Días de chica |
Se supone que debo poner algo aquí, pero no puedo recordar que cosa es...
Genma Saotome se consideraba a sí mismo un buen padre. Nunca entendió por qué su hijo no estaba de acuerdo. O su esposa. O su futura nuera. O sus hermanas. O incluso, a veces, su mejor amigo. No podía ser que ellos pensaran que el había hecho algo malo al llevar a su hijo en ese largo viaje de entrenamiento. Bueno, a excepción posiblemente del asuntillo de las prometidas, pero eso fue por necesidad de comida. Y, tal vez, el caso del "puño del gato", pero ¿quién lee un libro completo en estos días? Claro, lo culpaban por lo de Jusenkyo... pero ¿cómo podía saber? La guía en chino era más barata que la guía en japonés... A no ser por esas casualidades menores, prefería pensar que lo había hecho bien. El precepto principal de su filosofía paterna era doble: entrenar al chico para ser el más grande artista marcial de su generación, y hacerle un hombre entre los hombres para que su esposa no les cortara la cabeza. Estaba seguro de estar logrando lo primero, y, respecto a lo segundo, tenía la aprobación de su esposa... Ranma era un hombre entre los hombres. El presente problema surgió por esa idea extraña de pretender que su hija se volviera una mujer entre las mujeres. Eso no era algo sobre lo que Genma se sintiera particularmente feliz. Pero oponerse a las locuras de su esposa no era buena idea. En parte porque su esposa tenía, quizá, sólo un poco, de pequeña manera, alguna minúscula partícula de razón que le daba sentido aunque, principalmente, por andar cargando siempre esa maldita katana. Genma no era un hombre feliz. Para ser exactos, en este momento no era un panda feliz. Como sea, no estaba contento. Miró malhumorado a su hijo --o, más bien, hija--, sentado hablando con Akane. Nada malo para sus ojos. Mantenía la esperanza en la unión que él y Soun Tendo había planeado hacía tiempo. Su neo-hija vestía una blusa azul y una falda negra hasta la rodilla, y un pañuelo azul en su moño. Pero, ahora, había algo malo en sus ojos. Con cautela, se arrastró (los pandas pueden ser sorprendentemente furtivos) para escuchar mejor detrás de la puerta. Con suerte, estarían discutiendo sus proyectos románticos, la anhelada boda, o al menos del Arte, dado que Ranma era ahora el sensei de Akane. En lugar de eso, escuchó algo sobre... ¿calambres? --Sí... como por dentro. Creo que tengo algo que no sabía que tenía. Me he sentido intranquila todo el día. Es esa... cosa... ¿Qué te ha dicho mamá? --Este... A veces me siento justo así cuando es mi hora, Ranma. ¿Cómo lo estás manejando? --Hasta ahora, aparte de los calambres... nada de... eso otro... Dios, creo que estoy muerta de miedo. ¿"Muerta de miedo"? ¿Su hijo muerto de miedo? ¿De algo? ¡No se suponía que Ranma estuviera asustado por algo! (Ese era trabajo de Genma). ¡Era hora de detener esto! «Muerto de miedo. ¿Eso dijiste? ¡Ranma, siendo un practicante de las Artes Marciales de Estilo Libre, y te lo digo por tu bien, es hora de que detengas esta tontería que te está obligando a hacer tu madre! ¿Qué puede ser lo que te tiene muerto de miedo?» Por supuesto, los carteles no hacen ruido, y escribir todo eso en un solo cartel, y con la mano embarrada de Genma provocó que Ranma no pudiera entender ni una palabra. Después de un momento, Genma comprendió su error. Corrió por un poco de agua caliente, regresó a un estado más comunicativo, y repitió su perorata. --Puedes pretender saber mucho papá... pero creo que ni siquiera tú podrías estar preparado para tu primer período. Genma se desmayó. Y Soun, que había estado escondido detrás de la pared, tratando de imaginar de qué estaban hablando Ranma y Akane, rompió en un torrente de lágrimas. Claro que eso no era inusual. Incluso un caramelo de buen sabor podría causar que Soun se rompiera en un torrente de lágrimas. --¡Nodoka! ¡Esta locura debe terminar inmediatamente! --reclamó Genma a su indiferente esposa. --No. --Querida, como tu esposo... --O mascota --retrucó Nodoka. --Ja. Muy gracioso. El punto es que este... este experimento ya ha ido muy lejos. ¡Es antinatural que nuestro hijo deba pasar por esta prueba! ¡Es humillante y extravagante! --No tengo ninguna intención de hacer pasar a nuestro hijo por una prueba antinatural. Genma esbozó una sonrisa. Finalmente sus argumentos eran es... --Estoy ayudando a nuestra hija a enfrentar una experiencia natural e inevitable en la vida de toda jovencita. --¡Nodoka! --Mi decisión esta tomada, Genma. Además, esto convertirá a Ranma en un mejor compañero para Akane. --¿Cómo? ¿Acaso pretendes que compartan sus productos de higiene femenina? Nodoka entornó sus ojos. --No, pero un marido que realmente entienda las dificultades por las que pasa su esposa en su periodo, le hará interesarse más por ella y no andar por ahí simplemente encogido de hombros. Y como ya he dicho, el entrenamiento tiene el objetivo de que Ranma entienda su femineidad tanto como su masculinidad. Nadie puede entender lo que significa ser una mujer sin experimentar antes una de las partes más importantes en la vida de una mujer. Los ojos de Genma se ensancharon. --No querrás decir que pretendes que también quede emb... --¡No seas más estúpido que lo normal, Genma! Por supuesto que no quiero que Ranma tenga hijos. Genma se relajó. --A menos que ella lo quiera, lo que encuentro improbable. Genma frunció el entrecejo. --Muy gracioso. --¿Quién está bromeando? Genma gruñó. --Tendo, esto ya ha llegado demasiado lejos. De algún modo debemos convencer a Nodoka y a Ranma que abandonen esta locura. --Estaría de acuerdo con eso, Saotome, pero son cosas que deben pasar. Lo sé, tengo tres hijas, y es algo inevitable... --No hablo del maldito periodo, hombre, sino de esta cosa de los días de chica. Temo perder para siempre a mi hijo. ¿Qué pasará si esta experiencia