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Días de chica de Robert Heiney
Traducido al español por: Guillermo Riquelme Valenzuela
 
Y la multitud se regocijo ante la aparición de la advertencia de derechos...


Parte 11:
1... 2... 3... ¡Fiesta!

Algunos aspectos de la vida de Ranma Saotome pueden ser considerados extraños.

Se transforma en una chica al contacto con agua fría, tiene al menos tres prometidas, es atacado con regularidad por superpoderosos artistas marciales, su padre se convierte en un panda, es el único maestro conocido del "puño del gato" y, en este momento, lleva un traje de cuero. Que él mismo (o ella) se había comprado.

Ya, ya. Todos los aspectos de la vida de Ranma son extraños.

Por ejemplo, Ramna y Akane estaban discutiendo.

Esto en sí, no es extraño. La materia de discusión si que lo era.

--Akane, no importa que tan mejor te hayas vuelto en el Arte, no te verás bien con mi traje de cuero, ¡Y no sólo porque no sea de tu talla!

--Pero... ¡si tú puedes andar posando de ser chica mala, yo también puedo! ¡Espera que consiga uno para mí!... Papá, ¿podrías dejar de hacer eso?

Soun estaba (predeciblemente) estrujándose las lágrimas.

--¡Buahhh! ¡Mi pequeñita quiere convertirse en su esposo!

--¡No quiero eso! ¡Sólo quiero demostrar a la señorita Macho que puedo parecer tan dura como ella!

Ranma suspiró.

--Mira, lo único que quiero decir es que no me parece que éste sea tu estilo. Tú, er, eres más femenina que yo, por naturaleza --dijo, resistiendo el impulso de agregar "aunque no por mucho" --. Si aceptas un desafío deberías vestir algo más, bueno, como tú.

--¿Cómo qué? --gruñó Akane.

--Bueno... realmente... ya he pensado sobre eso. Y tengo algo para ti...

--Tú... ¿tienes algo?

--Bueno... sí. Quiero decir, eres mi alumna, y eso significa que, eventualmente, puedes ser desafiada, y... no quiero que mi estudiante se vea mal ¿correcto? Así que ya tengo algo...

--Ran..., quiero decir, Sensei, eso es... un honor... --ella quería decir algo dulce. O bonito. Pero comprendió que este no era el momento adecuado para decir algo así.

--No es nada. Bueno, no nada, pero... auch, está en mi cuarto. Ven, veamos como te queda.

Las dos subieron. Soun empezó a calmarse (sólo un poco) reduciendo sus compuertas a un simple goteo.

Kasumi entró, cargando una bandeja con té y galletas. Había escuchado la discusión y sospechó que podía ser necesario.

Y cuando Akane bajó, deslumbrante... se quedó con la boca abierta.

--Akane... ¿será eso apropiado?

--Sensei dice que funciona para mí --replicó Akane.

Y si que lo hacia. Akane vestía una especie de versión severamente modificada de uno de los atuendos chinos de Ranma. Una cheongsam amarilla como túnica, ajustada estrechamente por los dos lados, y llegando sólo hasta la rodilla, sin mangas y encima de un pantalón de malla negro. La faja roja a la cintura agregaba el matiz correcto. Por supuesto, un cheongsam normal no tendría un escote que expusiera una, bueno, bastante distractiva cantidad de piel. Añadan a todo eso un par de brazaletes y una faja amarilla alrededor de su cabeza y Akane, francamente, se veía bastante peligrosa. Y más sexy que nunca.

Ranma la siguió, en su traje de cuero.

--¿Está lista para probar su uniforme, estudiante? Quizá primero una taza de té.

--¡Sí, Sensei! ¿Realmente me veo bien?

--Puedo decir que nunca te habías visto mejor, Akane. En... en más de una manera --Ranma había esperado que el atuendo fuera efectivo, pero ni siquiera ella había esperado que lo fuera tanto. Podía ser mujer en ese momento, pero era realmente un ojo masculino el que estaba apreciando a la chica.

"Vale. Ahora ella es sexy", pensó.

Después del té y de un breve descanso para permitirle a Akane irse acostumbrando al contacto bastante íntimo de su atuendo, las dos regresaron al dojo a realizar una práctica liviana. Nada parecido al entrenamiento pesado que Ranma estaba dando a Akane recientemente (bueno, Akane lo consideraba pesado, aunque bien sabía que Ranma estaba conteniéndose mucho), pero cercano a los katas aéreos.

Ack.

Las dos se detuvieron al ver a Ryoga detenido con una ya familiar actitud. Ryoga no estuvo presente en el desafío que introduciera al mundo el nuevo traje de cuero de Ranma y, dado que Akane nunca antes había usado su nuevo uniforme, ciertamente tampoco lo había visto antes. Akane se veía como una modesta Mai Shiranui de los videos de Fatal Fury, y Ranma se veía como... bueno, como Ranma en cueros escasos y ajustados.

El resultado fue un chorro de sangre por la nariz. Esta vez, Ryoga no se desmayó, aunque no hay necesidad de decir que eso habría ocurrido si ellas hubieran estado practicando en bikini.

--A... Akane. ¿Qué estás haciendo en Chicago?

--¡¿¡Chicago!?! --exclamó Ranma --. ¡Esto es Nerima! ¿De donde sacaste la idea de estar en Chicago?

