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Días de chica de Robert Heiney
Traducido al español por: Guillermo Riquelme Valenzuela
 
Nop. No soy su propietario, no puedo solventar los costos legales, y además soy muy tonto. ¡Así que dejenme fuera!


Parte 12:
¿De qué realidad me hablan?

(Un hombre de pelo oscuro camina hacia el escenario, llevando una hoja de papel en su mano. Se ajusta los lentes, y empieza a hablar.)

Para aquellos que se perdieron el capítulo anterior, quisiera decir que... arg, olvídenlo. Es sólo demasiado raro. Vayan y léanlo. Y, por su propia seguridad, no consuman ninguna droga mientras lo hacen.

(El hombre lanza lejos el papel y se retira, ignorando las quejas del anunciador).
 


 
Ranma se sentía... diferente.

Su cerebro pareció quemarse por un momento, mientras imágenes poco familiares atravesaron su cabeza. Sin embargo se sobrepuso a la sensación, y continuó su rendición, por segunda vez en esa noche, de "Konya Wa Hurricane".

Por alguna razón, se sentía más natural cantándola esta vez. Pero no pudo terminarla.

Después de todo, es difícil permanecer cantando y calmada cuando una amazona centenaria brinca a través del techo y aterriza encima de la cabeza de Indiana Kuno, vociferando algo sobre magos de Minessotta y malvados hechizos que debilitan el alma.

Cologne pestañeó. Hasta donde podía figurarse, no parecía ver espíritus aplastados. De hecho, parecía haber una mayor aura de confianza que la normal.

--Señora, ¿podría salir de encima de mi cabeza? ¡Ahora! --se quejó Kuno.

--Por supuesto... pero ya se ha ido... ¿qué dijiste? --dijo Cologne, notando que el discurso normal de Kuno estaba algo alterado.

--Mira hermana, quizá le guste mirar el paisaje desde ahí, pero me estás arrugando el sombrero... ¿qué estoy diciendo? ¿Cómo puedo hablar de manera tan vulgar?

--Bisabuela, ¿qué es lo que te tiene tan disgustada? Difícilmente he podido entender lo que has dicho --preguntó Shampoo.

Cologne escrutó a Shampoo.

--Por los dioses, Shampoo... ¿desde cuándo hablas japonés tan bien?

Cologne escrutó ahora a Ukyo.

--Esto es extraño. Debe haber una explicación razonable para todo esto... no deberíamos descontar la posibilidad de algún espíritu maligno rondando por aquí --agregó Akane.

Escrutar ya no parecía una buena opción.

--El... él no pudo hacer tan mal ese conjuro...

Ranma bajó del escenario, frunciendo el ceño.

--Será mejor que empieces a decir cosas con sentido, Cologne. Odio que interrumpan mis actuaciones... Akane, ¿qué dijiste?

--El lo hizo. Ese maniático lo hizo. Discúlpenme. Necesito sentarme --dijo Cologne con un estremecimiento. Esto era, sea lo que fuera que era, una Cosa Muy Mala.

--Bueno, pero primero bájate de la cabeza del Trueno Azul... ¿sabías que no eres precisamente liviana?

--Oh... por supuesto...

Brincando fuera de la cabeza del tipo del sombrero, Cologne empezó a explicar lo que hasta ahora nadie había logrado advertir.
 


 
--Es una broma... Debe ser una broma. Esto no es posible --Ranma agitó su cabeza con incertidumbre. Todavía se sentía diferente... irritable, enfadada por... algo.

--Pero yo no me siento muy diferente --agregó Akane--. Bueno, un poco, pero nada que realmente importe... no podría explicarlo. --Akane no estaba enojándose. Se sentía inusualmente templada. De hecho, con la mente muy clara.

--Bueno, por lo menos yo si les puedo garantizar que algo ha pasado --dijo una nueva voz. Todos miraron alrededor, desconcertados, antes de comprender que la voz venía del suelo.

