectar al viejo? --preguntó Ranma, aún confundido. --Happosai estaba buscando la energía residual femenina que necesitaba para recargarse. Sin embargo, cuando lo hizo, también se abrió a la energía residual masculina que tú generas, Ranma. Y dado que siempre has generado un ki muy grande, eso lo sobrecargó. ¿El resultado? Un Happosai con el cerebro frito. --Me gusta el queso --opinó Happosai. --Todavía no lo entiendo --dijo Akane. --Bueno. Happy toma su energía de los ki femeninos. El ki masculino es algo que el simplemente no puede manejar. Es como conectar un aparato que funcione con corriente continua a un enchufe de corriente alterna. Y mientras mayor sea, mayor será el daño. En este momento Happosai está, para decirlo en una frase, fuera de servicio. --¡Los sabuesos son buenos con salsa de chocolate! --añadió Happosai, ávido por unirse a la conversación. --Ranchan, ¿llevabas esto puesto anoche? --Bueno... era una noche femenina, y mamá me hace usar ropa interior bonita... --No bonita. Shampoo no usa sostén. --¿Por qué no? ¿Demasiado vigorosa? --dijo Akane sonriendo. --No. Shampoo sólo no usa sosten. Pero quiere saber donde compra bragas Airen. Estilo de Shampoo. Akane arrugó la nariz. --¿Y qué haremos con él ahora que lo tenemos? --preguntó Ukyo. --La antártica suele ser agradable en esta época --sugirió Kuno. --Bien, Kuno --río Ranma--. Es el primer buen chiste que te escucho. --Angel del cabello de fuego, no era un chiste. Los recursos de la familia Kuno son... considerables. Ranma sonrió. --Mejor, entonces. --No estoy segura... --¿Por qué, Shampoo? --¿Será justo para chicas pinguinas? Y todos rieron, excepto Happosai, que decía algo sobre el queso azul y las sardinas como buena solución para las verrugas... Akane observó nerviosa mientras Ranma acariciaba su nuevo juguete. Un mazo. Un mazo con mango de grafito-titanio, agarradera de cuero y cabeza metálica con bandas de refuerzo de latón. E, irónicamente, en cada lado de la cabeza, un semental grabado, pastando. --Tú sabes, si él supiera... --río Ranma --. Es personalizado. --¿Personalizado? --Sí. Un caballo salvaje en cada lado. --Oh, si. Es un Ran-mazo. Ranma gimoteó. Incluso P-chan, en los brazos de Akane, chillo. --Sin embargo, parece que te está gustando --murmuró Akane. --¡Ey! ¡Es mi primer mazo! Y, debo admitir, ahora entiendo por qué te gustan tanto. Fue agradable darle a Happosai en la cabeza con él. P-chan chillï en acuerdo. Finalmente tenía una sombrilla para sus dos estados. Le había gustado atizar al viejo pervertido (ahora rumbo a su lejano, lejano nuevo hogar) con él. Akane hizo una pausa --Sin embargo, me gustaría saber dónde consiguió P-chan esta sombrilla. Oh, oh, pensó el cerdo. --Tú sabes, con el pañuelo y el paraguas, me recuerda a Ryoga... Soy salchichas, pensó el cerdo. --¡Por supuesto! ¡Cómo no me había dado cuenta antes! Es el fin, pensó el cerdo. --¡Ryoga debe de haber estado entrenando a P-chan para protegerme como lo hace él! ¡Qué dulce de su parte! El cerdo se desmayó. Ranma suspiró. "Y ella me llama estúpido a mí!"
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