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Días de chica de Robert Heiney
Traducido al español por: Guillermo Riquelme Valenzuela
 
¡Ah! ¡Esa chiquita y molestosa advertencia de derechos va aquí!


Parte 9:
De vuelta al colegio

La escuela empieza mañana.

Para Ranma Saotome, estas palabras implicaban más horrores que el trabajo entero de Lovecraft, King y Barker combinados. Su primer día asistiendo a la escuela como chica, durante el entrenamiento de los "días de chica" era algo que, de alguna forma, no había anticipado.

No era tanto la escuela de por sí, sino la reacción de sus compañeros. Lo más probable es que fuera caótica. No estaba segura qué sería lo peor, si la reacción de los chicos, o la de las chicas.

En este mismo momento estaba tan nerviosa que no se podía concentrar en el postre enfrente de ella. Lo que, para Ranma, era una señal segura de problemas.

Akane observó a su prometido (¿o prometida en este momento?) y suspiró.

--Ranma, estará bien. Sólo relájate.

--Seguro. En el momento exacto en que entre al camarín de las chicas seré hombre muerto. O mujer. O lo que sea.

--He conversado con Yuka y Sayuri, y van a ayudar. Después de todo, no hay muchas formas de...

--Desearía encontrar una forma...

--¡Konnichiwa, Akane-chan! -- saludó una voz femenina. Akane levantó la vista y sonrió.

--Aquí están, Ranma...

Yuka y Sayuri se sentaron al lado de las dos chicas. Empezaron a escrutar a Ranma cuidadosamente.

--¡Guau! ¡Realmente estás usando un vestido! --dijo Yuka.

--Lo sé. Lo sé.

--Esos aretes son muy bonitos, Ranma --añadió Sayuri.

--Um, gracias...

--Me gusta ese moño. Ese estilo es muy lindo, y ese pañuelo azul --advirtió Yuka.

--"Lindo" no es mi palabra favorita en este momento --se quejó Ranma, recordando sus problemas con el período. Y estaba muy, muy feliz de que eso hubiera terminado, por ahora...

--¿Dónde compraste esos zapatos? Me gustaría tener un par como...

--Sayuri, Yuka. Se supone que nos iban a ayudar a introducir a Ranma en el ambiente de la escuela, ¿recuerdan?

Las dos asintieron.

--Hemos estado tanteando el terreno, por decirlo así. En realidad, la mayoría de las chicas con las que hemos hablado no están realmente preocupadas por Ranma, incluso por el asunto del camarín. Se figuran que si puede usar un atuendo como el de la otra vez, tiene que ser mucho más femenina de lo que habían pensado --dijo Yuka.

Sayuri asintió.

--Además, sospecho que al menos un par de ellas querrán lanzarle agua caliente para echarle un vistazo a su cuerpo. No creo que sepan que eso no va a funcionar.

Ranma pestañeó.

--¿Qué...? Una chica no haría eso, ¿o sí?

Akane gimió. Para su disgusto personal, conocía un par de chicas que alegremente harían eso.

--Ranma, no todos los pervertidos de este mundo son chicos... dijo Akane.

"Así como no todos los chicos de este mundo son pervertidos", añadió para sí.

--De todas maneras --continuó Sayuri --, la mayor expectación es por saber si Ranma se unirá a alguno de los equipos. El grupo de gimnasia rítmica y el de karate son por los que más apuestan, aunque otras creen que se unirá al equipo de Kendo...

--Sí, correcto. ¿Me imaginan blandiendo una espada de madera por ahí sin tener a Kuno por delante?

Las otras rieron con eso.

--No sé --agregó Akane--. Quizá pudieras inventar un apodo ingenioso y practicar tu declamación.

--No tienes idea de cuando animaría a Kuno con eso.

--¡Ranma Saotome, "la Tigresa Roja de la Escuela Furinkan" --sugirió Sayuri. Yuka agregó, tras una pausa:

--No, esa indumentaria de kendo ocultaría mucho de la figura de Ranma-chan...

--Chicas, no están ayudando mucho...

--Desearía tener el valor de llevar un traje como el que usaste en tu pelea, Ranma-chan --añadió Sayuri --. Te veías realmente guay con él...