lo lleva hasta el borde? --Realmente no me preocupa tanto como a usted, Saotome. No veo que Ranma haya cambiado mayormente, excepto en sus vestidos y su cortesía. Además, él y Akane se están llevando mejor que nunca. Incluso ayuda a Akane en el dojo y en la cocina... y la sopa que hizo ayer estaba realmente comestible. Quizá es justo lo que estas dos chicas necesitan... --¡Dios mío! ¡Incluso usted está hablando de Ranma como si fuera una chica! ¿Qué está pasando en esta casa? --Paz y tranquilidad, por fin. No estoy tan convencido del entrenamiento, pero ya no tengo intención de discutir las ideas de Nodoka. Ese es trabajo suyo, Genma. Genma se sintió traicionado. Que su más viejo amigo tomara semejante posición. Eso era sólo digno de un cobarde. ¿Cómo podía aceptar esta parodia con tal ecuanimidad? Aunque también tenía parte de razón. Maldición. --Sin embargo, Saotome, todo esto no parece haber afectado las habilidades de las chicas... ella es tan buena como siempre. Quizá un poco mejor. He notado que usted ha terminado en el estanque mucho más seguido que antes. --Sólo porque él no tiene ninguna razón para evitarlo --refunfuñó Genma --. Ranma abusa de eso. --Pero, ¿no es ese un mandato fundamental del Arte? --¡Sí! ¡Pero no cuando lo usa contra mí! Soun agitó su cabeza. Pobre Genma... El tener tres hijas había contribuido a la adaptación de Soun, pero su viejo compañero realmente estaba empezando a estar muy estresado por el tema. El día siguiente empezó muy temprano. Mucho más de lo esperado. Ranma despertó con una sensación inconfortable, y decidió ir al baño. No estaba segura de qué era lo que necesitaba, pero se sentía curiosamente hinchada, así que era una posibilidad. Unos minutos más tarde tuvo que enfrentar la realidad. Había sido informada, entrenada y aconsejada sobre lo que iba a ocurrir. Estaba preparada. Verdaderamente preparada. Por lo tanto, sólo gritó durante cuatro minutos y medio, en lugar de los diecisiete que habría gritado de no estarlo. Tomó los esfuerzos combinados de Nodoka, Kasumi y Akane y una hora de tiempo para tranquilizar a la chica en entrenamiento. Después de un baño y una buena limpieza, ropa interior fresca y el objeto que Ranma había escogido en su lugar (la cosa con alas. Ranma había rechazado de plano el tampón... su mecánica era demasiado escabrosa), empezó a calmarse un poco. Sólo un poco. Empezó a considerar que sería una buena idea andar con suavidad. Como sobre cáscaras de huevo, en un puente raquítico de lianas estilo Indiana Jones, un metro sobre un campo de minas, haciendo malabares con un frasco de nitroglicerina y otro de gas sarin. No, aún más suave. Ranma no estaba en buena forma, emocionalmente hablando. Tenía, muy por dentro, la certeza de que no tenía nada en contra de la idea de su madre de que era tanto hombre como mujer. Ahora no estaba tan segura. Esto era algo que no le ocurría a los hombres. Nada de lo que ella hubiera oído hablar en su vida. Nodoka estaba, por otra parte, algo confusa por la forma en que su hija estaba tomando el asunto. Hasta ahora, se había comportado bien... quizás no como una chica educada, más bien como una machota, tal como lo había esperado. Sin embargo, la situación actual tenía el matiz de una sobrerreacción. Entonces Kasumi, que tenía una cantidad inusual de conocimiento médico, puso el asunto en perspectiva. Las chicas comunes crecen gradualmente y entran en la pubertad tras un largo periodo de preparación. Las alteraciones hormonales son graduales y, gracias a ello, se van acostumbrando. En el caso de Ranma, sin embargo, ese largo período se veía reducido a unos pocos días, lo que lo hacía algo diferente... sin tiempo real para adaptarse. Ranma había enfrentado sus cambios de una sola vez en Jyusenko, y los efectos sicológicos de su primera menstruación se combinaron con los efectos físicos de la incomodidad poco familiar y los desequilibrios hormonales. Todo eso, en conjunto, tenderían a dejar a cualquiera en una situación algo... frágil. En otras palabras, para Ranma, había sido un duro golpe para su autoimagen masculina. Y, por primera vez, Nodoka empezó a cuestionarse. Pero, en realidad, no necesitaba hacerlo. En este momento, Ranma estaba decidido que, sí Akane, o Nabiki o cualquier otra chica en el mundo podían manejar esto, ella también podía. Maldición si después de todo este entrenamiento inicial debía quedarse como chica el tiempo suficiente como para que le volviera a ocurrir, por supuesto, pero podría vivir con eso. Sería capaz de manejarlo la próxima vez. Calambres, rubores, el... el sangramiento y todo eso. Además, no había otra opción. Al usar regularmente el jabón de belleza impermeable, le tomaría unos cinco a siete días para que desapareciera su efecto. Pero no lo haría. Podía manejarlo. Tragó un par de píldoras con una mueca. La marca de fábrica parecía extrañamente apropiada. El otro Midol también se relacionaba en su mente con dolor... aunque era otra clase de dolor... En este preciso momento tenía la dolorosa conciencia de poseer un cuerpo femenino completo. Lo que la condujo a ciertos pensamientos perturbadores. Ranma no tenía exactamente un concepto muy claro del sexo. Oh, seguro, sabía de que se trataba, que ocurría, que se necesitaban dos para... normalmente de géneros opuestos... y cosas así. Pero para ella, seguía siendo algo vago. Quizás por haber pasado demasiados años entrenando sin pensar en nada más que en el Arte, o quizá porque pasó mucho tiempo como una ella... aunque no lo quisiera... por lo que no estaba tan hormonalmente influido como otros chicos de su edad. Lo que ellos podían encontrar incitante, ella lo encontraba un poco atemorizante... incluso más de lo que lo habría encontrado una chica real. Especialmente desde que ella supo que algunas chicas (Shampoo y Kasumi, por ejemplo), no se asustaban