P-chan brincó con gracia felina. Lo que no era raro, dado que se había convertido en un gato parlante.

Los ojos de Ranma se ensancharon... mientras sentía el inicio de un ataque de pánico... y el término. Estaba incómoda, sí, pero no como para caer en su rutina de "aleja de mí ese gato infernal".

--Aquí tenemos un par de pruebas --dijo Cologne--. Ranma puede padecer de fobia hacia los gatos, pero el personaje que está representando no la padece, y eso está aminorando su reacción normal... Un momento ¿ese gato habló?

--Lógico. Luna es un gato que habla, y dado que P-chan está representando ese rol, él lo hace también. Me pregunto si... --. Akane pulsó uno de sus aretes y una visera azul apareció-- ¡Ey! ¡Esto es de verdad! ¡Incluso sé como usarlo!

--Así que... realmente eres Sailor Mercury... Pero ¿cuál es el sentido de todo esto? --pregunto "Priss"--. ¿Este tipo es un idiota o algo así?

--Creo que sus intenciones eran sacar la naturaleza interna de las cosas a la superficie. Según mis fuentes, es la clase de individuo que cree que todas las personas son débiles en el fondo, y asumió que eso le haría más fácil conquistar el mundo. Pero parece que le salió al revés... Ukyo ¿podrías dejar de hacer eso? --. La última frase iba dirigida a una alegre y saltarina princesa guerrera.

--Honestamente, Ukyo, incluso si te sientes algo mejorada en tu condición física, es muy poco femenino dar esa clase de brincos hacia atrás --dijo Shampoo represivamente.

--De todos modos, está locura se irá extendiendo... y nuestra ciudad, quizás nuestro mundo, se trastocará más allá de lo reconocible a menos que lo detengamos. Debemos quitarle el Amuleto de las Impresiones a ese loco de Yerfburger y destruirlo, antes de cuarenta y ocho horas, o los cambios serán irreversibles.

--Y eso es malo ¿cierto? Humm... sabes, ese tipo está en reales problemas. Sigo teniendo mis habilidades en el Arte, pero siento como si tuviera algo más. Ya no soy ni Ranma o Priss... soy, creo, una mezcla de ambos. Puedo sentirlo.

Los otros asintieron. También podían sentir esa extraña sensación de superposición.

--Shampoo... ¿te has dado cuenta de que hay dos bonboris gigantes flotando detrás de ti? --preguntó Akane, con cierta incertidumbre.

La amazona de Juraian se encogió de hombros.

--Parece ser que mis guardianes han llegado.

--Sólo hemos venido a ti, Princesa --dijo uno de los mazos de batalla gigantes.

--De hecho, pienso que hemos sido creados recién. No encuentro ningún registro de una existencia previa en mis bancos de memoria --agregó el otro.

--Esto se está poniendo raro. Miren lo encontré en mi bolso --dijo Ranma.

--¡Gran señor! ¿Qué clase de pistola es esa? --dijo bruscamente Kuno.

--Miembro II. También hay munición extra en el maletín. ¿Habrá una armadura de combate esperando por mí?

--Gran Hera... Esto se está volviendo insano --murmuró Ukyo.

--Lo insano no es nada nuevo. Pero esto ya es como mucho --dijo Cologne.

--¡Yujuu! ¡Esto es grandioso! --dijeron dos voces a coro. Las cabezas se volvieron para ver a Hiroshi y Daisuke, brincando alrededor en el más puro estilo Ranmesco.

--Humm... artes marciales reales. Y otras que son de ficción. Si sigue así voy a dejar de sentirme cómoda con esto --murmuró Sailor Akane.

--Sí, son de verdad... oh, maldición. Ahora que lo pienso, tenemos también una Naga y el... el Par Sucio.

Los ojos se ensancharon.

--¿Se habrá dado cuenta Kodachi de lo que le ha ocurrido? --preguntó una algo disgustada Shampoo.