--¿Por qué será que de repente todas las chicas de Nerima se quieren vestir como yo? --preguntó Ranma.

--Bueno. Te veías realmente guay, Ranma --dijo Yuka --. Además, a todas nos gustaría tener tu descaro... Me moriría si alguien me viera usando eso, pero... desearía intentarlo, alguna vez...

Ranma agitó la cabeza. Aún cuando ahora era una de ellas, nunca iba a entender a las chicas. ¿Qué tenía de especial su ropa de cuero?

Entonces, realmente, empezó a pensar como se veía. Y se ruborizó tanto que parecía una manzana femenina.

--Um... Son sólo para pelear, ¿saben? Y me permiten desconcertar a mi contrincante...

--Oooooh. ¡Realmente estaba desconcertado! Debes haberte dado cuenta de la forma en que miraba tu...

--¡Sayuri! ¡Silencio! --protestó Akane.

--Bueno, no sólo él --intercedió Yuka --. Casi todos los chicos lo estaban. No imagino cómo podrían haberlo evitado.

--¿Casi todos los chicos? -- notó Sayuri.

--Bueno. algunos estaban mirando más tu trasero... esos pantalones cortos son muy ajustados, después de todo, y tampoco son muy grandes y...

Ranma enterró su cabeza entre las manos y gimió. Esto era como escuchar una versión femenina de Daisuke y Hiroshi.

Akane, esta vez, estaba pensando muy seriamente en mandar al infierno a sus amigas, en lugar de a Ranma. Hizo un esfuerzo, se contuvo, y dijo.

--¿Podríamos volver a nuestro tema, por favor?

Y se hicieron planes.
 


 
--Odio este uniforme.

De algún modo, Ranma se veía como una clase de chica totalmente diferente cuando usaba la blusa y el jumper de Furinkan. Una colegiala bastante común. Y, además, una colegiala común bastante, bastante avergonzada.

Ajustó los tirantes de su jumper, verificó su peinado y suspiró. Por lo menos encajaba. Se ajustó los pantaloncillos que llevaba bajo la falda (necesarios para ir a la escuela en su forma acostumbrada), y agarró su maletín.

Después de un rápido desayuno, ella y Akane pasaron delante del pandificado Genma (que había descubierto nuevamente que su hija era peligrosa en las mañanas), y saltó al borde del cerco. Ranma caminó delante con su confianza habitual. Akane la seguía detrás, un poco vacilante, pero con compostura.

Akane estaba, de hecho, mejorando mucho bajo la tutela de Ranma. Y esa tutela tendía a ser educativa.

Ranma de hecho había empezado con lo que ella consideraba lo básico. Como caer. Akane pensaba que sabía como caer... esa es, después de todo, la primera lección en casi cualquier arte marcial.

Ranma, descubrió, se refería a saber cómo caer desde un tejado. El Saotome-Ryu era, después de todo, un arte...

Saltar también era raro. Ranma había mencionado algunas cosas extrañas y difíciles de entender acerca de enfocar el ki y saltar con el corazón, y no con las piernas. Eso no tenía sentido, si empezaba a pensar en eso.

Pero... si ella no se ponía a pensar... descubrió que podía saltar casi dos metros y medio hacia arriba. No tanto como Ranma, aún, pero su sensei dijo que lo lograría muy pronto.

Akane no estaba muy segura de si le gustaba la perspectiva. ¿Se encontraría pronto en medio de los jugadores principales? ¿Quería realmente estar al nivel que Ranma pretendía hacerla llegar?

Todo lo que sabía era que Ranma empezaría a entrenarla en algunas técnicas realmente raras. Algo tenebroso. Algo... que la haría como Ranma.

Se vio nuevamente a sí misma con la ropa china de Ranma, peleando contra múltiples prometidos, mientras una chica con un pañuelo en la cabeza la atacaba una sombrilla rosada y gritando algo acerca de arruinar su felicidad.

Eso no era divertido.

Uf, estaban cerca de la escuela ahora... podía dejar de pensar en eso. Al menos eso esperaba.

Y allí estaba él... no habían logrado eludirlo, después de todo. El chico terminalmente engañado número uno de todo Nerima, Tatewaki Kuno.