--¿No lo estoy? --dijo Ryoga algo desilusionado--. Rayos. Ahí era donde quería ir. En Chicago tienen los más grandes perros calientes.

--¿Y cómo pensabas llegar allí? --preguntó Akane.

--Caminando.

--¿Cómo puede alguien irse caminando a Chicago? --reclamó Ranma, incrédulo.

--Bueno, lo he hecho antes. Esta justo en las afueras de Osaka, después de todo ¿o no?

--No lo puedo creer --dijo Ranma sacudiendo la cabeza. Akane, confundida, sólo se lo quedó mirando. Y fue a verificar en el atlas familiar si existía la remota posibilidad de que hubiera un Chicago en las afueras de Osaka.

Lo extraño es que sí, lo había. El misterio continuaría...
 


 
No parecía ser extraño que Kasumi supiera preparar un perro caliente estilo Chicago. Tenía los materiales a mano y pudo preparar un par para el Muchacho Perdido en menos de quince minutos. Debió haberlo sido, pero no lo fue.

Ryoga comió con lentitud, mirando a Akane. Y principalmente porque no se atrevía a ver a Ranma. Cada vez que se creía acostumbrado al entrenamiento de la pelirroja, ocurría algo así. No era bueno para sus nervios. O, quizás, era su presión sanguínea.

Y, de nuevo, el cómodo y revelador atuendo de Akane no estaba ayudando mucho. Ryoga empezó a mostrar un intenso interés en las semillas mezcladas con el chucrut de su perro caliente.

--Eh... ¿y por qué se visten así? --preguntó algo distraído.

--Uniformes de lucha. Están pensados para distraer a nuestros oponentes --contestó Ranma.

Ryoga pensó en eso. Su nariz empezó a doler.

--Yo... diría que funcionan.

--Gracias Ryoga --dijo Akane, sintiéndose realmente adulada. Se sentó rectamente, lo que causó que su túnica se ajustará un poco más, y Ryoga casi se atragantó.

"Ranma debe haber planeado esto para avergonzarme. ¿podría?". Miró a la chica en cuestión con sospecha y casi se ahogó de nuevo. Ranma había escogido justo ese momento para estirarse (brazos sobre la cabeza, espalda arqueada hacia atrás, cabeza reclinada) inocentemente, por cierto. Después de todo, acababa de practicar.

Ranma no sabía que esa también era una de las clásicas poses sexy-como-mil-demonios que las modelos de trajes de baño y lencería han usado durante años.

Ryoga empezó a toser. No podía ser intencional, pero era perturbador. E inflamatorio.

--¿Podrías dejar de hacer eso?

--¿Dejar de hacer qué? --preguntó Ranma, honradamente confuso.

--¡Dejar de verte así!

--¡No puedo dejar de verme así!

--¡Lo estás haciendo sólo para molestarme!

--¿Haciendo qué?

--Ryoga, ¿de qué estás hablando? --preguntó una también confundida Akane. Ella no podía ver nada que Ranma hubiera estado haciendo esta vez --. Ella no te ha molestado llamándote P-chan o algo así.

--¿Te sientes bien, compañero? --dijo Ranma. Se preguntaba si Ryoga no estaría definitivamente perdido.

--¡Me voy a sentir bien cuando dejes de hacer eso!

--¿Hacer que?

--¡Eso!

--No voy a continuar una discusión absurda como esta --concluyó Ranma. Se puso de pie, se agachó para tomar su taza de té y accidentalmente le ofreció a Ryoga un muy buen primer plano de su escote (en serio ¡fue un accidente!).

La furia de Ryoga se congeló de repente. Y, con lentitud, dejó caer su cabeza encima de su plato.

--¿Qué pasa con Ryoga? --preguntó Akane súbitamente preocupada.

--No tengo idea. Nunca lo he entendido, y no intentaré hacerlo --replicó una ofendida y desconcertada Ranma. Subió a cambiarse por algo más normal, mientras Akane trataba de ver si Ryoga tenía fiebre. No la tenía, pero nuevamente le sangraba la nariz.
 


 
--Así que ya tienes un disfraz para el sábado --preguntó Ranma camino a la escuela.

--Si. Y me gusta mucho... me costó mucho trabajo. ¿Qué hay de ti?

--Bueno, no fue tan difícil de hacer, pero sí, está listo. Se ve bastante bien. --Ranma sacudió su cabeza para sacarse los pelos de su cara. Era un día de viento --. Lo difícil fue encontrar los accesorios.

--¿Accesorios? ¿De qué vas a ir?

--Es un secreto ¿Y tú?

Akane sonrió

--También es un secreto. Ya lo verás el sábado en la noche.

--Ummm... Bueno. Vamos a ver... bajamos del cerco, corremos al camarín, y de ahí a clases. En sus marcas... ¿lista? ¡ya!

Una cosa beneficiosa de las caminatas temprano a la escuela sobre el cerco, con pantaloncillos bajo el uniforme, era estar en el gimnasio a tiempo era evitar problemas con Kuno. Hoy fue una excepción. El verdadero heredero del arte de ser casi un total idiota estaba esperándolas esa mañana. Con una nueva y flamante estrategia de acercamiento.

--Hermosas damas, las más hermosas entre todas las mujeres, oh, rosas incrustadas en mi corazón. Ustedes se han negado, incluso desdeñado. Pero ahora, yo, Tatewaki Kuno, finalmente he comprendido la razón de vuestro rechazo a mis afectos.