del tema, y esas dos la asustaban a ella. Ella tampoco había comprendido nunca por qué Akane la llamaba pervertido, aunque parecía ser un artículo de fe para Akane que todos los chicos de su edad eran unos pervertidos, y la maldición de Ranma sólo había potenciado su perversión. De hecho, no estaba segura de lo que era un pervertido. (Tenía algunas ideas relacionadas con ropa de látex, vibradores, crema de queso y un pollo, pero, seguramente, estaba equivocada en eso). (Nota del autor: No lo estaba. Pero el hilillo de las conversaciones entre Hiroshi y Daisuke hablando sobre las cartas de consulta de ciertas revistas no era exactamente lo que uno podría llamar educación sexual sana.) Lo único de lo que podía estar segura era de que no era un pervertido. Pero no ayudaba que su madre no viera nada malo con ella... cuando ella era un él... dando vueltas por ahí como un conejo loco con zanahorias bañadas en viagra. Su honor, su autodeterminado sentido del honor, le decía que eso era malo. Entonces cayó en la cuenta. Y desde muy alto. La razón por la que tantos chicos perseguían y acosaban a su forma de chica era porque ellos querían... querían... Ack Con ropa de látex, vibradores, crema de queso y un pollo, posiblemente. Una autoimagen fuerte de hombre como la que tenía antes no le había permitido hacer esa asociación. Y ahora podía repentinamente entender detrás de qué clase de asociación andaban. Esos... esos... Pervertidos. Si cualquier chico se hubiera acercado a Ranma en ese momento, Akane posiblemente habría aplaudido admirada su reacción... Genma esta tramando un plan. La primera fase de su trabajo de regresar a Ranma a su condición de chico, con la oposición de Nodoka o sin ella. Después de los severos golpes dados por Ranma, recordó que mojarlo con agua caliente no funcionaría, gracias al maldito jabón impermeable. No importaba que tan caliente estuviera el agua. Y se había esforzado mucho es que estuviera realmente hirviendo... Lo que significaba que recobraría el pelo de su espalda en unos días, por lo menos. Su próximo plan fue intentar robar todo el jabón impermeable. Pero no debería haberlo intentado mientras Ranma estaba en el baño. Ranma había desarrollado cierto sentido de pudor... femenino o lo que fuera... y el cuarto estaba lleno de vapor. Por eso no reconoció a Genma... aunque no habría servido de mucho. Una figura masculina en la sala de baño mientras ella se bañaba. Mala cosa ¿Qué hacer? Desde que su único modelo de acción en una situación semejante era Akane, el procedimiento fue... predecible. --¡Eeeeeeek! --¿Uh? --¡Pervertido! --¿Qué? Wham. Bang. Crash. Paf. Bam. Slap. Patataf. --Yo... yo... "Le preguntaré a Akane si lo hice bien." Plan tres. Si no podía hacer que Ranma se convirtiera en chico, debía hacer que al menos se vistiera como chico. Por lo tanto, usaría las técnicas del viejo maestro para robar toda la desagradable ropa femenina de Ranma. Un Genma algo moreteado entró en un cuarto, vestido como un ninja púrpura y un paño encima de su cabeza. Ah, como le traía recuerdos, de los viejos días entrenando con el maestro. Cuando limpió la cómoda de Ranma y empezó a llenar una bolsa, escuchó un sonido, se dio la vuelta y se quedó estático mirando... Un brillo azul, un mazo, y una muy, muy enojada Ranma. Lo que pasó después también le trajo recuerdos. También de los viejos días entrenando con el maestro. Y también de por qué odiaba esa parte. --¡No puedo creerlo! Metiéndose mientras me bañaba, a pesar de haber puesto el cartel de ocupado y todo, mojándome con agua caliente sin razón, y tratando de robar mis... ¡mis bragas! ¿Qué rayos le está pasando, mamá? --Creo que está disgustado por la forma en la que reaccionaste esta mañana por tu... condición, querida. --Aún no me hace feliz. Pero si Akane puede tratar con esto, yo podré. Pero... ¿por qué estaba intentando robar mis bragas? ¡Esas eran cosas de Ha... de ese viejo pervertido! ¡Y los que se llevaba estaban limpios! ¿¡¿Qué le está ocurriendo a ese baka?!? Nodoka prefirió no reprender a Ranma por su inadecuada forma de expresarse. En parte porque estaba de acuerdo con sus palabras. --Sospecho que está intentando forzarte a volver a un estado masculino. Por ejemplo, el intento de robar tu ropa femenina puede ser indicio de que quiere obligarte a vestir ropa de hombre. --Oh, grandioso. Como si eso sirviera de algo. Mama, nunca he proclamado estar entusiasmado con el entrenamiento, pero he aprendido cosas de él, y lo voy a continuar de todas maneras. Pero este personaje me está alterando los nervios. ¡Realmente! Nodoka retrocedió un poco ante los relámpagos azules que Ranma emitió durante un segundo. Su hija estaba, tal vez, un poco más sensible de lo normal. --Um... quizás sea bueno que uses pantalones hoy, Ranma. Por lo menos así tu padre se podrá sentir mejor... además podrías intentar parecer un poco más amuchachado. --¡Oh, no! El no va a recibir nada de mí. ¡No después de arruinar mi mejor pijama! ¡Lo compré con mi propio dinero por su diseño con caballos, y estoy realmente enfadada por eso! ¡Es el primer pijama de chica que me gustó! ¡Y él lo rompió! Además, nosotros... blagh... se supone que vamos a ir hoy a comprar mi... mi... uniforme. Así que voy a tener que salir con falda. Y si se le ocurre atravesarse en mi camino una vez más... Grrrrrr. Ranma puso una cara que habría hecho arrancar a Akane a esconderse. Estaba de un Humor Que Era Más Que Simplemente Malo. Las oleadas de hormonas que nunca había debido enfrentar estaban jugando con sus estados emocionales (y mentales, si lo quieren). En un momento estaba tratando desesperadamente de no estallar en lágrimas, y al otro evitando con desesperación no salir y matar a alguien (las visiones de un Kuno en desgraciua danzaban en su mente). Sólo su férreo autocontrol, aprendido durante una década, la