Quién, en este momento, no los advirtió.

En lugar de eso, examinaba sospechosamente muchos, muchos objetos inanimados, tratando de determinar si el hechicero Saotome estaba dentro de alguno de ellos.

La firme convicción de Kuno de que Tsubasa era realmente Ranma había alcanzado ciertos niveles de locura. Cualquier cosa, cualquiera, podía ser su odiado rival. ¡El mobiliario, las señales de tránsito, las máquinas...! ¡Cualquiera podía ser ese demonio!

Ranma y Akane pasaron delante de Kuno, quien estaba atizando una inocente toma de agua con su espada, y se dirigieron al lugar donde Ranma jamás habría esperado ir... al menos, no por su voluntad. El camarín de las chicas.

Sayuri y Yuka estaban esperándolas junto a un par de chicas que querían ver si realmente llegaba un Ranma femenino. Ranma empezó a sentirse muy, muy nerviosa. Entendiblemente.

Se sacó los pantaloncillos se puso la más cómoda ropa interior sin levantar su falda. Esto era, para ella... perturbador. Las nuevas chicas cayeron en cuenta de que Ranma realmente iba a usar bragas. Eso, más que nada, indicaba que el asunto de los "días de chica" era verdad y no sólo alguna estrategia para andar fisgoneando.

Y, más aún, si Akane estaba de acuerdo con eso, debía ser cierto. El concepto de que Akane pudiera estar ayudando a un chico, cualquier chico, a complacer sus prácticas perversas era, bueno, inconcebible.

Pero aún no estaba completamente tranquilo... pero tal vez las cosas no serían tan malas como había temido.

En cuanto Ranma y Akane salieron del camarín, los chismorreos comenzaron...
 


 
--¡Nihao, Ranma!

"Oh, alegría. Shampoo. Y aún no es la hora del almuerzo, y... y... ¿Qué diablos?"

Shampoo estaba ahí, de pie, en el uniforme de Furinkan, con su pelo arreglado con horquillas rojas anchas, en lugar de sus usuales ornamentos de amazona.

--¡Shampoo viene a escuela! Bisabuela dijo, si Ranma va, si Akane va, y Ukyo va, ¿por qué no Shampoo?

--¿Ella dijo, dijo ella? --pregunto Akane, siguiendo la corriente.

--Dijo que Shampoo con acento. No entiendo. Pero si bisabuela dice que...

--Ya veo --. Akane supuso que eso era parte de la razón, pero también era cierto que Cologne aún tenía planes para entrampar a Ranma. Y así, con Shampoo en clase, podría mantener un ojo sobre ella. Aunque, por cierto, media población de la escuela ya tenía puesto un ojo sobre ella.

Shampoo había arreglado su falda lo más corto que podía, y su jumper se veía bastante más ajustado que lo que parecía adecuado en una situación escolar. Y ya ningún chico no lo había notado.

--¡Guau! ¡Primero Ranma y ahora esta chica!

--Hombre, ¡es una gatita!

--Maldición, ¡incluso habla divertido!

--¡Mira esas piernas!

--¿No cambiará de sexo también con el agua?

Muchos, muchos chicos se pusieron verdes. Eso calzaría con la situación.

--Yo la conozco --dijo Daisuke--. Ella es Shampoo. Créanme, no es buena idea molestarla.

--No te van a escuchar Dai, --comentó Hiroshi --. Después de todo, si nosotros no supiéramos de ella, tampoco escucharíamos.

--Buen punto. ¿Cómo se sentirá Ranma ahora? No creo que esté muy contento.

--Nop. Hablé con ella ayer, y dijo que se estaba adaptando. Incluso a veces le gusta un poco.

--Hummm.

--Pero ella no saldrá contigo, Dai.

--Eso no es gracioso.

--En realidad, esto de mantener mis manos controladas no es mi costumbre... Ey, mira eso. Parece que ese tipo quiere pellizcar a Ranma...

Los gritos de dolor salieron de muy cerca.

--¡Guau! Eso debe doler.

--Tú lo has dicho, Hiroshi... Pero, ¿de dónde sacó Ranma ese mazo?

