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Días de chica de Robert Heiney
Traducido al español por: Guillermo Riquelme Valenzuela
 
Ya saben.


Parte 10:
Relleno (un descanso entre otras cosas más serias)

La casa de los Tendo, desde la llegada de Ranma y Genma Saotome, tendía a seguir una simple rutina.

Ranma se levantaría (normalmente protestando) y lucharía con su padre en el patio, mientras Akane iba a su trote matinal. Ranma o Genma eventualmente caerían al estanque, y el otro lo seguiría a continuación. Kasumi tendría una tetera con agua caliente preparada, y empezaría el desayuno. Durante el desayuno, Ranma insultaría a Akane de algún modo, con frecuencia inadvertidamente, ganando un nuevo vuelo a la baja estratósfera o de regreso al estanque. Después del altercado usual, irían a la escuela.

Desde el inicio del entrenamiento de los "días de chica", la rutina se había alterado.

Genma comenzaría uno de sus inútiles planes de reforzamiento de la masculinidad de Ranma (el de esta mañana consistió en colarse furtivamente en el cuarto de Ranma, temprano en la mañana, con pintura de guerra y una pluma en su cabeza, golpeando un tambor y gruñendo). Ranma le daría un puntapié a su padre directo al estanque, se vestiría e iría a la inevitable lucha de la mañana. Después de mandar de nuevo a Genma al estanque, desayunaría (lo que era mucho más pacífico desde que Nodoka le había inculcado que las señoritas no insultaban a las personas accidentalmente), se cambiaría para la escuela, se aseguraría que su peinado estaba bien, y saldría... seguida por Akane por el borde del cerco, ahora más estabilizada.

Mientras iban a la escuela, Ranma dijo perezosamente:

--Desearía tener un uniforme mágico.

--¿Un qué?

--Bueno, quiero decir, uno que cambiaría como yo lo hago. Así podría ir a la escuela en un día de chico y, si me mojaba, el uniforme cambiaría en la forma adecuada.

Akane se rió.

--Ese sí que es un concepto. Un uniforme con una maldición de Jusenkyo.

--Sí... Muy Trágica Historia del Uniforme de Escuela Furinkan, que se ahogó en estanque hace quinientos cincuenta años.

A esto, Akane casi se cayó del cerco.

--¡Probablemente con tu suerte habría tres o cuatro uniformes más tratando de casarse con él!

--O de al menos compartir un espacio en el closet. Ey ¡No te rías así de fuerte que te puedes...!

Bump.

--¿Estás bien, Akane? --dijo Ranma preocupada.

--Sí... El entrenamiento lo ha hecho fácil. Ni siquiera pensé en amortiguar mi caída --dijo Akane algo maravillada --. Sólo lo hice.

--Esa es la parte principal del Arte... pensar en las tácticas, pensar en la estrategia, pensar en lo que vas a hacer... pero nunca pensar en hacerlo. Simplemente hacerlo.

--Guau...

--Esta es la razón por la que ahora puedes saltar hasta 3 metros y medio. Lo estás haciendo bien, Estudiante.

--Arigato, Sensei. Ya llegamos.

--Espero que hoy podamos esquivar a esas chillonas.

Ranma no estaba hablando sobre un ataque de Kodachi.

La escuela había estado abierta por una semana. Y durante esa semana, con la velocidad algo insana con la que Furinkan es reconocido, Ranma había, de alguna forma, atraído no uno, ni dos, sino cuatro clubes de fanáticos enteramente diferentes.

La Sociedad por la Preservación de Ranma-chan estaba compuesta por un grupo de chicas a las que no sólo les gustaba, sino que idolatraban a la "nueva" Ranma. Gastaban mucho tiempo y esfuerzo deseando ser tan fuertes y experimentadas como ella, intentando convencerla de que se quedara como chica todo el tiempo, y leyendo libros sobre artes marciales. Algunas incluso se habían afiliado a algunos dojos de la localidad (y había sido desilusionante para muchas averiguar que el dojo Tendo no aceptaba estudiantes en esta época).

La Alianza para la Restauración de Ranma-kun se hallaba dedicada a la tarea de intentar convencer a Ranma de quedarse como un chico tanto como fuera posible, incluso con el entrenamiento. Ellas querían de vuelta al chico más guapo de la escuela, aún cuando supieran que no podría ser de ellas, sino sólo para poder admirarlo y suspirar profundamente (un deporte muy popular para muchas chicas de Furinkan el curso anterior).