mantenía libre de cometer algo, bueno, desastroso. Era una pena que Happosai estuviera en la Antártica, tratando de molestar a los pinguinos (Shampoo tenía razón, después de todo... y su mente seguía convertida en yogur). De haber estado cerca, seguramente, su miserable existencia estaría colgando de un hilo. Por razones que nadie ha explicado adecuadamente, los viajes de compras de Ranma tendían a ser secundados por Nodoka y Akane. Pero esto traería algunos resultados inesperados este día. Por ejemplo, Ranma mencionó ociosamente algo sobre un nuevo par de pantymedias. Ese era su tipo preferido de medias, por lo que pensaba de ellas como de una clase especial de calcetas. Akane sabía que era del tipo de lencería que los hombres consideran "interesante", y dijo, bromeando: --No seas tan pervertida... La reacción de Ranma fue... repentina. Akane se quedó estupefacta cuando Ranma se iluminó con un azul incandescente, y gritó encima de su cara (desde menos de cinco centímetros). --¡Yo no soy un pervertido! ¡No sigas llamándome así! ¡Estoy enfermo con eso! ¡Maldición! ¡Ni siquiera me gusta la crema de queso! Akane sintió en ese momento algo muy parecido a lo que Ranma había sentido en muchas ocasiones anteriores. En realidad, lo que cualquiera sentiría si viera un mazo enfrente. Y apuntado hacia ella. --lo... lo siento ranma... --replicó con una voz muy, muy, muy baja. Ranma inesperadamente sonrió. --Correcto. Eso es lo que dices todo el tiempo. Pero apuesto a no tienes idea que es lo que significa. Vamos, entremos a la tienda. Cuando Ranma empezó a caminar hacia la entrada, Akane se quedó congelada en su lugar. Y Nodoka recordó las palabras de Kasumi. --Ranma puede estar... algo malhumorada, Akane-chan, durante unos días. Ella nunca ha tenido que enfrentar esto, y la está afectando de una forma más dura que a una chica "normal". Deberás ser mucho más cuidadosa con tus... chanzas. --El... ella nunca reaccionó así sobre eso, antes... --Quizás, esa palabra... la hiere más de lo que tú crees, Akane. --Nunca... nunca pensé que eso... --Lo he notado --dijo Nodoka con un tono ligeramente acusador--. Normalmente el autocontrol de Ranma es absoluto. Ahora mismo, es menos que eso... será mejor que la vigilemos estrechamente. Los cambios de humor son una cosa... pero mi hija podría hacer algo más... enérgico. Akane asintió, y resolvió ser excepcionalmente mesurada por los siguientes días. Aunque trataba de figurarse que tendría que ver la crema de queso con todo eso. --Voy a parecer un clon. --Sólo tienes que saber cómo personalizarlo, Ranma. Ranma miró a Akane con curiosidad. El uniforme de Furinkan era el usual (blusa blanca y jumper azul) y hasta donde podía decir, no era precisamente personalizable. --Bueno. El truco es llevar una blusa especial. No demasiado, pero sí lo suficiente. Tampoco tienes que usar las mismas calcetas. La mayoría de las chicas usa calcetas estampadas con personajes de revistas, o animalitos, o flores, o cosas así... Pero no creo que haya calcetas de Dragon Ball Z... Y figuritas para los portalibros también. Un montón de chicas, además usa peinados especiales. Sobre todo en nuestra escuela, para molestar al director. Cintas graciosas en el pelo, pulseras, teñirse alguna parte del pelo... Yo no, pero algunas de mis amigas sí... Como digo, cosas pequeñas. --¿Oh? --Sí. También puedes usar una falda más corta... muy corta, o también larga. Hay mucho que puedes cambiar. Claro que no tanto como para que sea una mini, o que llegue hasta el suelo, debes tratar de que no se te pase la mano. Los chicos hacen lo mismo... Usan los cuellos de forma distinta, no se abrochan todos los botones de la chaqueta... Se ponen insignias... --Nunca supe nada de eso... --Nunca usaste uniforme antes... ¡Oooooh! ¡Estas calcetas son perfectas para ti! Ranma miró las calcetas. Tenía que estar de acuerdo. Enterradas al fondo de los pares de Sailor Moon, Doraemo, Minky Momo, Hello Kitty (brrrr), y otras aún más lindas, estaban seis pares de abandonadas, inadvertidas y perfectamente Ranma calcetas. El estampado era una serie de caballos haciendo cabriolas. Ranma aprobó. --Ponlos en la bolsa. Entonces fueron por la ropa de gimnasia. Eso era simple, la "T" amarilla usual y pantalones cortos rojos. --Odio estas cosas --dijo Ranma, sosteniendo los pantaloncillos rojos. Tres pares de algodón grueso y de poliéster que se ajustaban casi como bragas, aunque más firmes. Incómodos, poco halagadores y siempre despreciados. --Todas nosotras los odiamos, Ranma. Desearía que pudiéramos llevar pantalones cortos sueltos como los chicos pero... ¿De qué te estás riendo ahora? --Vamos a empezar a salir hacia la escuela diez minutos antes, alumna. Akane internamente gimió (un hábito que aprendió de Ranma). Ella conocía ese tono de voz. --Um... ¿Por qué, Sensei? --Para que podamos llevar esto bajo el uniforme y puedas practicar tu equilibrio sobre el cerco. Así llegaremos a tiempo para cambiarlos por las bragas antes de clases. También tendremos una mejor opción de eludir a Kuno. Akane sabía que, cuando Ranma entraba en su modo de Sensei, ella sólo debía obedecer. Y tragó saliva. --Um... ¿no deberemos preocuparnos de los chicos que quieran miran bajo nuestras faldas, sensei? --Cuando se den cuenta que llevamos pantaloncillos y no bragas nos dejarán en paz. Y los que no lo hagan, asumiremos que son verdaderos pervertidos (groun) y estarás autorizada a "disciplinarlos" antes de retomar nuestro camino. Si Akane no hubiese estado concentrada en su propios temores de vergüenza, habría podido notar el énfasis insano que Ranma puso en el término pervertido. --¿Ahora los uwabaki? [Nota del autor: Los uwabaki son "zapatos de interior", una especie de combinación de zapatillas y pantuflas que llevan los estudiantes en la escuela. Se los cambian en la entrada y los llevan