--¡Ojojojojojojojojojojojojojo!

--Es una posibilidad --Ranma frunció el ceño.

--¡Poder! ¡Verdadero poder digno de la diosa que estoy destinada a ser! --exclamó Kodachi, la Serpiente Blanca.

La vista de una Kodachi vestida con un bikini y demostrando su poder era, para decir lo menos, enervante.

--Creo que ella será la que menos desee cambiar las cosas. Si vamos a tratar con ella así, tenemos un problema adicional. Vi parte de un video de esa serie, y estoy empezando a desear haberle puesto mayor atención --dijo Ranma con un suspiro.

Sin mayor vacilación, Ukyo blandió un anillo de metal, originalmente hecho de papel de estaño, pero que ahora era de acero fundido, y lo lanzó. Rebotó contra tres paredes, dio contra la cabeza de Kodachi, noqueándola, y finalmente regresó a la mano de Ukyo.

--Ya no es un problema.

--Eso fue... impresionante --dijo Ranma--. Ahora, ¿cómo encontraremos a este tipo hamburger?

--Yerfburger --corrigió Cologne.

--Lo que sea.

Akane se veía pensativa. Entonces, desde ninguna parte, sacó un pequeño rectángulo azul que abrió.

--También tengo esto. Si puedo encontrar la forma de rastrearlo, lo podremos atrapar rápidamente. Y dado que no tenemos mucho tiempo... es mejor empezar enseguida.

--¿Sabes como usar esa cosa, Akane? --preguntó Ranma.

--Aunque parezca raro, sí. Pero llegar a donde esté puede ser un problema, aunque...

--¡Podemos usar nuestra nave! --chirriaron al unísono las dos chicas más cambiadas del grupo, Sayuri y Yuka, el nuevo Par Sucio.

Dos nuevos luchadores de Street Fighter se pusieron a sudar. Ellos conocían muy bien el comportamiento típico de esas dos...

--Eso puede trabajar... vayan en ella y exploren la situación, luego repórtese. Lleven a Dai y Roshi con ustedes --y dirigiéndose a estos dos últimos, agregó --. Y ustedes dos, asegúrense de que no pierdan el control. No sabemos que tan lejos puedan llegar.

Un vaquero llegó, sonriendo.

--Ey, compadres, allá afuera hay unos caballos, una de ellas es la mía, y ¡es realmente inteligente! ¡Y además está la mejor motocicleta que haya visto nunca!

--¿Quieren apostar acerca de quién es el dueño? --lanzó Kuno, que estaba terminando de atar y amordazar a su retorcida hermana.

--No hay necesidad de apostar, Kuno-san --replicó Shampoo--. Creo que Lady Ranma es con seguridad su propietaria.

El vaquero se encogió de hombros.

--No sé de qué cuento están hablando, pero también hay un auto realmente pintoresco allá afuera. Un Aston Martin del 63, de colección... ustedes no verán nada como eso en ninguna parte. ¿De quién podrá ser?

--Ese, sospecho, debe ser mi vehículo --dijo una culta voz.

Todos los ojos se volvieron hacia el nuevo interlocutor. Como de costumbre, todos se habían olvidado de su presencia... de hecho, era frecuente que nadie lo notara.

Pero ahora era bastante notorio. Su presencia era completamente diferente y su porte se había fortalecido. Su anteriormente arrugado smoking estaba ahora perfectamente planchado. Y había un brillo acerado en sus ojos.

--Tú... tú eres...

Y, con un acento británico, el hombre respondió:

--Gosunkugi. Hikaro Gosunkugi. A su servicio, señoras...
 


 
Fred Yerfburger no era un hechicero feliz.