El Club de Fanáticos de Ranma estaba compuesto por un grupo de chicos que aún no habían asimilado en sus intelectos algo limitados que no existía ninguna manera de que Ranma saliera con uno de ellos, a pesar de su género actual y su modo de vestirse. Debe hacerse mención de que la mayoría de estos chicos no podría conseguir una cita ni con un mapache muerto, pero parecían pensar que Ranma sería distinta.

Y estaba además el más extraño de todos... un pequeño y callado club, y el único aprobado por Ranma. Los Auxiliadores.

Esta organización era integrada por Akane, Ukyo, Shampoo, Sayuri, Yuka, Hiroshi y Daisuke. Su trabajo principal era controlar los rumores e intentar evitar que los otros tres clubes volvieran loca a Ranma.

Akane era, por acuerdo tácito, la cosa más cercana a un líder.

Ukyo y Shampoo controlaban los intentos de algunas facciones de los Ranma-kun de salpicar a la aprendiz de chica con agua caliente (todos sabían que eso no funcionaría, pero siempre existía la esperanza) o las tentativas de las facciones de Ranma-chan que querían atraer el interés de Ranma hacia el último número de Nakayoshi o las últimas tendencias en cantantes e ídolos masculinos.

El cuarto mando del equipo controlaba los rumores, y estaba volviendo loca a Nabiki, dado que todos iban a ellos por información gratuita, que era exacta y completa, en lugar de pagada.

Por lo tanto, intentaba hacer dinero de otras formas. Los videos de la lucha contra el Gran Pocky aún se vendían bien, los folletos oficiales de los días de chica iban en su tercera edición y, aunque aún tenía que conseguir cualquier foto de Ranma en su camisón más femenino, sus fotos en ropa de entrenamiento se vendían bien a Kuno y los Idiotas (su nombre personal para los integrantes del Club de Fanáticos de Ranma).

Había también un incipiente Club dedicado a Shampoo. Y, por cierto, era uno particularmente molesto, aunque no para Ranma.

De algún modo, habían obtenido una versión un poco distorsionada de ciertas costumbres amazonas. El resultado era algo a lo que Akane se refería como Justificado Deja Vú.

En otras palabras, todas las mañanas Shampoo debía luchas con aproximadamente treinta perdedores que la atacaban con la intención de conseguir una cita. Ella no era una amazona feliz. Su único consuelo era que el estúpido chico de la espada no estaba con ellos.

Mientras Shampoo entraba en la sala, retrasada, Akane esbozó una sonrisa. Shampoo encaró a la chica.

--No es justo. Shampoo no tiene permitido matar chicos estúpidos. Sólo machucarlos.

--Bueno, si yo podía manejarlos, también tú.

--¿Manojarlos? Shampoo no quiere manojar chicos estúpidos. Son chicos estúpidos los que quieren manoj...

--Ranchan, ¿es adecuado que te rías así?

--Quizá no, pero... ¡juajajajajaaja!

Las señoritas educadas no ruedan por el suelo en sus lindos uniformes limpios riéndose con todas sus fuerzas y dando patadas en el aire de pura risa. Ranma se alegraba de no ser una señorita educada, sino más bien una marimacho entrenando.

Tres pares de ojos miraron al cielo.

--Per... perdón. Seré buena --dijo Ranma, arrastrándose a su escritorio e intentando aguantar la risa. En este punto Hinako-sensei entró, y todos se pusieron rápidamente serios.

La clase comenzó.
 


 
Al almuerzo, Ranma se alistó para el diario Asalto de los Clubes.

Cuidadosamente observó a los dos problemas más recurrentes: Kimiko, de la facción de Ranma-chan, que se le acercaría a preguntarle si este chico o ese otro era o no guapo, y si le gustaba, y Michiko, de la facción de Ranma-kun, que actuaría muy solidaria con ella sobre lo que debía ser una época terrible para él. La tercera facción, los Idiotas, no eran tan predecibles, así que no sabía a quien le tocaría golpear hoy.

"Honestamente", pensó, "esas dos están chifladas. Kimiko quiere convertirme en una chica al 100% y Michiko quiere que me ponga los pantalones, quiera o no quiera. Y siempre llegan al mismo tiempo. Yup. Y aquí vienen."