hasta que terminan las clases, para luego cambiárselos de vuelta. A veces también se usan en el hogar... pero no el mismo par. Uno para la escuela, otro para la casa (si los usan en casa) ] --No. Tenemos que comprarlos en la escuela... ¿recuerdas? --Nunca usé mucho los uwabaki... --Bueno, se supone que ahora sí. Los comprarás en la escuela. Muchas chicas también decoran los suyos para hacerlos más... personales. No se supone que tú lo hagas, pero todas lo hacen. Figuritas y todo eso. Las zapatillas de gimnasia también. No puedes hacer mucho con las camisetas y los pantaloncillos, pero sí con las zapatillas. --Vaya... los uniformes son complicados. --Supongo que querrás una falda más corta en tu jumper... --¿¡¿Qué quieres decir con eso?!? --saltó Ranma. --Um... bueno, ¿Y por qué no? Tienes... um... bonitas piernas... --Humpf. ¿Y entonces por qué tú no lo haces también? Nodoka puso atención. Algo estaba a punto de pasar. Lo presentía. --¿Por...? ¿Por qué debería usar una falda más corta? --Akane, tú sabes perfectamente que, aunque tu busto no está tan desarrollado como el mío... siempre has tenido bonitas piernas. ¡Humpf! Akane se quedó quieta, mirando. Eso era... enrevesado, sí, pero aún así lo era... un cumplido. Uno serio. Ranma debía estar voluble. --Pero... siempre me tratas de fea. --Eso no tiene nada que ver con tu aspecto físico. --¿Q...? ¿Qué? --Golpeándome por algo que digo, sin escucharme nunca, siempre pensando lo peor de mí, siempre culpándome de todo lo que sale mal... ¿Qué hay de bonito en eso? Humpf. No sé por qué me molesto. Y Ranma se dio vuelta con un sollozo. Akane permaneció allí. Aún teniendo en cuenta la posibilidad de que Ranma estaba temporalmente... extraño... debido a su desorden biológico, lo que había dicho tenía un aterrador componente de sinceridad. Y de exactitud. Se suponía que los días de chica serían para educar a Ranma. Pero, tenía que admitirlo un poco, ella también estaba aprendiendo algo. Cosas que no le gustaban. Sobre ella. --¿Qué es lo que quieres decir? --replicó Akane, con suavidad --. ¿Por qué nunca antes habías dicho eso? --¡Porque nunca pude decir ni tres palabras antes de ser aplastado! ¡Por eso! Silencio. Y después, un callado sollozo. Ranma se quedó helada. Se dio la vuelta lentamente, para encontrarse con una Akane que lloraba silenciosamente. --Ay... no llores... yo... yo no quise decir... --Sí, si lo hiciste, Ranma, y... y tienes... todo el derecho y... y debo escuchar más... y, lo siento si he seguido llamándote... lo siento. Hubo una pausa. --Sí, supongo que puedo ser más mesurada con eso... --Lo has sido... yo... trataré de ser más mesurada también... La siguiente reacción de Akane fue clásica para una chica. Ranma podía estar inestable en su estado emocional actual... pero había, posiblemente, algo de chica también... o quizá un chico que estaba aprendiendo a expresar sus sentimientos sin pensar que eso era penoso. Ambas estallaron en lágrimas y se abrazaron impetuosamente. Después de un momento, Ranma murmuró: --N... no puedo respirar... disculpa. Akane lo soltó, y la miró con ojos lacrimosos. --Disculpa, Ranma... Dos chicas permanecieron mirándose a los ojos y decidieron que, incluso si les apestaba la idea de estar comprometidos, no había razón alguna por la cual no intentaran ser amigas. La dinámica estaba empezando a cambiar... Esta vez, quizá, para mejor. Y Nodoka Saotome sonrió... y se maravilló. El camino de regreso fue tranquilo. No, perdón, ese fue otro regreso. Este regreso fue cualquier cosa, menos tranquilo. Empezó con un blanco obvio. Tatewaki Kuno. Bueno, Tatewaki y Tsubasa. De algún modo, aunque Kuno normalmente era tan perceptivo como un topo muerto con una venda, había desarrollado un Tsubasa-sentido, lo que le permitía identificar al maestro de los disfraces realmente estúpidos, a centenares de metros. Y, dado que Kuno estaba convencido que Tsubasa era realmente el demonio Saotome, bien... Nodoka se preguntaba a menudo si ella finalmente vería toda la singularidad que rodeaba la vida de su retoño, o las vidas de los que lo rodeaban. La vista de la espada ondeante con que Kuno perseguía a un juego de comedor aterrorizado, completo, con cuatro sillas y una lámpara económica, era algo que ella realmente no había visto nunca. Pocas cosas podían distraer a Kuno de su honrosa cruzada contra el mobiliario femineizado. Pero la vista de la diosa pelirroja junto a la angelical Akane Tendo calificaba. Por esta vez, decidió aproximarse primero a Akane. --¡Akane Tendo! ¡No temas! ¡Tengo al sucio hechicero bajo control! Permíteme protegerte... --¡Largo! Kuno se volvió hacia la diosa de sus sueños y se quedó helado. Brillaba con un extraño color azul... bueno, no era eso lo extraño, porque, al contrario de otros, nunca supo reconocer que ésta era una señal de peligro. --¡Estoy harta de ti! No sólo nos molestas con atenciones que no queremos, ¡sino que además no puedes decidir a cuál de nosotras molestar! Tú... Tú... ¡Playboy! Kuno respondió, razonablemente. --Pero, ciertamente, tengo bastante amor como para las dos... Y Ranma empezó literalmente a elevarse en el aire. Su moño se soltó, y su pelo en libertad comenzó a fluir hacia arriba. Asumió un tinte verdoso en lugar del rojo natural. Y, por un momento, Akane podría haber jurado que había visto... colmillos. --¡Deberías al menos escoger a una sola chica a la cual molestar! Tú... Tú... ¡Estúpido! --¿He hecho algo que te desagradara? Oh si, ¡estás celosa! Entonces, en verdad, me amas... Ranma nunca supo desde donde vino esa oleada de ki. De alguna parte, claro, pero imposible de definir. Aunque nunca la olvidaría. --¡¡¡Retribución divina!!! Zakk. Mientras Kuno era arrastrado por el relámpago de ki, Ranma regresó a tierra y murmuró. --¡Que gracioso! Ahora me siento mejor. Hey. Mamá, Akane. ¿Qué hacen sobre ese