--¿Has descubierto que te consideramos increíblemente molesto? --preguntó Ranma sonriendo con desprecio.

--No, eso es imposible.

--Esta vez tiene razón. Nunca podrá descubrirlo --indicó Akane.

--¡Es obvio que mi error está en las flores que he escogido! ¡Sin duda desean otras flores, más exóticas! Sazuke, ¡las flores para las flores de mi corazón!

--¿Uh? --dijeron las dos en coro.

Y entonces se encontraron sumergidas hasta el cuello por ramilletes de azucenas, pensamientos, narcisos, orquídeas, margaritas, no-me-olvides, madreselvas, crisantemos, e inclusos algunas flores silvestres. Ranma y Akane se veían como si alguien hubiera agarrado una tienda de flores (completa) y la hubiera agitado encima de sus cabezas.

Por un momento no hubo movimiento bajo el montón de flores. Entonces una cabeza roja emergió entre rosas y narcisos.

--Kuno, estúpido.

Y todos sabemos lo que va a pasar aquí.
 


 
--Realmente odio a ese idiota --refunfuñó Ranma cargando los tradicionales baldes --. Hacernos llegar tarde por una tontería como esa...

--Ooooh, tú y yo también --agregó Akane, también sosteniendo los odiados instrumentos de castigo.

--Shampoo quiere saber si puede pedir prestado a chico tonto de la espada para pegarle después de la escuela --preguntó la escolar amazona, que también estaba en el pasillo, cargando baldes, por la falta del atraso.

--¿Por qué?

--Shampoo despertó tarde pero podría haber llegado a tiempo. Chico de espada dejó montaña de flores en camino. Bicicleta de Shampoo no frenó a tiempo. Choque por estúpidas flores.

--Podría vender a ese tipo a las amazonas como ayudante de cocina --gruñó Ranma.

--¿Ranma ha tomado lecciones de chica mercenaria? --sonrió Shampoo.

--¿Uh? ¿Qué quieres decir?

--Ranma quiere pago por vender chico de espada. Si Ranma no paga de nuevo, chico de espada retornable.

Ranma y Akane se rieron entre dientes al imaginarlo.

--Lo que no entiendo es por qué Kuno no está aquí, si él también llegó tarde --suspiró Akane.

--Mira fuera de la ventana.

Akane miró donde indicaba Ranma... y se rió al ver a Kuno con una escoba y un tarro, limpiando vastas cantidades de flores.

--Creo que con eso tendrá bastante.
 


 
Llegó la hora del almuerzo. Mientras la ahora usual banda comenzó a abrir sus loncheras (con la excepción de una que abrió su parrilla), Ranma arribó ceñudo.

--¿Enzo de nuevo? --preguntó Sayuri.

--Ya lo conocen. Maldición, Kuno podrá ser un idiota, pero al menos intenta ser un idiota romántico. Enzo sólo... Arrggh.

--¿Qué hizo ahora?

--Lo corriente. Pero esta vez incluyó un motel, tres litros de mayonesa y una morsa. Ah, y quería que llevara puestas unas orejas de Mickey Mouse. El código no me permite herirlo... pero no estoy seguro de que logre sobrevivir.

Akane abrió la boca.

--Ranma, ¿no habrás...?

--No, por supuesto que no. Pero, ¿puedes adivinar quién alcanzó a escuchar su proposición?

--¿Quién? --preguntó más de un Auxiliador.

Entonces vieron a un aterrado Enzo que huía de un indignado Kuno.

--¿Saben? Por darme un descanso de golpearlo, casi podría darle una cita al idiota. Bueno, tal vez le deje comprarme una taza de té --pensó Ranma--. No, mejor no.

--Enzo también molesta a Shampoo. ¿Qué tiene que ver salsa de chocolate y botas de piel de iguana con cita?

Mientras Yuka y Sayuri retrataban a Enzo, el mayor pervertido de la escuela, a Shampoo, Ranma empezó a comer. Enojo o no enojo, la comida es comida.

Shampoo escuchó por un momento, sin comprender, y repentinamente empezó a brillar con su aura roja.

--Shampoo se saltará almuerzo, sigan comiendo ustedes. ¡Ey, chico de espada! ¡Shampoo ayudará!

--Supongo que seré bueno y no le pegaré a la salida después de todo. Eso podría ser demasiado... ey, buen ramen.

Mientras la amazona se unía a la persecución del aterrorizado Enzo, Ranma se rió con disimulo. Y comió. La hora del almuerzo era lo normal en Furinkan.
 


 
--¿Y bien chicas? ¿Disfraces listos para la fiesta del sábado? --preguntó Ranma después de la clase.

--Sip. Y el mío va a hacer que se te suban los calcetines, Ranchan --replicó Ukyo--. He puesto un montón de trabajo en él.

--Shampoo tiene buen disfraz también. Apuesta que nadie lo espera.

--Bueno, lo verán cuando vayamos a la fiesta. Y realmente estoy orgullosa de él --dijo Akane.

Ranma sólo sonrió. El suyo no era flojo por ningún lado.
 


 
--Cuic

P-chan no estaba feliz. Como Ryoga, había planeado ir a la fiesta si podía encontrar un disfraz.

El agua fría no era lo que consideraba como un traje.