--¡Ranma-chan! ¡Hay una liquidación en la Paloma Blanca hoy!

--¡Ranma-kun! ¡Tengo una copia un artículo sobre Kung-fu que seguro querrás leer!

Las dos líderes de detuvieron y empezaron a asesinarse con la mirada.

--Estoy segura que ella estará interesada en tu artículo, Michiko-san, pero es seguro que preferirá más saber sobre la liquidación. Vi un vestido que sé que le encantará.

--Sospecho, Kimiko-san, que él ya tiene bastantes vestidos... sin duda más de los que quisiera, y estará más interesado en las artes varoniles...

Y, tal como lo hiciera los tres días anteriores, Ranma cabeceó y dijo.

--Bueno, ¡las veo más tarde en el gimnasio!

Y simplemente se alejó en la dirección donde ella almorzaba, con los Auxiliadores. Las dos, como era costumbre, ni siquiera lo notaron, enfrascadas en una artillería de adjetivos.

Se había vuelto simplemente lo más sensato para los Auxiliadores y Ranma el almorzar juntos. En parte porque ellos entendían, principalmente, que la unión hace la fuerza y, mayormente, porque todos estaban hambrientos y les gustaba compartir la colación.

--¡Ohayo! ¿Qué tenemos para hoy?

Shampoo le pasó un poco de ramen a Akane, mientras Ukyo le daba un okonomiyaki a Daisuke

--Lo mismo, lo mismo --dijo Ukyo--. Nabiki consiguió referencias de que Enzo haría hoy de payaso, pidiéndote una cita hoy.

--Errrg. Maldición. Ese idiota hace que Kuno parezca un problema menor.

Mientras Ranma abría su lonchera, era auxiliado con ramen, okonomiyaki y curry. Gracias a la ayuda de Ranma en economía doméstica y un montón de práctica asesorada por Kasumi, el curry de Akane había mejorado del punto de no ser sólo comestible, sino también ser decente... mientras estuviera caliente.

Pero frío... era bueno. De alguna forma, Akane era la única persona en la que Ranma podía pensar que hiciera un curry pasable cuando estaba fresco, pero bueno como sobrante. Esperaba que eso no significara que debía pasarse la vida comiendo curry completamente frío.

Y aún debía vigilarla estrechamente mientras cocinaba, daba su tendencia constante a improvisar. Las cerezas y el chocolate van bien juntos, pero no en una salsa de Teriyaki.

Ranma dedicó unos minutos a eliminar sus punzadas de hambre y entonces dijo:

--Gran comida, arigato. Ey, Akane, el curry estaba mejor que lo usual. Estás mejorando.

Akane sonrió.

--Bueno... Shampoo hizo el curry. Yo hice el arroz.

Ranma pestañeó.

Comido.

Y dijo sorprendido

--Tú... tú... ¿hiciste un arroz bueno? Akane, yo... yo no sé que decir... ¡es grandioso!

Akane, por un momento, dudó entre enfadarse por la idea de que fuera sorprendente que ella hiciera un buen arroz, o alegrarse porque Ranma estuviera complacida por eso. Entonces recordó el arroz que trató de hacer la semana anterior. Había resultado... no muy bueno. Tuvo que admitirlo cuando su padre lo usó para parchar un agujero en el muro del dojo.

Por lo tanto, decidió alegrarse. Y sonrió mientras Ranma comenzó su femenino método nuevo, pero muy, muy rápido de comer.

Todos los presentes supieron que Ranma no hablaría por un rato... la comida era importante para ella.

Como el agua es importante para los peces.

--Todavía estoy un poco nervioso, Ranma... por favor no me golpees, pero te ves muy linda. Ya está. Lo dije. Ahora puedes golpearme --dijo Daisuke después de un momento.

--Eso esta bien, Dai. Me agrada eso, en realidad. Creo que me estoy acostumbrando a las cosas de chica, creo. Y no, no saldré contigo.

Daisuke puso mala cara, mientras Hiroshi reía.

--Shampoo odia decirlo, pero Ranma después de todo parece chica muy linda.

--Estoy de acuerdo, Shan-chan. Ranchan arrasa con todas nosotras en la competencia de lindura... especialmente cuando ella se acicala.

--Estoy empezando a darle la razón a mamá, ¿saben? --dijo Ranma, silenciosamente.

--¿Qué quieres decir? --preguntó Akane.