árbol? --Um... Estamos buscando nidos de pájaros, querida. Para decoración. ¿Cierto, Akane-chan? --Oh, sí, sí. Um... ¿Podemos ir a casa ahora? --Ey... ¿No íbamos a otra tienda? ¿A comprar otra cosa, aparte del uniforme? --¡Sí, querida! --¡Por supuesto, Ranma! Más tarde, Ranma se preguntó por qué había comprado un bikini con rayas de tigre. Realmente no era su estilo. El próximo incidente ocurrió con Shampoo. Empezó con el típico abrazo de amazona. Shampoo podría haber escogido una ocasión peor, suponemos, pero este escritor no puede imaginar cuál. Antes que ella pudiera decir "Airen", Ranma empezó a gruñir. Realmente a gruñir, como un animal enjaulado. Shampoo parpadeó. Y soltó el abrazo, confundida y con un poco de miedo. --¿Qué hay de malo? --Tú... Tú... Oh, ahora me doy cuenta. --¿Uh? --¡Eres un chico! Shampoo había sido acusada de ser muchas cosas. Pero la acusación de ser un chico no estaba en los reinos de la posibilidad. Akane miró a Ranma con estupefacción genuina. Nodoka, siendo la mujer sabia y perceptiva que era, también se quedó mirando a Ranma con estupefacción genuina. Esa era una imputación sumamente inesperada. --¿Qué quiere decir Airen? ¿Shampoo chico? ¿Shampoo le parece chico a Airen? --¡No me engañas! ¡Abrazándome todo el tiempo, intentando conseguir una cita conmigo, intentando besarme...! ¡Eso sólo lo hacen los chicos! ¡Eres un chico! ¡Un muchacho cargante y pervertido! ¡Apuesto que incluso tienes crema de queso escondida por ahí! --¡Aiya! ¡Ranma se ha vuelto loco! ¡¡Shampoo llamará a bisabuela para que ayude!! La amazona salió disparada y confusa (de nuevo). --Apuesto que Kodachi también es un chico... --gruñó Ranma. Nodoka realmente tuvo la esperanza que Cologne se dejara caer... Su hija se estaba volviendo errática. Akane pensó que Cologne vendría por una razón diferente. Ranma se estaba convirtiendo en... Akane. --¡Bisabuela! ¡Bisabuela! ¡Ranma loco! ¡Piensa que Shampoo es chico! Cologne sintió un curioso caso de deja vu. Se volvió a mirar el calendario. --No, ella no se ha vuelto loca, Shampoo. No en forma permanente, al menos. Déjame juntar algunas cosas y luego iremos a visitar a los Tendo. Cologne había aprendido muchas cosas durante sus ciento y algo años de vida. Y, a diferencia de los Tendo (con la excepción de Kasumi), o los Saotome, ella tenía una buena idea de lo que estaba ocurriendo. --Su ki está desequilibrado. Puesto que nunca había experimentado esto, sus percepciones están sesgadas. Su próximo periodo será más fácil, pero para los que han cambiado, la primera vez siempre ha sido muy dura. Genma refunfuñó ante la mención de un próximo. --¿Ha ocurrido antes? --preguntó Nodoka. --Oh, sí... raramente, pero ha pasado. Vivimos cerca de Jusenkyo, después de todo. Ahora, es probable que sus percepciones sesgadas sean una influencia de la chica que sea más cercana a ella. Akane dio un respingo. --Oh, ¿Ranma se convierte en chica violenta, entonces? --Humpf. Dado que soy a quien conoce mejor, debe ser la razón por la que no se está convirtiendo en una coqueta. Llamaradas pasaron de un ojo a otro mientras Cologne suspiraba. --De cualquier forma, traje algunas hierbas que la ayudarán a relajarse y a balancear su ki de nuevo. Pero seguirá estando frágil por algunos días. Debemos esperar que no ocurra nada que la perturbe. --¡Ranma Saotome! ¡Vengo a desafiarte! --gritó alguien desde fuera del muro de los Tendo. --¿Cuenta eso? --preguntó Akane, con sequedad. En su habitación, Ranma sostenía su cabeza. Los cambios de humor eran algo a lo que no estaba acostumbrada. Cambios de humor que podrían ser registrados en la escala de Richter era algo a lo que nadie podría estar acostumbrado... al menos no si provenían de Ranma. Primero se sentía irritable, luego se enojaba, luego estaba feliz, se quebraba en llanto y luego... realmente le estaba afectando. Mucho. Tenía que tranquilizarse. Tenía que recuperar el mando. Alma de hielo. Alma de hielo. Una distracción. Trata de distraerte de estos sentimientos. Prueba las cosas que mencionó Akane. Trata de distraerte. Tomó uno de sus nuevos uniformes y lo contempló. Por alguna razón, la mayoría de los artistas marciales que venían a desafiar a Ranma eran practicantes de un estilo similar al Estilo Libre (o sea, poderoso), o practicantes de algún estilo oscuro y esotérico (o sea, descaradamente ridículo). El cinturón que sostenía paquetes de papas fritas, de galletas y de ramitas sugería, con bastante fuerza, algo de lo último. --Akane, ¿puedes traer a Ranma? --preguntó Nodoka. --Um... ¿Estas segura de que es una buena idea, tía? --Debo estar de acuerdo con Akane --agregó Cologne--. En este momento sería aconsejable... --Se aprecia vuestra preocupación, pero como el heredero de la Escuela Saotome de Lucha Estilo Libre, Ranma no puede rehusarse a un desafio. Al menos ella debe confrontar al caballero. Genma asintió. Al menos Nodoka conocía una de las prioridades. "¿Ella?", pensó el desafiante. Akane subió. Akane bajó un poco pálida. --Ra-Ranma ya viene, tía. Estaba, um, probándose su uniforme nuevo. --Excúseme --interrumpió el extraño--. Pero tenía la impresión que Ranma Saotome era un hombre. --Bueno, normalmente, pero no ahora. --replicó una cortés Nodoka. --¿No a...? Y Ranma bajó las escaleras vestido con su uniforme de Furinkan, con sus bonitos calcetines con caballitos y su pelo peinado con trenzas gemelas, una a cada lado, sostenidas con brillantes pinches amarillos. En este momento se veía excepcionalmente bonita. Si Azusa hubiera estado en la habitación, Ranma habría sido rebautizado como Jeannette y secuestrado. Nodoka sonrió y Genma frunció el ceño. El extraño sólo observó y empezó a espetar. --¿Esto...? ¿Esto es el afamado Ranma Saotome? ¿Esto es el maestro de las artes marciales? ¿Esto es el guerrero temible que he venido a desafiar? --¿Sí? ¿Vino usted a