Akane se acercó, sonriendo. Su disfraz era perfecto... y Ranma tendría que admitirlo. Entonces vio a... bueno, ¿adivinan que pasó?

--Oh, P-chan. Aquí estás. Desearía que pudieras ir conmigo a la fiesta... Humm... P-chan, ¿te gustaría ayudarme con mi disfraz?

El cerdito asintió. Aunque en este momento no pudiera imaginar cómo.

Unos minutos después lo comprendió. Para su eterna mortificación.

Después de un rato, Akane salió de nuevo y se mostró a Ranma. Ranma casi se trepó a la pared.

--Un g-g-g-g-g-g...

--¡No! ¡Es P-chan! ¿Lo ves? ¡No es un gato! ¡Es P-chan!

Ranma se calmó y relajó.

--T-t-t-ienes razón. No es un gato, es un cerdo. Un... ¡Ey! ¿tú sabes que ese personaje es femenino?

Ella empezó a reírse.

--Claro que sí. ¿Cuál es el punto, Ranma?

--Bueno, probablemente es el primer cerdo transformista de la historia.

P-chan podría haber gemido. O atacado. O algo. Pero, estando disfrazado, y sostenido por Akane, todo lo que pudo hacer fue ofrecer su versión cerduna de un maullido.

--Cuiauc.

Realmente no funcionó.
 


 
La Mansión Kuno. Un centro de locura e insanidad como ningún otro en Nerima... bueno, en realidad, la mayoría de los lugares de Nerima eran centros de locura e insanidad, pero la Mansión Kuno tenía una muy buena cantidad de locura e insanidad. Ser rico tiene sus beneficios.

Todas eran recibidas por Sasuke, quien era él único miembro de la servidumbre que cualquiera podía ver. El personal completo de la propiedad de Kuno eran ninjas, y tenían la natural reticencia a ser observados. De hecho, Sasuke no había visto al cocinero principal en seis años, y nadie sabía quien cambiaba la ropa de cama... era la clase de cosas que simplemente parecían ser hechas solas.

Ranma había estado allí unas pocas veces, pero raramente por voluntad propia. Sólo una cantidad apreciable de dinero y un CD muy deseado le había traído aquí esta noche. Tanto ella como Akane usaban capas para ocultar sus trajes.

Y, cuando entraron al vestíbulo y dejaron sus capas, escucharon más de un murmullo de aprobación.

Akane vestía un casi perfecto traje de Sailor Mercury. Botas, tiara, falda corta y todo lo demás. Y, como ya lo había notado, si, sus piernas era bonitas. Y el complemento perfecto era P-chan, usando una cola de gato postiza, pequeñas extensiones en sus orejas, bigotes falsos, y una medialuna en la cabeza.

Sí, era verdad, Ranma tenía razón. P-chan era técnicamente un travestido. En lugar de ser un chico cerdo, estaba representando el rol de Luna, una gata. La única nota discordante era el pañuelo (con el pequeño paraguas de combate escondido dentro), que Akane no había podido quitar. En realidad había quitado veintisiete de ellos antes de darse por vencida.

Ranma, por su parte, era una cercana figuración de la heroína de los videojuegos, Lara Croft. Shorts caqui sobre un leotardo azul, botas de caminata y una mochila, e incluso un rifle automático de juguete y dos pistolas de agua. Además había regresado a su tradicional coleta para complementar el papel.

--¿Qué habrán planeando los demás?

--Ya lo veremos... Ey, ¿no es ese Kuno? No era eso lo que esperaba --replicó Ranma.

Kuno, pensó, no dejaría su tradicional fijación por los samurai. Casi siempre lo hacía. Pero no esta vez.

En cambio, el familiar sombrero, la chaqueta de cuero usada, el látigo...

--Debo admitirlo --susurró Ranma--. Kuno hace un Indiana Jones bastante decente.

--Lara Croft e Indiana Jones... ¿No serán realmente una pareja, después de todo? --rió Akane.

--Ni se te ocurra pensar esas cosas.

Nabiki escogió ese momento para llegar. Había pensado mucho tiempo sobre su disfraz. Decidió finalmente llevar algo que nadie jamás esperaría que usara y que, además, atraería los ojos de los empresarios con los que pretendía hacer contacto.

¿Y que mejor para atraer a hombres de negocios que una clásica conejita de Playboy? Nabiki sabía que ella tenía los talentos, y no temía demostrarlo con hechos. Después de todo, ¿qué tan escandaloso puede ser un traje ajustado y orejas?

¿Vergüenza? ¿Qué es eso?

Y, lo más importante... el disfraz era económico.

--Ey, Ranchan... ¿qué opinas?

Ranma parpadeó. Ukyo no era dada usualmente a los ornamentos femeninos. Ella era femenina, pero también tenía casi tanta actitud como Ranma.

Falda de cuero y corpiño. Botas y armadura. Una combinación inesperada.

Ukyo, princesa guerrera. Alguna gente podría no permitirse ver Xena... pero Ukyo se veía bien. Ranma empezó a reír entre dientes.

--No está mal, Ucchan... para nada mal. ¿Pero no lleva Xena una espada en lugar de una espátula?

--¡Ey! Una chica debe conservar su propia naturaleza. Me pregunto... Ups. No puedo creer esto.