No estaba seguro de qué había salido mal en su hechizo, pero en lugar de crear una masa de gusanos rastreros que podría dominar fácilmente, parecía haber causado que el territorio de Nerima se convirtiera en una amalgama sacada de docenas de esas películas de animación que eran tan populares aquí. Una torre de estructura futurista sobresalía al lado de lo que parecía ser un templo selvático. Pequeños vehículos aéreos silbaban un poco más allá. Robots mezclados con lo que parecían ser pequeños duendes azules.

Y nadie parecía estar desconcertado. Después de todo, esto era Nerima.

Al principio, el hechizo no había provocado ningún cambio a nadie que no estuviera en un disfraz. Pero la Inversión de Realidad había drenado mucha energía, y él no permitiría que fuera a para en Ranma y su compañía. Una a una las personas iban cambiando de acuerdo al manga, animé, novela o película más cercana a ellas, y si no había realmente nada cerca, a alguna otra cosa.

En otras palabras, Nerima estaba pareciéndose mucho a un gigantesco parque de entretenciones, donde incluso los edificios habían decidido unirse a la diversión.

El dojo Tendo no era ajeno a los eventos. Nodoka suspiró mientras Kasumi usaba sus garras de adamantium para rebanar el tocino de la cena de esa noche mientras fumaba felizmente un cigarrillo barato. Soun y Genma estaban jugando shogi, mientras discutían la mejor manera de proteger a las doncellas... como cualquier noble caballero de un manga cercano lo habría hecho. Sin embargo, seguían haciendo trampa.

--Kasumi, querida, ¿no crees que las cosas se han puesto un poco... extrañas? --. Nodoka no podía precisarlo, pero...

--Nop, tíita --. Kasumi se hecho hacía atrás su pelo, peinado bastante excéntricamente, y continuó rebanando --. ¿Por que lo preguntas?

--No puedo precisarlo... pero hay algo que me molesta... parece una perturbación en la fuerza... --. Nodoka se encogió de hombros y retomó su práctica con el sable de luz.
 


 
Nabiki no era feliz. El hechizo había afectado su traje de conejita de una forma bastante inesperada.

--No te ves tan mal, Nabiki --trató de consolarla Akane.

Nabiki no respondió. Apenas arrugó su rosada nariz mientras sus bigotes se retorcían adorablemente. Ociosamente pasó sus uñas a través de su espesa piel con blanco pelo que ahora lucia. Una de sus orejas se levantó bruscamente, mientras luchaba desesperamente contra el impulsos de atacar las ramitas de zanahoria.

Misma forma, misma chica... nueva especie. La conejita.

Nabiki, como se ha dicho, no era feliz. Ese hechicero payaso iba a pagar por hacer ver como una superdesarrollada prima de Lola Bunny.
 


 
Los patrulleros salieron. Ranma en su motocicleta. Ukyo, Shampoo y Gosunkugi en el Aston Martin. Kuno en un auto privado. Los cuatro jinetes (Hiroshi, Daisuke, Yuka y Sayuri) en el Lovely Angel. Akane y Cologne se quedaron para coordinar y ver lo que Akane podía descubrir con la Computadora Mercurio. P-chan (o, como alguien la había llamado, Luna-P), refunfuñaba. Habría estado más feliz si, en vez de ser una gata mágica parlante, hubiera sido un gato mágico parlante.

Ranma estaba especialmente enfadada. Muy enfadada. El enfado normalmente no era algo típico de Ranma, pero si era ciertamente algo típico de Priss, y dado que Ranma ahora era parcialmente una Priss, era de hecho una especie de prisionera de los impulsos de Priss.

"Cuando agarre a ese imbécil le lanzaré el ataque de la Tigresa Virtuosa con tanta fuerza que tendrá que bajarse los pantalones cuando quiera sonarse la naríz."

Ranma tenía sus ideas propias sobre donde buscar. Si cualquier cosa se volvía extraña, tendía a estar en el dojo. Por ello fue a revisar a los demás y ver si ese imbécil se había aparecido por allí.

En el camino, advirtió que la ciudad se había convertido en una especie de parque demente.