--Que soy un hombre y una mujer. Soy ambas cosas. Y que no es tan malo ser ambos. Yo... yo me siento bien vistiendo elegante, y es como si pensara que, si voy a ser una chica, debo ser una chica que se vea bien y... bueno, quizá realmente soy tanto un chico y una chica...

--¿Significa que saldrás conmigo? --pregunto el despistado Daisuke.

--Nop. Soy una lesbiana.

Abundantes rostros deformados.

Ukyo se quedó mirándola fijamente.

--¿Qué quieres decir con eso?

--Bueno. Cuando soy un chico, me gustan las chicas. Y cuando soy una chica, me siguen gustando las chicas. Entonces, soy una lesbiana heterosexual. Así fue como lo definió Cologne.

Hubo una pausa mientras el grupo intentaba descubrir las implicaciones más notorias de alguien que fuera una lesbiana heterosexual.

--Ranchan, deberías darte cuenta de que esa es una contradicción de términos.

--No para mí...

--Um... ¿lo que quiere decir que...?

--Lo que quiere decir que, si debo vivir con ello, deberé hacerlo.

--¿Vivir con qué?

--Con eso.

--¿Qué cosa?

--Sólo... con eso.

Otra pausa.

--Eso es... tenebroso, Ranma-chan --dijo Sayuki.

--Sí... me hace doler la cabeza --agregó Yuka.

--Maldición, Ranma. Ese si que es un concepto extraño --continuó Hiroshi.

--Bueno, es un concepto raro para cualquiera que no tenga una maldición que lo haga cambiar de hombre a mujer de un momento a otro --meditó Ukyo--. Creo que sé lo que quiere decir. Yo he vivido la mayor parte de vida como chico, pero nunca he sentido atracción por las chicas. Si cayera en el estanque de Nannichuan me convertiría, probablemente, en un gay heterosexual, por así decirlo.

--Mi cabeza me duele más --se quejó Yuka.

Ranma comió mientras el resto del grupo seguía sopesando las complejidades de ser heterosexual y gay al mismo tiempo.

Entonces comió más. Era, después de todo, Ranma... y Ukyo cocinaba, Shampoo tenía ramen extra suficiente y Akane había hecho un buen arroz. Además... su cabeza también le dolía.
 


 
Hiroshi y Daisuke observaban de nuevo a las chicas en su práctica de atletismo. Hoy tocaba voleibol. Voleibol con un toque extraño.

Una vez más, Shampoo se encontró a si misma en el equipo rival de Ranma. Dado que Shampoo conocía el voleibol (es bastante popular en el pueblo de Jokusetzu) el juego seguía las reglas normales... cinco chicas por cada lado, jugando un partido normal.

Bueno, cuatro chicas de cada lado estaban jugando un partido normal. Cuando la pelota llegaba a Ranma o Shampoo, el juego se movía un promedio de cinco metros hacia arriba. Las dos eran muy aficionadas a los tiros elevados.

No era tan bizarro como el infame juego de Béisbol Estilo Libre, pero si era raro.

Después de un rato, el juego finalizó (esta vez el equipo de Shampoo ganó) y Ranma se marchó al camarín.

--Puf... nunca pensé que la gimnasia de las chicas fuera tan exigente.

--La mayoría de las chicas no juega al voleibol saltando más alto que la red, Ranma. Hombre, eso fue un espectáculo --replicó Hiroshi.

Daisuke no dijo nada. Hiroshi se volvió hacia su amigo y lo descubrió congelado, con un hilillo de sangre saliendo de su nariz.

--¿Dai?... Despierta, Dai...

Y con una voz deslumbrada, Daisuke dijo:

--Shampoo salto muuuy alto. Vi... bajo su polera. Shampoo... sin sostén.

Ranma suspiró.

--Le he dicho que, al menos para los deportes, usar un sostén es una buena idea pero, ¿me irá a hacer caso algún día? No, no ella. "Amazonas no usan sostén". Me asusta un poco pensar que he resultado ser más femenina que ella.

Daisuke sólo se sentó y empezó a babear.

--Apuesto que se ira a unirse al Club de Fanáticos de Shampoo --dijo Hiroshi.

--Nabiki no daría ni un cheque en blanco --rió Ranma.

--Yo tampoco.

Daisuke murmuró alguna incoherencia.
 