--No creo tener ganas de preguntarle. Vamos a clase.
 


 
Hinako-sensei miró fijamente su lista de alumnos, luego a Ranma, luego a su lista de alumnos, luego a Ranma, luego... su cuello le empezó a doler.

--¿Seguro que no está planeando algo inapropiado, Ranma?

--No, sensei. Es parte de un entrenamiento especial para enfrentar mi femineidad con determinación masculina.

Hinako parecía dudosa. Pero, hasta ahora, Ranma no había hecho nada malo, a menos que fuera malo estar en clase en su forma femenina, con uniforme de chica y sentada propiamente en su escritorio. Akane estaba sentada a su lado y guardaba un ojo sobre ciertos estudiantes nuevos que miraban especulativamente a su prometido... es especial la del cabello púrpura.

Ukyo-kun suspiró. Sus esperanzas de encantar a Ranma con su verdadera devoción se complicaban aún más con la súbita presencia de Shampoo en Furinkan. Y eso era más que sobrellevar los problemas usuales con las nuevas compañeras que pensaban que era un chico sumamente guapo. Bueno, eso no era nada nuevo...

Ranma jugó con su moño y sintió que algo ocurriría pronto. Algo malo, algo peligroso y, con certeza, algo tonto.

Y Ranma se congeló cuando comprobó su programa de estudios optativos. Algo tonto ya había pasado.

Y todo porque había escogido el programa para las chicas. Economía doméstica, literatura, familia... nada de eso le gustaba en lo absoluto.

--Bueno, si ese es el, eh, caso, Ranma, supongo... se ve algo incómoda. ¿Necesita ir a la enfermería?

--No, sensei.

Hinako hizo una pausa y añadió.

--Eh... ¿pero, podría ir mientras paso lista? La enfermera tiene de esos ricos chupetes y realmente, realmente, quisiera uno... Por favor, Ranma, no golpee así su cabeza contra el escritorio. Podría romperlo y no es una actitud femenina...
 


 
Economía doméstica. Cocina, limpieza, costura, lavado, mantener el presupuesto. Salvo la parte del presupuesto, Ranma ya sabía algo de todo eso. A excepción de la cocina, Akane era apta para las otras cosas.

Era la cuarta vez que Akane tomaba el ramo de Economía Doméstica. No porque tuviera que tomarlo (era lo suficientemente buena en el resto de los ramos como para aprobar las anteriores veces) sino a causa de su determinación. Iba a aprender a cocinar cualquier cosa, además de una ensalada o un sandwich.

Por supuesto, esta vez su compañera fue Ranma. Sus anteriores parejas sólo habían sonreído y sorprendido cuando ella cocinaba. Ranma, que debía vivir con los resultados, tenía un proyecto diferente. Por eso, debía enseñarle.

--Eso es levadura, no harina.

--¿Oh?

--Eso es aceite de oliva, no aceite de maíz.

--¿Hay alguna diferencia?

--Oh, sí. No, pimienta. No puedes poner pimienta en el postre...

--¿Pero no es para darle sabor?

--Arrgh.

--Supongo que realmente tienes ganas de insultarme ¿o no? --un ligero suspiro.

--No tienes idea... mira, sólo sigue los ingredientes que aparecen en la receta, con exactitud.

--Oh... ¿eso es importante? Yo creía que sólo eran sugerencias.

"Ella no puede hablar en serio... oh, sí, lo está diciendo en serio. Esto va a ser lento".

Akane, esta vez, obtuvo un aprobatorio 70 en su preparación. Ranma obtuvo 90, y podría haber sido 95, pero Akane le había pasado la sal cuando le pidió el azúcar.
 


 
--Aburrido es esto.

--¡Tu culpa es esto!

--Por esta vez estoy de acuerdo con Ranma. No puedes acusar a un maestro de ser un macho idiota en clase, ¿sabes?

--¿Y tenías que incluirnos con tu argumento? Quiero decir, honestamente, ¿a quién le interesa que no hayan existido emperatrices en la historia del Japón?

--Deben haber sido ¿Por qué dieron baldes?

--Ranchan, explícaselo tú ahora...