desafiar a Ranma-chan? Ranma-chan aceptará, pero no hoy. Ella se siente un poco enfermita hoy... ¿Podría regresar mañana, por favoooor? ¿Por favor, por favor, por favor? Si Ranma había estado comportándose de una forma perturbadora, su nueva ternura estaba aterrorizando a todos en la habitación... Incluso a Nodoka... exceptuando al extraño, que simplemente estaba perplejo. --Oh. Um... Seguro, sí. Mañana... Digamos, ¿en el parque, al mediodía? Um, oh. Me llaman el Gran Pocky. Estoy aquí para hacer una demostración de mi Escuela Especial de Artes Marciales de Bocadillos... Um... Sólo un momento... El Gran Pocky tomo una foto de su bolsillo, la miró un momento y frunció el entrecejo. --¿Está usted segura que éste es Ranma Saotome? Ella no se parece en nada a la fotografía... Ranma se asomó a ver y se río tontamente como la colegiala que representaba. --¡Hai! ¡Ese es Ranma-chan cuando Ranma-chan es Ranma-kun! Pero ella no es un chico ahora, disculpe. Deberá esperar un mes para eso. El Gran Pocky sólo se encogió de hombres. Si ellos decían que esta... persona era Ranma, ¿por qué discrepar? --Entonces mañana, en el parque, al mediodía. Adiós. Cologne miró fijamente a la risueña Ranma y empezó a hacer una olla de té especial. Había llegado justo a tiempo. Una hora después de irse el retador, Ranma se rascó la cabeza y gimió. --Hey, ¿Qué pasa con mi pelo? ¿Y por qué me duele la cabeza? --El dolor de cabeza es un pequeño efecto secundario de la poción que tomaste antes, Ranma. Bebe una taza de este té cada dos horas para ayudarte a equilibrar tu ki. Tu primer periodo te ha afectado de forma muy severa... --Esto sabe horrible. --Es verdad --replicó Cologne--. También te ayudará a controlar tus cambios de humor y la incomodidad. Shampoo ¿está listo ese ramen? --Ya casí, bisabuela --dijo una voz china desde la cocina. --Realmente necesitas tomar el té con un poco de comida. Además, disimulará un poco ese gustillo. --Tengo la sensación de haber actuado como una chiflada todo el día... --. Ranma se sentía disgustada consigo misma. --No es culpa tuya. Debí anticipar que esto podía ocurrir. Entre el desequilibrio hormonal de tu cuerpo y los efectos sobre tu ki, es un milagro que no hayas herido seriamente a nadie. Sólo tu fuerte autocontrol te permitió aminorar los efectos tanto como pudiste. --Yo... le pegué a Kuno con alguna clase de rayo de luz, pero no puedo recordar cómo lo hice... --Kuno no cuenta. Además él mismo se golpea todo el tiempo --apuntó Akane. Ranma bebió a sorbos el té (arj) y aceptó agradecidamente un cuenco de ramen de Shampoo. --Bien... ¿Piensa usted que estaré en forma como para luchar con ese tipo mañana? --Sí tienes cuidado y recuerdas tomar el té, pienso que sí. Pero mantén el control, el té es una ayuda, pero no es una cura. Afortunadamente tu próximo, eh, suceso no será tan fuerte. Sólo va a durar mientras tu ki se balancee... bueno, quizá los efectos más extremos. Cologne agitó su cabeza. Personalmente, si hubiera sido cualquier otro, habría sugerido esperar una semana. Pero, nuevamente, ¿cómo podía saber ella que estas cosas le podían ocurrir a Ranma? --Así que tengo que pelear contra un tipo que usa bocadillos como arma de lucha. Mamá, ¿por qué me buscan todos los tipos raros? ¿Bocadillos? ¿Cómo Arte Marcial? Puedo entender el Okonomiyaki, pero... ¿papas fritas? --Yo no lo subestimaría, Ranma --dijo Cologne. --¿Por qué no? ¡Es una de las excusas más estúpidas que he oído nunca para convertirlo en Arte Marcial! --Ese es el punto. Cada vez que enfrentas algún arte marcial que suena realmente estúpida tienes problemas reales con ella. Incluso este charlatán puede conocer movimientos especiales para los que no estés preparado. Los luchadores congregados fruncieron el ceño. Eso era bastante cierto. --De todos modos, gracias por el té... y siento haberte llamado chico, Shampoo. --Shampoo no enfadada. No reprochará locura de airen. No ayudaría. --Creo que estaba un poco loca hoy... --Y a veces no, --murmuró calladamente Akane. --Como sea, debo estar lista para mañana. Akane, ¿dónde está mi traje de cuero? --Ranma, ¿no estarás pensando usar... eso? --Bueno, seguro no es lo que él espera ¿o sí? Akane y Nodoka se estremecieron, mientras Cologne, Shampoo y Genma miraron perplejos... y Ranma sonrió. Ranma estaba parado en el parque, con un impermeable puesto sobre su traje de lucha. Nabiki, que recién esa mañana había visto por primera vez dicho atuendo, estaba de pie con sus dedos crispados sobre la cámara de video. Shampoo, Ukyo, Akane, Cologne y Nodoka estaban todas a un lado, esperando la llegada del retador. --¿Ranma peleará con chaqueta de detective? Shampoo no entiende. --Sí, Ranchan. No entiendo qué es lo especial de tu traje de lucha. Yo creía que con tu estilo era suficiente. --Debo admitirlo, Ranma. No veo el punto, a menos que estés tratando de emular a Mousse. Akane y Nodoka sólo se miraron y movieron la cabeza. Ranma estaba cuidadosamente controlado. Aunque no estaba tan errática como el día anterior, bajo la superficie existía todavía el potencial como para perder los estribos de nuevo. Había una multitud reunida. Muchos habían venido, y muchos se preguntaban por qué Ranma estaba como chica en ese momento. Nabiki comenzó a vender folletos autorizados que explicaban que Ranma estaba en entrenamiento (autorizados, porque ellos recalcaban que no, Ranma no aceptaba citas), a 500 yen cada uno. Dado que cada uno contenía una foto de Ranma con su minifalda y peto favoritos, se agotaron rápidamente. El Gran Pocky llegó. Y muchas chicas se lo quedaron viendo. Era, como muchos artistas marciales, un tipo atractivo, vestido con una chaqueta de mezclilla suelta, pantalones vaqueros, botas, y su cinturón de bocadillos. Su pelo rubio corto, sus penetrantes ojos verdes y la mandíbula cuadrada, añadida a un físico