 
La escuela acabó, como normalmente lo hacía. Después de un corto retraso causado por la necesidad de sacar del camino a Kuno, Akane y Ranma se fueron a casa. Mientras iban equilibrándose en el borde del cerco, Akane pensaba.

--Hum. ¿Sabrá Cologne algo sobre ropa que se transforme?

--Sip. Eso es realmente probable --replicó Ranma.

--Ahora que te toca entrenamiento de Amazona deberías preguntarle. Quien sabe... ella ha salido con cada cosa antes.

En el Nekohanten, mientras practicaba mezclas básicas de hierbas, Ranma mencionó el tema a Cologne.

--Oh, sí. Ciertamente existen, Ranma.

Ranma dejó caer su Raíz de Hígado (buena para los cortes y moretones) y se quedó estático.

--¡¿Qué?! ¿Existe semejante cosa?

--Hubo, una vez. Un poderoso guerrero, hace cientos de años, cayó víctima del Nyannichuan. Era del tipo que prefería a los hombres, y así encontró que su maldición era... interesante. Logró que un mago creara un brazalete mágico que causaba que su ropa se intercambiara al activarse la maldición. Las historias de Jokusetzu dicen que prefería el estilo normal de vestimenta cuando era hombre, pero algo mucho más revelador cuando era mujer. A menudo prefería seducir a sus rivales en lugar de atacarlos... de hecho se volvió muy poderosa.

--¿Y que le ocurrió a ella? ¿a él? Auch. Sabes lo que quiero decir.

--Murió en combate contra sesenta y tres esposas celosas. Guerrero poderoso, pero con algo de libertino.

--Ah. ¿Existe todavía tal cosa?

--No tengo idea... y no sé cómo crear uno. Aunque, supongo, que eso sería útil para ti.

--Usted lo ha dicho... Er... ¿cómo debo moler esta raíz de nuevo?
 


 
--Genma, no ganas nada enfurruñándote --dijo Nodoka algo molesta.

El panda estaba sentado, jugando indiferentemente con un neumático. No tenía ni la más maldita intención de responder. Tonta mujer, convirtiendo a su hijo en una hija.

--Estás siendo un poco inmaduro.

La única respuesta de Genma fue dejar el neumático y roer un poco de bambú.

--Y ese asunto del tambor esta mañana fue patético.

Enfurruñamiento perpetuo.

Nodoka suspiró y entró a la casa. Ranma entró un poco más tarde, llevando su equipo de amazona, y subió a cambiarse.

Akane entró detrás, cargando una de las canastas del Nekohanten.

--Tía, ¿dejo esto en la cocina?

--No, Akane-chan. En la mesa está bien. Ranma estará aquí en poco tiempo.

--Bien. A propósito, Nabiki. Paga.

La segunda hija de los Tendo hizo una mueca. Arrojó un taco de yens y murmuró algo sobre Akane y su habilidad para adivinar al Idiota del día.

--Ey, me imaginaba que Enzo era un caso seguro --sonrió Akane.

--¿Después de la forma en que Ranma lo golpeó la semana pasada?

--Es que hay algo de Enzo que creo que tú no sabes.

--¿Qué cosa? --preguntó Nabiki, que no estaba acostumbrada a dejar de saber algo.

--Es un retrasado mental mayor que Kuno en lo que respecta a mujeres.

--Buen punto, Akane --agregó Ranma, que bajaba con una blusa y pantalones --. Pienso honestamente que tratará de tener una cita con cualquiera cosa que sea hembra y tenga dos piernas. Y lo de las dos piernas es sólo opcional.

--Rayos. Nunca le presté atención. Nunca lo consideré importante --gruñó Nabiki --. Debo estar perdiendo mi toque.

--Incluso tú puedes tener un mal día.

--Así parece, Ranma. Pero no es mi costumbre.

--Akane ganó la apuesta, ¿eh?

Akane alegremente sacudió el fajo de 15.000 yens.

--¡Sip! ¡Y voy a obtener un vestido muy bueno de esto también!

Nabiki volvió a refunfuñar. Saldría adelante, claro, pero pagarle apuestas a su hermana no era de su agrado.

--Por cierto, ¿para quién es ese ramen? --preguntó Akane.

--Para mi --replicó Ranma lacónicamente--. Cologne me hace entrenar duro. Es amable de ella regalarnos algunos bocadillos.