Entró al dojo y pestañeó. Pestañeó. Pestañeó.

--Santa...

Cologne había dicho que sólo los más cercarnos al centro del hechizo notarían que algo era distinto. Ese parecía ser el caso. Kasumi estaba sirviendo la cena vistiendo un ajustado traje de spandex amarillo y negro, fumando un cigarro y rebanando despreocupadamente un pez con una garra que parecía emerger de la parte de atrás de su mano. Papá y el señor Tendo parecían salidos de alguna película de los tres mosqueteros, lo que producía un efecto especialmente desagradable, por cuanto envolvía un panda francés. Y su madre ayudaba a Kasumi levitando los platos hacia la mesa, mientras recalentaba el arroz con una espada láser.

--Um... ¿Está todo bien por aquí? --preguntó, vacilando.

--Todo está de perlas, pelirroja-chan --dijo Kasumi--. Por cierto, ya le di una pulida a tu armadura y tu motoslave. Están en el dojo. Tenía la sospecha de que los podías necesitar. ¿Te quedas a cenar?

Ranma se quedó dudosa. Y entonces recordó.

"Armadura y... ¡sí!"

--Um, realmente, ahora debo ayudar a mis amigos a salvar al mundo de un hechicero demente, pero gracias Kasumi.

Ranma no esperaba la reacción que siguió.

--¿Hechiceros? Eso si que no, pelirroja-chan. Las chicas deben hacer lo que las chicas deben hacer. --dijo Kasumi enfundándose su máscara.

--El deber de un Jedi precede a la cena. Estoy de acuerdo --agregó Nodoka.

Soun y Genma sólo se miraron entre sí, golpearon sus manos y se levantaron, con sus capas flameando dramáticamente ante una repentina brisa. Incluso el panda se veía extrañamente noble y heroico.

Ranma se encogió de hombros y entró al dojo para ponerse su armadura. ¿Por qué despreciar posibles aliados? Incluso Kasumi se veía capaz.
 


 
Fred no podía deducir todavía que había pasado con su hechizo. No actuaba ni remotamente parecido a lo que esperaba. De hecho, actuaba de una forma que jamás hubiera imaginado.

Pero si. Estaba generando masivas cantidades de energía táumica, lo que implicaba que podría usar esa energía para tratar algo incluso mayor. Inadvertidamente había creado una ciudad llena de entidades paranormales, de las que seguramente podría tomar el control, si encontraba la manera de hacerlo. Un ejército de duendes, monstruos, robots... ¡sería imparable! ¡invencible! ¡Como un dios!

Insertar aquí la risa malvada #128.
 


 
--En nuestro restaurante siempre pasan cosas, Ukyo-san. Quizá debamos ir allí. Me preguntó que le habrá pasado a Mousse. A pesar de lo poco que me guste, quisiera asegurarme que esta ileso.

--Estoy de acuerdo. ¿Hikaru?

--Ya había anticipado que sugerirían eso. De hecho, casi hemos llegado. Ah... ¿eso es el Nekohanten?

Era, pero no lo era. El emporio del tallarín había adquirido una apariencia definitivamente de alta tecnología. Paneles, reflectores y todo lo demás. Se veía positivamente militarizado.

Entrando, el lugar parecía una mezcla de cuartel y restaurante.

Y Mousse estaba sentado en una mesa limpiando un arma de aspecto ridículamente complejo. Levantó la vista y, con ojos extrañamente claros, ella ajustó las correas de su sudadera, frunció el ceño y se ajustó sus ahora delgados lentes.

--Tengo la sensación de no ser yo mismo. No puedo precisarlo, pero...

--Tú... estás un poco cambiado --murmuró Shampoo.

--Sí. Sí tú lo dices. ¿Hay nuevas órdenes de la vieja momia?

--Podría decirse que sí --dijo Ukyo débilmente.