Y así, Ranma trató de explicarle el asunto de los baldes a Shampoo, mientras Akane y Ukyo refunfuñaban.
 


 
--¿La raíz cuadrada de siete? ¿Tokugawa leyeisu? ¿El almirante Perry? ¿La familia Brady? ¿Una rana muerta?

Suspiro.

--No, señorita Saotome.

--¿Shampoo piensa que puede ser familia Brady?

Un profesor gimió. Al igual que muchos otros.
 


 
Hora del almuerzo. Un dulce descanso, pero muy breve.

Ranma se sentó bajo un árbol, suspiró y aplastó su falda. Abrió su nueva lonchera, envuelta en lo que estaba volviéndose su firma personal: un hurosiki (pañuelo) decorado con caballos, y suspiró con satisfacción. Nodoka, decidida a ser una buena madre, había rechazado la ayuda de Akane para hacer el almuerzo de ese día.

Levantó la vista y se sorprendió al ver a Yuka y Sayuri enfrente de ella.

--¿Te molesta que almorcemos contigo, Ranma? --preguntó Sayuri.

--Um... no, no... pero, ¿no almuerzan siempre con Akane?

--Bueno, vimos que estabas sola y, además, Akane y Ukyo están tratando de explicarle unas pocas cosas a Shampoo acerca de la escuela. Pensábamos que ibas a estar con Daisuke y Hiroshi, pero...

--Ellos no se sienten... cómodos con eso. Los chicos usualmente se juntan con chicos, y las chicas con chicas, y ahora no están muy seguros de qué soy ahora (y a veces ni siquiera yo mismo). Además, se ve raro que una chica coma con un chico, a menos que estén interesados uno por el otro...

Las dos chicas asintieron.

--Oh ¡que lindo hurosiki! ¿Te gustan los caballos, Ranma-chan? --dijo Yuka entusiasmada.

--Soy un caballo, ¿recuerdan?

Sayuri rió.

--Ella los usa. Como las calcetas, también. Supongo que son tu marca de fábrica ahora, Ranma. Igual que los pantalones cortos de cuero.

--Te lo dije, son sólo para los encuentros...

--Sólo bromeaba. Humm... pero ese contenido no es un poco mucho, creo...

--¿Uh?

Yuka asintió

--Tu mamá puede enseñarte mucho cómo ser mujer, pero ella no debe saber mucho de cómo ser una chica. Deberías tener un almuerzo más elegante, realmente. Y la lonchera misma es un poco plana...

--Bueno, soy una marimacho después de todo --bromeó Ranma--. Estoy más preocupada por la cantidad y calidad de la comida que de la forma en que se ve. Lo que me recuerda... --y empezó a comer con su peculiar alta velocidad, pero elegante feminismo que había desarrollado.

--¿Por qué comes tan rápido, Ranma? Siempre me ha sorprendido. --preguntó Yuka.

Ranma hizo una pausa.

--Bueno. La mayor parte de mi vida he tenido que pelear con papá por la comida. Si no como rápido, no consigo mucha comida. Y se ha convertido en un hábito.

Sayuri se sorprendió.

--¿Tienes que luchar con tu padre por la comida?

--Bueno, él lo llama entrenamiento. Por supuesto, llama entrenamiento a cualquier cosa estúpida. Es su estrategia para disimular sus errores. Papá tiene un sistema de valoración único.

--Ya... veo.

Ranma comió un poco más.

--Hay, no puedo decir que haya sido tan malo como creía. Quizás la prueba de fuego sea cuando empiece la clase de gimnasia...

--Oh, eso me recuerda. Tenemos algunas notas que nos han pedido que te demos --dijo Sayuri.

--¿Notas?

Usualmente las únicas notas que le llegaban eran de Ukyo, Akane, Daisuke o Hiroshi. Estas no se veían como ninguna de esas... y ciertamente ninguna de ellas tenía a Sayuri como intermediaria.

--Hai. Todos saben que te estamos asesorando, pero, ¿son personales?

--No realmente. Dos son de chicas que me advierten sobre mi comportamiento. Dos son chicas que me preguntan cómo es que estoy haciendo esta cosa horrible... parece que les gusta más mi aspecto masculino. Una es de un tipo preguntando... um... voy a tener que darle unos cuántos más tarde.