--¿No temes echar a perder tu apetito para la cena? --preguntó Nabiki.

Akane la miró confundida.

--Creo que no... es Ranma.

Ranma, mientras tanto, ya estaba sorbiendo alegremente el ramen.

--Después de esto iré a relajarme un poco. Quizá podría asolearme.

--Ranma, has estado asoleándote mucho últimamente --comentó Akane.

--Eh, no sé como explicarlo, pero me gusta mucho la forma en que este cuerpo disfruta el sol.

--¿Igual que los camisones azules transparentes, Ranma-chan? --rió Nabiki.

--Er... la tela, si. No puedo negarlo. Cuando soy chica hay cosas que tienden a sentirse, bueno, mejores. Otras cosas no. Por ejemplo, no tengo la misma resistencia al dolor que cuando soy un chico. Eso es cómico.

Nodoka escogió ese momento para entrar a la cocina.

--Ranma, vas a arruinar tu apetito para la ce... no, olvídalo --ella agitó su cabeza--. No entiendo porque parece ser que no te preocupa en lo más mínimo mantener tu línea, con la manera en que comes.

--Hago mucho ejercicio, mamá.

--Supongo que es cierto. Entonces... ¿queda más?

Ranma le pasó un cuenco a su madre y rió.

--Es sólo un aperitivo.

--Para ti es un aperitivo. Para cualquier otro sería una comida completa.

Las cuatro simplemente empezaron a comer...
 


 
Ranma amaba el sol ahora que se había acostumbrado a el. De hecho, a veces, ella casi se sentía como ronroneando por la forma en que la cálida luz bañaba su cuerpo.

Se preguntaba por qué nunca antes había notado la diferencia de sensaciones en la época de los incidentes de la "lengua del gato" o lo de Chiisuton (¡ese idiota de Herb!). Quizá era porque en esas oportunidades había hecho el mayor esfuerzo por aferrarse a su masculinidad, y ahora simplemente trataba de ser una chica. O quizá era porque en esos momentos estaba también muerta de miedo.

Sea lo que fuera, estaba encontrando agradable ser una chica. No es que no extrañara ser un chico (de hecho lo hacía), pero esto no era tan malo. Y no había duda de que algunas cosas eran mucho más divertidas siendo chica.

Cuando se aplicaba una dosis extra de bronceador a sus muslos, se dio cuenta, con desagrado, de una de las cosas que menos le gustaba de ser una chica.

--Mi diosa de la col... no, mi divina pelirr... no, mi... tú sabes. No importa que peinado uses, amor mío, siempre cantaré mis alabanzas hacia ti.

Ranma suspiró.

--Kuno, ¿qué haces aquí?

--Ojalá pudiera quedarme más tiempo, pero debo irme rápidamente. He venido con la misión de invitarteša ti y los Tendo a una pequeña celebración en mi feudo este fin de semana. Es en honor a un maravilloso evento.

--¿Y qué evento tan maravilloso es ese?

--Mi padre se ha roto un tobillo y estará alejado de la escuela una semana o más.

--Hummm... Quizá podría ir. Veré si los Tendo quieren ir también.

--Mis agradecimientos, hermosa doncella. Ah... y ese particular atuendo es muy adecuado para tu bella persona, como la tigresa que sé que eres.

Mientras Kuno se alejaba... esta vez por su propia voluntad... Ranma suspiró. Personalmente no creía que este bikini con rayas de tigre fuera reflejo de su verdadera personalidad pero, ya que lo había comprado, debía usarlo, aunque fuera una vez.
 


 
--Debes estar bromeando Nabiki. ¡Por ninguna razón iré a una fiesta de disfraces en la casa de Kuno!

--Pienso lo mismo que Ranma ¡Ninguna de nosotras quiere tener nada que ver con cualquiera de ellos! ¿Y ahora quieres que aceptemos esa invitación?

Nabiki pensó muy, muy rápidamente.

--Bueno, supongo que si ninguna de ustedes está interesada...

--¡Tú sabes que no!

--Aunque Kuno tiene muchos recursos...

--No interesa --dijo Ranma--. Es un idiota, su hermana es una idiota, casi todos en esa casa son unos idiotas. No voy a ir a la casa de unos idiotas con un disfraz. Además... ni siquiera tengo un disfraz.

--Yo tampoco, Nabiki. La foto de Kuno está en el diccionario al lado de la palabra idiota. Ninguna de nosotras está dispuesta a ser torturada por él o su hermana.