Esa declaración fue provocada por la entrada de Shampoo. La mayoría de los asistentes esperaban que la amazona trajera un disfraz muy, muy revelador... como todo lo que vestía habitualmente.

En lugar de eso, venía con un traje muy serio. Larga túnica, complejos adornos, un peinado nuevo.

--¿Hay amazonas en Jurai? --preguntó Ranma.

Shampoo había decidido que, si Ranma no respondía a su usual rutina de "ser endiabladamente sexy", era mejor probar algo más femenino. ¿Y que era más femenino que vestirse como la guerrera Akeya de Tenchi Muyo?

Se inclinó, cuidadosamente, y respondió:

--Shampoo no lo sabe, Lord Ranma, pero deben existir.

--¿No sería "Lady Ranma" ahora? --sonrió Akane.

--Lo que sea --replicó Shampoo--. ¿Le gusta disfraz a Ranma?

--Bueno... ciertamente es un nuevo look para ti...

--Shampoo lo agradece.

--Debo admitir, Ranchan, que todas estamos vestidas de forma poco habitual.

--¡Ojojojojojojojojo!

--Excepto ella --murmuró Akane.

Kodachi hizo su entrada. Y su disfraz... donde fuera que estuviera... era impresionante. Pequeño. Negro. Calaveras. Bikini. Verdaderamente poco práctico.

--Bueno, al menos su risa es la correcta --meditó Ranma mientras Kodachi descendía los escalones en el clásico traje de Naga, la Serpiente Blanca, de las películas de Slayers.

--Y la mayor parte de la actitud, y la locura, y el ego... --agregó Akane.

--Cuiauc --concordó P-chan.

Ukyo levantó una ceja.

--Tienes una mascota bastante inteligente, Akane-chan... Pareciera que en realidad estuviera tratando de maullar.

--P-chan es un cerdito muy, muy inteligente. ¿No es cierto, P-chan?

--Para un cerdo, sí --murmuró Ranma.

--Shampoo no reconoce disfraz de chica loca.

--Slayers. Un programa bastante decente.

--No le parece decente a Shampoo. Se ve indecente.

Risas emergieron del grupo. Ah, y un "cuiauc" alegre.

Otros llegaron. Algunos más escandalosos que otros. Oh sí, estaban los vaqueros, las cantantes y los otros... pero también algunos más imaginativos.

Yuka y Sayuri decidieron que, si Ranma podía ser un poco atrevida, ellas también, aunque sólo fuera durante una fiesta de disfraces. Ellas representaban, con la ayuda de pelucas, un "Par Sucio" clásico muy decente.

Hiroshi y Daisuke, que eran los primeros en admitir que no tenían idea de ninguna arte marcial, decidieron también asistir con trajes emparejados... como Ryo y Ken, de Street Fighter.

Tomen nota, porque eso va a ser muy importante.
 


 
Cologne estaba sentada en el Nekohanten, sola con Mousse, que no había sido invitado y, además, era necesario para atender el restaurante. Algo estaba inquietándola... algo que no podía identificar.

--Mousse, tráeme el Cristal de Leng-Khao...

Y mientras el casi ciego Maestro de las Armas Ocultas y Objeto Ocasionalmente Molesto traía el elemento requerido, Cologne se sentó nerviosa. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que sintió esa particular vibración en el aire. Y eso no la hacia feliz.

Mirando profundamente en el cristal, la matriarca de las amazonas empezó su enigmático canto que abriría los poderes del oráculo. El cristal empezó a brillar, débilmente, revelando caracteres, palabras que le dirían lo que necesitaba saber.

ESTAS EN PROBLEMAS.

Esperaba algo un poco más detallado.
 


 
--Ah, chica del moño, no pelirroja, no, chica de la coleta de nuevo. Como sea, estoy alborozado de verte a ti y a la amada Akane Tendo en mi humilde celebración.

--Mrrrf --replicó Ranma, con la boca llena de pastel.

Akane suspiró. Hora de controlar al tonto.

--Kuno-sempai. Espero que no vayas a intentar ser demostrativo de nuevo...

--¿Podría yo dejar de alabar tan gloriosa belleza sin permitirte a ti observar mi magnifica masculinidad? Pero, como organizador de este evento, debo unirme a la chusma e impedir que mi demente hermana intente envenenar inadvertidamente a los invitados. O quizá advertidamente. Pero no teman, más tarde tendré tiempo para concederle a ambas la atención que merecen, sin tener que dividirla.

--Um, Kuno --preguntó Ranma tragando --, si nosotras somos dos, ¿no tendrás, de todos modos, que dividir tu atención?

Kuno parpadeó, algo confuso. Entonces el kendoista se retiró, para meditar tal enigma.

--Buena pregunta --comentó Nabiki--. De hecho, casi digna de mi. Por lo menos lo mantendrá ocupado los próximos cinco minutos.

Ranma asintió sobre una fuente de ponche.

--La comida también esta buena. ¿Han probado la torta? Esta sabrosa.

--Sí... Incluso a P-chan le gustó --sonrió Akane a su mascota, que estaba comiendo la delicada pieza en cuestión. P-chan podía ser un cerdo, pero no era un patán... normalmente.

--Por cierto, los bollos de cerdo están muy buenos. Y las pelotas de arroz. Y las albóndigas. Y la salsa. Y el...

--Ranma --preguntó Nabiki en voz alta--. ¿No piensas en otra cosa más que en comida y peleas?