Ajustándose una chaqueta y cargando su rifle, la bizarra mezcla de Mousse y Ellen Ripley se encogió de hombros.

--Bien, hagámoslo. Pero espero que esta no sea otra cacería de bichos.

Mientras salían, con Alien todavía reproduciéndose en la video-cassetera, Mousse preguntó, ociosamente:

--A propósito, ¿quién es ese tipo bien parecido?
 


 
Cuando Ranma llegó al Ucchan's, para revisar a Konatsu, volvió a pestañear. Aunque desde dentro de una armadura era difícil de notar.

Con un curioso toque de capricho arcano, a pesar de que el traje era tecnológicamente idéntico a la armadura que Priss Asaguiri usaba en los últimos episodios de Bubblegum Crisis, su esquema de color no lo era. En lugar de eso, esa rojo con arreglos negros en piernas y antebrazos, reminiscente de la ropa china que Ranma (en su forma masculina, claro) vestía habitualmente.

Ucchan's también sufría algunas alteraciones cosméticas. Al menos, hasta donde Ranma podía recordar, no tenía techo de paja o un caballo en su parte externa.

Descendiendo del Tifón II, Ranma entró cuidadosamente.

--Konatsu. ¿Estás aquí? ¿Está todo bien?

--Por Crom, nunca estuve mejor --vino una voz bastante similar a la de Konatsu, pero más profunda y cordial. Ranma estaba observando la cocina, donde...

Auch, esto no se veía muy bien. Konatsu había ganado casi 20 kilos de puro músculo y vestía, bueno, no mucho, pero todo lo que vestía era de cuero. Y la espada que cargaba era casi de la estatura de Ranma. Su pelo ya era largo antes, pero ahora se veía algo enredado, habían surgido cicatrices de ninguna parte y podía apreciarse una mirada ardiente en sus ojos.

--Um... ¿Estás seguro que estás bien?

--Por mis tripas, claro que lo estoy. ¿Por qué no habría de estarlo?

"Chico, Ukyo va a adorar esto"

--Ey, ¿quieres ayudarnos a detener a un hechicero que está tratando de conquistar el mundo?

Konatsu, el bárbaro, simplemente crujió sus nudillos y sonrió.

Sólo unos días después descubrirían que el mencionado ninja era un velado entusiasta de Espadas y Hechiceros, y que estaba leyendo una de las novelas de Conan cuando recibió el hechizo. Tras todo esto descubriría que la exposición de su placer culpable era muy avergonzante, dado que él no lo consideraba femenino.
 


 
Una de las leyes cósmicas respecto a los magos que quieren conquistar el mundo se refiere a las fuerzas que se reunirán para oponerse a ellos. Con frecuencia sin tener idea de por qué.

Por ejemplo, la afamada Pareja Dorada, que usualmente podían ser considerados más una molestia que una ayuda, llegaron a la mansión Kuno por razones que ni ellos mismos podrían explicar adecuadamente. Y, además, explicar el capricho del hechizo que los había convertido en versiones quinceañeras de John Steed y Emma Peel, más conocidos como Los Vengadores, iba más allá de cualquier escala de explicación.

Cologne había luchado contra los efectos de la transformación tanto como pudo, pero finalmente la habían alcanzado. En realidad no había mucho cambio, excepto en su coloración. Un Yoda vagamente femenino parecía ser lo apropiado.

Siguiendo sus instintos que eran, bueno, instintivos, el grupo completo se reunió nuevamente en la mansión. No había mucho que reportar, excepto que la ciudad era básicamente más rara que lo usual.

Si hubiera existido algo como un observador imparcial, no habría sido imparcial por mucho tiempo. La vista enfrente de él lo habría llevado a la locura o a la indignación contra la locura.

Kuno estaba conversando con Kasumi acerca de prestarle un cigarrillo. Kasumi estaba tomando un bollo de cerdo con una de sus garras.