Nabiki comprendió que las dos chicas estaban decididas. Entonces debió recurrir a algo que raramente usaba. La pura y absoluta verdad.

--Miren... toda esa familia puede ser de retrasados, pero son retrasados con influencias. Muchos de la escuela van a ir, pero también asistirán algunos hombres de negocios importantes. Realmente me gustaría acceder a esos contactos. Así que... ¿por favor?

--No --dijo Akane con hosquedad.

--De ninguna manera --Ranma se veía hastiado --. Además, tú también estás invitada... ¿para qué nos necesitas?

--Yo... yo l...

--¿Tú qué? --preguntó Ranma.

--Yo... les pagaré.

Las dos parpadearon. Sonoramente.

--¡Les pagaré dos mil yen a cada una si van!

Akane y Ranma parecían dudosas.

--¡Tres mil! Por favor ¡necesito esos contactos! Y las necesito a ustedes para que se deshagan de los idiotas que puedan aparecer.

Akane y Ranma conferenciaron. Entonces...

--Cuatro mil, más un traje de baño para Akane y un CD de Gundam para mí --dijo Ranma.

Nabiki, una vez más, suspiró internamente ante el efecto que los días de chica parecían haber causado en la inteligencia de Ranma. Siempre sostuvo que las mujeres eran más inteligentes que los hombres, pero nunca imaginó que esto pudiera aplicarse a Ranma.

--Trato hecho. Pero ambos deberán usar buenos disfraces.

--Puedes apostar que sí.
 


 
--Shampoo también fue invitada. Y antes que lo preguntes, Ranma, le sugerí que no fuera disfrazada de gato.

--Arigato --dijo Ranma con genuina gratitud--. Me preguntaba si usted tendría alguna idea original para un disfraz. Akane me dijo que ya tenía uno muy bueno para ella, pero yo todavía estoy atascado.

Cologne fue la parte de atrás y empezó a gritarle a Mousse. Ranma se encogió de hombros y regresó al complejo kata amazónico que estaba practicando. Bueno, el kata no era tan complejo en realidad. Hacerlo con dos bonbori, un mazo y un sandwich de queso sí lo era (Ranma todavía no entendía el propósito del sandwich de queso).

--Ranma, ¿puedes venir aquí? --llamó Cologne.

Encogiéndose de hombros y regresando sus armas (y el sandwich) a sus mangas, Ranma fue atrás, para encontrarse a Mousse pulsando botones en una máquina de videojuegos. El chico cegato esta vez usaba sus lentes y reía abstraído mientras Ranma escuchaba sonidos de disparos y fieras agonizantes.

--¿Ese peinado no te recuerda a alguien, Ranma? --preguntó Cologne con una ancha sonrisa.

Ranma pestañeó. Y empezó a reírse.

--Oh, sí. Seguro. Esa es una buena idea para un disfraz.
 


 
Akane sonrió. Le había tomado un tiempo (no era la mejor costurera), pero el traje estaba perfecto. Se preguntó entonces que llevaría Ranma. Giró delante del espejo, sonriendo. Ranma estaba en lo correcto. Tenía bonitas piernas.
 
 
Ukyo sonrió. Fiesta de disfraces en la casa de Kuno. Bueno, ella no iba a ir, hasta que supo que Ranchan también iría. Y Akane. Y aparentemente Shampoo. Y, por supuesto, Kodachi.

Mientras zurcía la parte superior del traje sonrió. Gracias al cielo por esos extraños programas de televisión. Esto seguramente iba a captar la atención de Ranchan.
 


 
Shampoo esperaba con ansiedad el día en que Ranma volviera a ser un chico. Pero hasta entonces sabía que era su deber demostrarle que sabía qué era lo Shampoo tenía que ofrecer.

Y con este traje, no había ninguna duda de que tenía mucho que ofrecer.
 


 
Y, no hay que olvidarlo, otros más venían. No todos invitados. Por supuesto.

¿La lista de ingredientes?



Fin de la parte 10

Otra breve nota del autor:

¡La parte once va a ser un alarido! ^_^.
Esta parte era, más que nada, un relleno para proyectar un poco de caos y permitir a Ranma relajarse un poco.
La pobre chica también necesita su sueño de belleza.
 
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Ultima actualización: sábado 22 de enero de 2000
 
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