--Ese fue Enzo.

--Bien. Es bueno saber que le estoy dando al tipo correcto.

--¿Por qué le vas a pegar? --preguntó Yuka.

Ranma le pasó la nota a la muchacha, que la leyó y empezó a ponerse más bien colorada.

--Ese... ¡ese pervertido! ¿Cómo puede pedirte que le ayudes a ubicar el mejor lugar donde hacer un agujero para espiar en el camarín de las chicas?

--Chico o chica, nunca haría eso. Sólo desearía saber que ha hecho que este idiota piense que yo lo haría. De todas maneras, como solidaridad femenina, o lo que sea, es mi deber darle su merecido.

--¿Darle su merecido a quién, Ranma? --preguntó Akane al acercarse.

Una nota fue explicada. Por el momento, Akane empezó a enojarse contra su objetivo usual (a saber, Ranma), pero se dio cuenta que ella nunca lo haría. Además, era obvio que Sayuri y Yuka estaban ocupadas sugiriendo los mejores lugares donde podía golpear al errante Enzo... Sayuri pensaba en geografía, y Yuka en anatomía. Ranma sólo asentía y tomaba notas.

--Ranma, es tu primer día en la escuela como chica, y no deberías estar preocupada por estas cosas tan prematuramente... así que déjamelo a mi. Tengo una larga experiencia golpeando a pervertidos, después de todo.

--Nop... él no sólo ha insultado a todas las chicas de la escuela y ha sido un verdadero pervertido con esto, sino que además me ha insultado personalmente al pensar que yo podría hacer algo como eso. O que soy lo suficientemente estúpido como para no darme cuenta que, además, me estaría espiando a mí también... así que es un asunto de honor. De todas formas, cuando termine mi almuerzo iré y sólo discutiré amistosamente con él acerca de esta nota...

Un momento después, un aterrorizado Enzo huía de un Ranma que rápidamente se acercaba. Hinako empezó a caminar hacia la pareja, moneda en mano, murmurando "delincuentes", cuando Akane la detuvo y le explicó las acciones de Ranma. Los ojos de Hinako se ensancharon. Y entonces asustó a la mayoría de los estudiantes gritando, muy atípicamente:

--¡Ve tras esa pequeña sabandija Ranma! ¡Puedes llegar tarde a clase si necesitas tiempo!

Después de todo, ella podría ser una devoradora de ki, una vampiresa de energía... pero también era una chica.
 


 
La clase recomenzó. Ranma estaba un poco decepcionada por lo breve de la persecución. Enzo tenía un ojo morado. La mayoría de las chicas ya se había enterado del plan de Enzo y estaban redefiniendo el concepto de mirada feroz. Bueno, aquellas que no estaban mirando a Ranma con nuevo respeto.

Este nuevo respeto se manifestó cuando Ranma fue, con considerable nerviosismo, a cambiarse al gimnasio, esperando desdén, o desconfianza, o agua caliente, o gritos, o cualquier cosa que fuera a recibir.

--Oh, Hola, Ranma-chan.

--Hey, gracias por lo de Enzo. Sabemos que es un pervertido, pero decirle a una chica que haga eso es... inaguantable.

--¿A qué clubes te vas a unir esta vez, Ranma?

¿Aceptación?

¿Se estaban desvistiendo sin quedarse mirándola? ¿Sin miradas asesinas? ¿Sin cuchicheos de "pervertido" o "rareza"?

¿Estaban tratándola realmente sólo como a una chica más? ¿¡¿Qué diablos estaba ocurriendo?!?

Y Akane sonrió y dijo

--Felicidades, Ranma-chan. Estás adentro.

Ranma empezó a cambiarse... mucho más nervioso en apariencia que todo el resto de las chicas alrededor... y agitó su cabeza. A veces la vida era simplemente muy rara.
 


 
Béisbol. Oh, recordaba muy bien el béisbol desde sus primeros días en Furinkan. Cuando atajó una bola lanzada a alta velocidad con su propia cara.

Pero nunca imaginó que terminaría jugando con un grupo de chicas. Con Shampoo en el otro equipo. La vida da muchas vueltas.