--Seguro. También en dormir.

Nabiki gimió. No podía estar segura de que Ranma estuviera bromeando.
 


 
--Tonto oráculo --reclamó Cologne con indignación al cristal--. ¿Sería posible que fueras más específico?

ESTAS REALMENTE EN PROBLEMAS.

--Eso no es de mucha ayuda.

¿SEVERAMENTE EN PROBLEMAS? ¿PROBLEMAS MAYORES? ¿EN PROBLEMAS MÁS ALLÁ DE LO CREIBLE?

Es un hecho poco conocido que en el dialecto chino que usan las amazonas hay no menos de sesenta y dos formas de llamar estúpido a alguien o algo. Cologne utilizaría todas esas formas al menos dos veces en los próximos tres minutos y medio.
 


 
--Es extraño que no hayan sido muchos los que han mirado a Ranma esta noche.

--Bueno, quizá los chicos ya se han hecho la idea.

--O quizá es porque circula el rumor de que esas armas son de verdad.

Hiroshi y Daisuke asintieron. Entonces se fueron a entablar una conversación con Yuka y Sayuri, que se veían muy atractivas en sus trajes del Par... eh, de las ángeles encantadoras.
 


 
Cologne recién había creado un sexagésima tercera forma de llamar estúpido a alguien o algo, cuando Mousse se acercó a su lado y dijo:

--¿No debería preguntar por qué estamos en problemas?

--Mousse, idiota. Los oráculos no funcionan así. Debes usar métodos arcanos y cuidadosos para extraer la información que necesitas. No puedes llegar y decir una estupidez como "Señor Cristal, ¿exactamente por qué estamos en problemas?". Si las cosas pudieran... ser... así...

PORQUE UN BRUJO DEMENTE LLAMADO FRED YERFBURGER, DE PILLOW CREEK, MINESSOTA, 237 HABITANTES, SE ENCUENTRA JUSTO AHORA EN NERIMA. ESTA A PUNTO DE HACER ALGO MUY ESTUPIDO CON EL AMULETO DE LAS IMPRESIONES Y CAUSARA UNA SEVERA INVERSION DE LA REALIDAD. LA UNICA ESPERANZA ES UN GRUPO DE JOVENES, PERO ALGO INDISCIPLINADOS, ARTISTAS MARCIALES, QUE EN ESTE MOMENTO ESTAN VESTIDOS CON UN AMPLIO RANGO DE TRAJES Y DISFRUTANDO DE UNA FINA COMIDA Y PONCHE.

OH, POR CIERTO. SI, DEBES DARLE UN PREMIO AL CHICO-PATO POR ESTO. NECESITARAS TODO EL BUEN KARMA QUE PUEDAS CONSEGUIR.

Cologne decidió utilizar una de las técnicas de Ranma en ese momento. Y Mousse disfrutó del notable espectáculo de la matriarca amazona golpeando su cabeza contra la mesa.

Luego le dio un aumento. Y salió disparada hacia cierta fiesta.
 


 
Mucha gente considera a los templos de China o el Tibet como las mayores fuentes de conocimiento místico. Otros hablan en voz baja de los canales de Luisiana, donde los sacerdotes vudú viven. Unos mencionan la ruinas perdidas de Tanis en Egipto, o los extraños y ocultos lugares que yacen bajo Stonehenge. Incluso se mencionan como ejemplos a la Montaña del Fénix, o la ciudadela de la Dinastía Musk. Y otros, muy conocedores, muy sabios, y muy temerosos, hablan de Arkham, Massachusetts, y la pavorosa biblioteca de la Universidad de Miskatonic.

Por alguna razón, nadie parece saber nada de Pillow Creek, Michigan, que posee el mayor porcentaje per cápita de magos, brujos, hechiceros, brujas y otras que no les gusta ser calificadas como tales, en el planeta. De hecho, la única persona "normal" allí es Earl Gillespie, que atiende una combinación de estación de servicio, tienda de abarrotes, y oficina de correos.

237 habitantes, de los cuales 236 son mágicamente activos de una u otra forma.

Y en ese pequeño pueblo, que se ve como cualquier otro pequeño pueblo, también existe un "idiota del pueblo". Ustedes saben, el tipo que a nadie le gusta, el tipo con "ideas raras en la cabeza". Bueno, en este caso, era Fred Yerfburger.

Y la idea rara en la cabeza de Fred era la de conquistar el mundo.

Ahora, para cualquier practicante serio de la magia, esto es verdaderamente estúpido.

Primero, porque las leyes cósmicas no permiten que ningún mago domine el mundo... algo o alguien siempre lo detendrá antes de obtener la última runa, o será reducido por el bárbaro de turno, o pateado por algún artista marcial cuyo nombre probablemente empezará con R, terminará con A, y será un transacuasexual (ya saben a quien nos referimos).

Segundo, porque incluso si llegara a dominar el mundo, el tiempo que le ocuparía administrarlo no le dejaría ninguna oportunidad para sus arcanos estudios, que a los magos les gustan tanto.

Y tercero, porque en la honesta opinión de los magos reales, es más gratificante juntar un paquete de cervezas, un hermoso espíritu afín, ver "las brujas de Eastwick" y reírse de todos los errores, intercambiando uno que otro abrazo.