impresionante, sacaron más de un suspiro de las chicas. (Otras chicas suspiraban porque Ranma estaba como chica en ese momento, y realmente preferían ver al Ranma-chico). Movió la cabeza apuntando a Ranma, quien dejó caer su impermeable y... Bocas abiertas. Muchas bocas abiertas. Las chicas vacilaron y empezaron a morirse de envidia porque ellas nunca usaban eso. Los chicos vacilaron y empezaron a babear. El Gran Pocky, que estaba esperando la muñequita de porcelana del día anterior, simplemente dejó caer su mandíbula. Shampoo, Ukyo y Cologne miraron fijamente, espantadas. Genma casi sufrió un ataque cardiaco. Y Nabiki realizó un acercamiento. Akane y Nodoka sólo suspiraron, aunque debían admitir que el cuero de Ranma era efectivo. [Nota del autor: Aquí insertamos una descripción del traje de lucha, extraído de la segunda parte de estas crónicas... Y si que era cuero. Pantalones cortos de cuero brillante y lustroso, con botas de cala alta y un cinturón de cadena. Y las cuentas. No olvides las cuentas. O los guantes sin dedos. O las medias en red. Incluso la gargantilla. Ranma destellaba un mensaje claro: "Chica mala". Ahora volveremos a nuestra historia.] Ranma echó hacia atrás su cabeza, su moño estaba atado atrás por una tira de cuero negro, y se acercó con arrogancia y sensualidad calculada. El Gran Pocky empezó a sudar. "Mantén el control. Alma de hielo. Que no te molesten las miradas de los chicos, son sólo chicos, no hombres como tú, Ranma, cuando no eres una mujer, y, aún así, eres más hombre que cualquiera de esos mirones." --Entonces --dijo guturalmente--. ¿Le damos o no? El Gran Pocky dio un respingo y tragó saliva. Ranma se ubicó en una pose defensiva casual. El Gran Pocky agarró una bolsa de hojuelas de su cinturón y la aplastó con la otra mano, explotó, lanzando el polvo hacia Ranma. Ranma retrocedió, solo para encontrarse bajo una lluvia de ramitas horneadas. "Auch. ¡Eso duele! ¡No dañan, pero duele!" Bloqueó las ramitas usando el truco de las castañas. Y gruñó cuando le cayó una oleada de palomitas de maíz. Esto continuó por un tiempo. Aunque ninguno de los ataques parecía hacer mucho daño, le impedían acercarse lo suficiente. El Gran Pocky buscaba una oportunidad para su ataque especial, el que nunca fallaba... pero la chica era muy rápida. ¡Si tan sólo pudiera retardarla un momento...! ¡Ajá! De repente, Ranma se encontró asaltada por conos de helado, y uno se le quedó pegado en la cara. Mientras trataba de quitárselo para recuperar la visión, sintió algo cálido y pegajoso alrededor de sus brazos. --¿Qué...? ¿Qué es esta cosa? --¡Ajá! ¡Te tengo! --dijo El Gran Pocky, avanzando para dar el golpe final--. ¡Nadie escapa del Ataque Especial de la Crema de Queso! "¿Crema de queso? ¡¿¡Crema de queso?!?" En alguna parte del cerebro de Ranma, dos conceptos normalmente no relacionados se unieron. --¡¡¡¿¡¡¡Crema de queso!!!?!!! Tú... Tú... ¡¡¡Pervertido!!! --Hey, ¿Qué es eso de pervertido...? ¡Yikes! Ranma estaba brillando. Azul incandescente, una hoguera de rabia femenina, furia masculina, y hormonas realmente desbalanceadas. Una hoguera que estaba gritando "crema de queso", "pervertido" y algo sobre pollos. Una hoguera que estaba tan enfadada que su ki empezó a derretir literalmente el arma lechosa que la envolvía. El Gran Pocky retrocedió, aprehensivamente. Ranma empezó a crear una esfera de ki entre sus manos. Dorada... pero con rayas de tigre negras. --Um... ¿dije algo malo, señorita? ¿Puedo ofrecerte una bebida para arreglarlo? El Gran Pocky sólo lo echó a perder más. --¡Mokou takabisha revisitado! ¡La furia virtuosa de la tigresa! La esfera dorada y los ki negros se dispararon hacia delante, dividiéndose en dos. Convergieron y se cerraron de golpe sobre El Gran Pocky. El maestro de la comida chatarra mortal quedo groogy. La muchedumbre abrió la boca. Nabiki recolectó las apuestas. Akane y Nodoka felicitaron a Ranma, intentando deducir de donde había provenido esa técnica. Cologne miraba fijamente al inconsciente retador, mientras se preguntaba que tendría ese producto lácteo como para provocar que Ranma creara una técnica completamente nueva. Shampoo y Ukyo sólo estaban aleladas. Y la muchedumbre decidió que, aunque Ranma había decido vestirse con algo digno de las Sailor Stars de Sailor Moon, el viejo dicho seguía siendo cierto. Ranma Saotome nunca pierde. --Debo decirlo, aprendiz. Me has impresionado. Y el nombre amazónico para tu nuevo ataque, también. --Quizás. Pero de alguna forma sentí que ese movimiento lo podré hacer cuando sea una chica y este muy, muy enfadada. Ey, Shampoo, ¿qué pasa? Shampoo se sentó y se enfurruñó. --Bisabuela no quiere a Shampoo. --Ya te lo dije, bisnieta, no puede usar un traje como el de Ranma. Esta bien para ella, pero no es apropiado para una amazona. --Ranma entrena para ser amazona. No justo. --Amazona Japonesa, Shampoo, y... y... no voy a discutir más el tema contigo. --Cologne suspiró. Las chicas podían ser muy cansadoras, sobre todo las adolescentes. --¡Ey! ¡Ese traje es excelente! ¡Pareces salida de un juego de video, Ranchan! --Gracias, Ucchan. Parecerá raro, pero me gusta. Tiene mi estilo. Hummm... --¿Qué? --Me preguntaba como se vería una versión masculina. La imagen entró en varias mentes... concentrándose en un par de pantalones de cuero apretados y un chaleco abierto exponiendo un firme torso masculino. Ranma nunca notó tres severos rubores mientras regresaba a su comida de celebración. O la expresión de Nabiki cuando se imaginó comprándole un traje así para Ranma como regalo... y la oportunidad fotográfica. O la expresión resignada de Nodoka. O la mueca histérica de Cologne. O el más furioso rubor de Kasumi, combinado con desesperado "Dios mío". O el súbito tic nervioso de Genma. O el endurecimiento súbito de Soun. O...
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