Cuando tomó el bate comprendió que Shampoo realmente no entendía el juego. La descarga de, al menos, una docena de pelotas se lo hizo saber. Una vez más, Shampoo había encarado un juego japonés normal con una perspectiva amazónica única.

Eso era convertirlo en el primer juego de Artes Marciales de Béisbol Estilo Libre.

Ranma miró fijamente una segunda oleada de pelotas y dijo, rápidamente:

--Tenshin Amaguriken revisado ¡Técnica de bateo de las castañas!

Su bate se convirtió en una corriente de movimiento.

Su equipo se sorprendió (sin mencionar al otro) al verle golpear todas las pelotas y hacerlas volar en todas direcciones. El árbitro se encogió de hombros y dijo:

--Bueno, ninguna fue falta...

Cuando el recibidor intentó atrapar demasiadas pelotas, Ranma empezó a correr hacia la base. Entonces empezó a eludir los muchos intentos de echarla fuera.

Hiroshi y Daisuke estaban, como era su costumbre, observando a las chicas en sus pantaloncillos jugando. Esta vez, en lugar de mirar de soslayo y comentar que tan bonita era esta o aquella, reían histéricamente mientras Ranma brincaba, se agachaba y básicamente, urdía una compleja ruta de base a base, evitando los muchos intentos de detenerla. Siendo Ranma, era como una carrera a casa... pero no tan simple como la mayoría había esperado.

Un poco después, los equipos se intercambiaron. Akane estaba lanzando. Cuando Shampoo fue al bate, la amazona hizo muecas ante el poco familiar instrumento.

--¡Strike uno!

Shampoo gruñó. Akane sonrió.

--¡Strike dos!

Shampoo refunfuñó. Akane sonrió mucho.

Mientras Akane lanzaba su tercer tiro, Shampoo resopló, lanzó su bate lejos, extrajo uno de sus bonbori y giró...

¡Clang!

El árbitro hizo una pausa. Revisó su libro de reglamente por si existía alguna regla sobre una pelota incrustada en el extremo de un bonbori.

--Um... ¿Strike dos y medio?

Mientras Shampoo y Akane se ruborizaban mortificadas, Ranma se cayó al suelo riendo. Dado que la mayoría de las otras chicas hizo lo mismo, evitó la recriminación de Akane.

--Shampoo simplemente debe aprender a batear. ¿Nuevo intento? --dijo la amazona, tomando nuevamente el bate.

Esta vez Shampoo le dio. La pelota se fue derecho, por supuesto, a Ranma.

Mientras se preparaba para atraparla... Esta vez su atraparía una pelota en regla...

--¡¡¡ohohohohohhohohohohohoh!!!

"Auch... ¿Por qué ahora?"

--Esta vez, bruja, tendrás que confesar que has hecho con mi Ranma queridoug...

Ranma parpadeó. ¿"Queridoug"? ¿Qué quiere decir con "queridoug"?

Y se dio la vuelta para ver a Kodachi de pie, en su leotardo y con una boca llena de béisbol.

Mientras la Rosa Negra farfullaba ante esta nueva humillación, una acalorada discusión surgió entre las dos capitanas de equipos. La capitana de Ranma insistía en que la bola había sido cogida, por lo que Shampoo estaba fuera. La capitana de Shampoo insistía en que Kodachi no estaba en el equipo, en el juego y ni siquiera en la escuela, por lo que la pelota estaba libre. El árbitro golpeaba su cabeza contra un árbol, diciendo algo sobre mudarse a Australia.

Entonces Shampoo empezó a gritarle a Kodachi por interrumpir el juego.

Akane empezó a gritarle a Shampoo sobre su objetivo.

Kodachi intentó gritar, pero su boca estaba ocupada, por una pelota de béisbol.

Ukyo pasó por ahí y empezó a gritar tratando de saber que diablos estaba pasando ahí.

Kuno apareció, gritando acerca de ciertos principios de comportamiento.

Gosunkugi no gritó, pero empezó a tomar fotos de Akane.

Varias otras chicas empezaron a gritar porque, bueno, todas las demás estaban gritando y ellas no querían ser menos.