En otras palabras, una vez que se iluminan con el verdadero significado del universo, y dominan sus poderes, se dan cuenta que no es gran cosa después de todo, comparado con la compañía de ese espíritu afin y la ocasional Budweiser.

Los magos reales son un poco mundanos, en general.

Fred era la excepción. A él no le gustaba la cerveza, no era aficionado a los estudios, y estaba determinado a probar que la famosa Ley Cósmica era falsa. Fred era poderoso. Fred era capaz. Y Fred era un terco.

Fred no era, sin embargo, estúpido. Tratar de iniciar la conquista del mundo en su casa no provocaría mas que la oposición de 235 realmente indignadas personas mágicamente activas, que verían con mucha molestia su interferencia en sus conjuros cervecísticos y sus espirituales abrazos. Además, Earl podría golpearlo de nuevo con ese condenado mazo que comprara a ese importador japonés (¿dónde diablos guardaba Earl esa cosa, además?).

No. Esta vez se iría lo suficientemente lejos, donde no encontrara oposición. Cuando cualquiera de sus vecinos dedujera qué estaba pasando, ya sería demasiado tarde, y tendría el mundo en su poder.

Y conocía el lugar perfecto para empezar. Un lugar callado, ordinario, en Japón, llamado Nerima.

Hum. Pensándolo bien, tal vez Fred sí era estúpido.
 


 
La fiesta continuaba. Era lo que hace una buena fiesta, y, aún cuando fuera organizada por los Kuno, esta era una fiesta bastante buena.

El mismo Kuno había decidido investigar que era lo que la gente vulgar hacía para divertirse. Para su sorpresa, las lecturas de poesía, de las hazañas de los samurai, y las proclamas de su grandeza personal, no estaban en la lista. Sin embargo, comer, beber, bailar y cierto asunto fascinante, sí lo estaban.

El asunto fascinante era una cosa moderna llamada Karaoke.

Ahora, antes de que cualquiera tuviera ideas equivocadas, Tatewaki Kuno era realmente consciente de una limitación personal. El sabía que no era bueno para cantar. Era dolorosamente consciente de que llevar una melodía era algo que no iba con él.

Pero eso no queríaDe hecho, había sido una experiencia dura el tratar de decir que sus ángeles invitados no pudieran cantar para él... por lo que fue y compró una gran máquina de karaoke con un montón de canciones, cancioneros y un sistema de video de pantalla ancha para crear la atmósfera. Esperaba lo que sabía serían canciones de tierno amor y precioso romance de las voces de la angelical Akane Tendo y de la chica que cambiaba su peinado todo el tiempo, pero conservaba una tigresa ardiente en su corazón.

El problema era que la dicha tigresa ardiente no estaba cooperando.

--Akane. No pienso cantar nada.

--Pero Ranma, tienes una muy bonita voz cuando eres chica, y lo sabes. Además, todos lo van a hacer.

--Yo no soy como todos los demás --se quejó Ranma, olvidando hablar como chica adecuada--. Además, ni siquiera sé si alguna de esas canciones es la que me gusta.

--Puedes intentarlo, ¿o no?

--Supongo... --Ranma supo que Akane no le permitiría escaparse sin al menos cantar una canción --. Pero tú irás primero.

Akane parpadeó.

--Bueno. No sabría...

--No lo haré si tú no lo haces.

--Esta bien. Cantaré y después cantarás tú. ¿Trato hecho?

--Trato hecho.

Akane fue a buscar el libro de letras y empezó a hojearlo. Ranma se volvió al cerdito transformista, y le preguntó.

--Entonces, P-chan, ¿qué canción te gustaría cantar?

--Cuiauu --replicó el cerdo, dando una mirada feroz a Ranma.

Ranma se rió. Y entonces advirtió, para su horror personal, que Akane subía al escenario que Kuno había montado, micrófono en mano, y hablando con Sasuke que, en lugar de su traje de ninja, usaba una especie de traje de dj.

"Diablos. Ella va a cantar algo, lo que significa que también tendré que cantar algo y... Diablos."

Y, mientras pensaba eso, Akane empezó a cantar el molestamente apropiado "Moonlight Densetsu".

Y, de hecho, no lo hizo mal.

"Estoy impresionada. Hum. Tengo que encontrar una canción que me acomode... algo con actitud..."

Mientras Ranma ojeaba el cancionero, P-chan pensó en un plan simple para dejarlo en ridículo. El cerdito podría ya no estar tratando de matar a la chica en entrenamiento, pero no había nada que le impidiera hacerlo quedar como una tonta. Todo lo que tenía que hacer era sabotear la consola del karaoke, empujar los cables de sonido, y tendría una Ranma de aspecto estúpido en forma instantánea.

El cerdo empezó a acercarse furtivamente al escenario.

Ranma escogió su canción. Perfecto.

El cerdo se acercaba a su blanco.

Ranma tomó el micrófono y dijo:

--Realmente debería usar un peto y minifalda para cantar esto, pero...

El cerdo estaba quedó congelado justo en frente de uno de los parlantes. No. Ella no iba a cantar...

Debemos hacer una pequeña digresión para explicar algo. Ranma, aunque no se muestre en ningún animé o manga, canta en la ducha. Y siempre la misma canción, que debe ser interpretada muy fuerte. Y Ryoga/P-chan lo sabía.

Ranma le hizo la indicación a Sasuke, que subió el volumen al máximo. Después de todo, la canción debía ir fuerte.