La única que no gritaba era Ranma.

Simplemente miraba frustrada.

Así que caminó hacia el árbol, con suavidad movió al árbitro hacia un lado, y golpeó el tronco para dejar salir un poco de vapor.

El árbol grito en agonía.

Todos se congelaron. Y entonces Kuno gritó:

--¡Saotome!

El griterío se degradó en lucha.

Kuno persiguió al árbol... y sí, era Tsubasa... alrededor del diamante del béisbol.

Ukyo se unió a Kuno

Shampoo se unió a Ukyo, gritando que quería saber que estaba pasando.

Akane refunfuñó en medio del diamante.

Kodachi intentó quitarse la pelota de béisbol sin éxito.

Ranma simplemente se quedó allí, sintiendo que en cualquier momento Rod Serling aparecería para explicarlo todo. Aunque dudó que el americano podría hacerlo bien.

Tsubasa-árbol, en su arremetida, pasó sobre el pie de Gosunkugi. Digamos que el brujo-voodoo gruñó de dolor y cólera, y, de algún modo, logró sacar cuatro velas de su bolsillo, los ató y empezó a perseguir al árbol con un pequeño martillo, un clavo y un muñeco de paja con la obvia intención de clavarlo en él.

Ahora, todos los que no estaban persiguiendo al árbol estaban gritando, a excepción de Ranma, que estaba en un estado de ofuscación, y Akane, que estaba en un estado de furia extrema. Ella odiaba estar enfadada y no saber con quien lo estaba.

Kodachi, advirtiendo que el foco principal del asunto era un árbol que se movía a bastante velocidad, continuó tratando sacarse la pelota con una mano, mientras fustigaba con la otra su cinta, tratando de agarrar un objeto conveniente.

El objeto conveniente resultó ser Gosunkugi,. Ella lanzó al espectral muchacho hacía el árbol... y Gosunkugi, asustado por lo repentino, aterrizó en las ramas. Se resbaló y desesperadamente intentó sostenerse con sus rodillas. Tuvo éxito.

Entonces, viendo la oportunidad, levantó su martillo, posicionó el clavo, preparó la muñeca...

¡Whamp!

--¡¡¡¡¡Yyyyyyiiiiiiiiaaaaaaauuuuuuuu!!!!!

Y un colorado Tsubasa salió disparado por la copa del árbol como un corcho fuera de una botella de champaña, frotando su extremo posterior.

Cuatro muchachos levantaron carteles que decían 10, 10, 10 y 6.5 (este último era el juez rumano).

Tex Avery pasó por ahí y asintió, diciendo

--Ese fue un buen lanzamiento.

Kuno miró y entonces abrazó a Gosunkugi, diciendo, tal humildemente como podía, su noble gesto contra el hechicero, sugiriendo que el pálido muchacho tenía potencial, después de todo.

Gosunkugi disfrutó su victoria, sobre lo que el pensaba que era una driada.

Kodachi trató de decir algo, pero seguía masticando cuero.

Shampoo se detuvo mirando con asombro embotado.

Ukyo rió, le dio un pellizco en la mejilla y un cupón para okonomiyaki gratis, por una semana, a Gosunkugi.

Akane se marchó, para ir a buscar algunos ladrillos que romper. Y Ranma...

Simplemente se sentó y empezó a reír histéricamente.
 


 
--¿Cómo estuvo la escuela, querida?

--No tan mal, mamá. Podré soportar un mes de esto.

--Um... Temo que tengo malas noticias. El director de la escuela llamó. Dijo que si empezabas este curso como chica, debías terminarlo como una... y mencionó algo sobre palmeras.

--El director es un Kuno, mamá, y él siempre dice cosas así.

--Ranma, tienes que respetar a la autoridad, así que nosotros... ¿un Kuno?

--Sip.

--¿Algo como el chico Tatewaki?

Ranma describió al director Kuno.

--Ah. Entonces no importa. No tendrás que hacerlo a menos que sea un día de chica. Oh, y durante la gimnasia. Pero temo que los ramos optativos no pueden cambiarse... Eso será un poco molesto para ti, pero...

--Realmente mamá... no creo que lo sea...



Fin de la parte 9

 
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