Y la pelirroja inició su rendición de una muy, muy comprometida de "Konya Wa Hurricane".

También a muy alto volumen.

Todos la disfrutaron mucho, excepto un ensordecido cerdo.

Que, además fue lanzado lejos por los parlantes.

Ese si que es destino.
 


 
El hechicero de nombre Fred se aproximaba a la mansión. Ah, era allí donde las líneas se intersectaban. Este era el lugar preciso para usar el Amuleto de las Impresiones. Desde aquí podría causar el caos, al traer la naturaleza interna a la superficie exterior.

Y, ciertamente, la naturaleza interna de la mayoría era débil, con lo que podría dominar fácilmente al mundo.

Inserte aquí la patentada Risa Siniestra #174.
 


 
--¡Guau Ranma! ¡Eso fue grandioso! --exclamó Yuka.

--¡Sí! ¡Quizá podrías formar una banda! --añadió Sayuri.

--No sabía que podías cantar así --agregó Hiroshi.

--Te sacudes muy bien cuando cantas, Ranma --dijo Daisuke.

Dos ángeles encantadores y un luchador callejero golpearon a Daisuke antes que Ranma pudiera.

--¡Que comentario! ¿Podrías cantar otra canción? Quiero decir, cantas muy bien --dijo Hiroshi--. Si lo quisieras, podrías convertirte en una ídolo, con seguridad.

--¿Han visto alguna vez lo que esas ídolos visten? --replicó Ranma--. De ninguna manera voy a salir a un escenario con uno de esos vestidos de encaje. ¿Por qué creen que escogí "Konya Wa Hurricane"?

--¿Por qué es lo que cantas en la ducha todos los días? --replicó Akane.

--¡Ey! Me gusta la serie. Me gusta la canción. Y nunca tuve la voz correcta para cantarlo hasta los "días de chica"... bueno, no quiero admitirlo. Supongo que me gusta cantar.

--Oye Ranma. Si te consigo una peluca rubia, una minifalda y un peto... ¿la cantarías de nuevo?

--Dai, ¿quieres que Ranma se ponga medieval contigo? --preguntó Hiroshi.

--No sé... Se vería bien con ese atuendo... pero no... no creo --sonrió Ranma.

--Además, ¿de donde sacarías un traje de Priss? --preguntó Yuka.

--Yo sólo preguntaba...

--O te estarás sólo poniendo pervertido --replicó Sayuri.

--Ey. ¡No hay nada pervertido en un chico que quiere ver a una chica bonita con minifalda! Un traje de perrito faldero sí sería pervertido --replicó Daisuke.

Una pausa larga.

--Has estado conversando con Enzo, ¿verdad? --preguntó Ranma.

--Bueno, sólo trataba de salvar su vida antes de que lo mataras --replicó Daisuke.

--Como sea --dijo Ranma, para diferir la inminente muerte de Daisuke--. No tengo ese disfraz, y no creo que haya alguno aquí.

--Ese no es un problema, diosa del cabello de fuego --replicó una voz realmente poco bienvenida--. Dentro de la casa tenemos un completo guardarropa con casi cualquier vestido que tú o Akane puedan desear usar en su vida. Aunque, me temo, que no tengo pelucas a mano --dijo Kuno.

--¿Por qué diablos tendrías que tener...? no, olvídalo. Realmente no lo quiero saber --dijo Ranma con un suspiro.

--Si te atreves --sonrió Akane.

Ranma tragó saliva. Esto parecía familiar.

--No lo haré.

--Guau. Sería sensacional, Ranma --indicó Sayuri.

--No lo haré.

--Serías el golpe de la fiesta --dijo Hiroshi.

--No lo haré.

--Podríamos hacer los coros --agregó Yuka.

--¡¡¡No lo haré!!!

--Personalmente, yo pagaría por verlo.

Ranma le dio una mirada acusadora a Ukyo.

--¡¡¡¡¡No lo haré!!!!!

--¿Lady Ranma no tiene miedo? --preguntó Shampoo riendo. Ella era fanática de BGC y anhelaba ver esto.

--¿Tú también? ¡¡No lo haré!!

Esto continuó por algunos momentos. El resultado inevitable fue que Ranma se encontró a sí misma con un cambio de vestuario, el pelo suelto y en el escenario de nuevo.

"¿Dónde diablos encontró Kuno un duplicado perfecto del traje de Asagiri del primer episodio?", refunfuñó Ranma internamente mientras empezaba a repetir su número.

Y entonces ocurrió algo muy, muy estúpido.
 


 
Fred lanzó su conjuro.

Desgraciadamente, no lo hizo bien.

Su intención era traer la naturaleza interna a la superficie exterior.

En cambio, trajo la superficie exterior a la naturaleza interna.

Para la mayoría de las personas en el área no significó absolutamente nada... en un plano meramente espiritual. Pero para cierto grupo de asistentes a una fiesta de disfraces...

Cologne arribó exactamente diecisiete segundos tarde. Se quedó paralizada al ver aparecer, desde la nada, edificios ferozmente disonantes. Una camioneta van apareció de ninguna parte. También lo hizo un Aston Martin, de los sesenta. En el tejado de la mansión Kuno se materializó una convenientemente ubicada nave espacial.

Y a Cologne sólo se le ocurrió decir una cosa...

--Oh, mierda.



Continuará...

 
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