Cologne, Nodoka, Akane y Luna-P estaban intentando encontrar una fuente que les permitiera ubicar a Yerfburger. Akane a través de la computadora, Cologne a través del Cristal de Leng-Khao, Nodoka sintonizándose con la fuerza, y Luna-P mirando de una a la otra buscando similitudes.

Mousse y Gosunkugi discutían sobre armamento. Mousse prefería las armas grandes y devastadoras, mientras Gosunkugi insistía que lo único que realmente necesitaba era una Walther PPK.

Hiroshi y Daisuke estaban riñendo a Yuka y Sayuri por hacer explotar la Torre de Tokyo. Las chicas replicaban que eso les pasaba todo el tiempo, que, en primer lugar, era muy fea y que, después de todo, no había sido culpa de ellas.

Shampoo estaba encantada por los Soun y Genma notablemente suaves y enérgicos. Y estaba asombrada por lo encantador que podía verse un panda con un estoque.

Ukyo y Konatsu estaban practicando como un par de guerreros bárbaros. Eso al menos tenía sentido.

Y, para mantener la moral de la multitud, Ranma había regresado al escenario. Había mucha música en la máquina de karaoke, y aunque prefería el material más duro, algunos de los temas populares estaban bien y, al menos, calmaban a la gente.

En otras palabras, aún cuando no todos eran ellos mismos, la vida continuaba.

Y la conversaciones tendían a ser algo excéntricas.

--¿Puede alguien decirle a Zorro que la corte con su látigo? Estoy tratando de echar un humo por aquí y mis Winston no son un blanco para prácticas.

--¿Qué es Dilitium y qué tiene que ver con la máquina de karaoke?

--Compañero, tengo el deseo más extraño de besar a mi caballo.

--Disculpa, Ranma dice que no cantará "Happy Happy Joy Joy". Y que si te atreves a pedírsela de nuevo, usará su Miembro II contigo.

--Cologne dice que mientras no pueda encontrar el rastro del hechicero, es mejor que los artistas marciales no hagan nada. Bueno, lo que ella dijo realmente fue "difícil es ver al baka. Siempre en movimiento él está". Pero viene a ser lo mismo.

--Hey Daisuke, ¿quieres ver cómo saco un conejo de mi sombrero?

--¿Otra vez?

--¡MMMp mrrrp mmmm!

--No, no te vamos a desatar Kodachi.

--¡Que alguien mueva esta maldita oveja! ¡Hagan que se pierda! ¡Es peor que Ryoga!

--Compañero, tengo el deseo más extraño de besar a mi caballo.

--¿Tú también?

--¿Quieres un globo?

--Yo Ichiro, ¿tú Jane?

--¡En el invierno de nuestro descontento...!

--Nagisa piensa que disfrazarse como Shampoo ser mala idea.

--Tú y las otras seis amazonas.

--Atención. Al dueño de la Gundam en el estacionamiento. Está bloqueando el tráfico.

En otras palabras... cuando estos chicos pillen a ese Yerfburger...
 


 
Mientras tanto, dicho Yerfburger tenía ciertas dificultades para recoger la energía que necesitaba. Si no lo hubiera sabido mejor, pensaría que el universo estaba conspirando en su contra. Esto era, por supuesto, imposible, dado que él estaba destinado a gobernar el mundo.

Por supuesto, el universo sí estaba conspirando en su contra y él no estaba destinado a gobernar el mundo, pero este escritor no se lo dirá si los honorables lectores no lo quieren. Dejemos que se sorprenda.
 


 
--¡Ajá!

--¿Un rastro tienes tú, Akane? --preguntó Cologne.

--¡Sí! ¡Un fuerte impulso de energía, de energía mágica, en estas coordenadas!

--Parece ser así... de alguna forma lo siento --comentó Luna-P.

--La fuerza también se siente perturbada en esa dirección --añadió Nodoka.

--Cristal de Leng-Khao verificaré con él --. Cologne hizo ciertos pases mágicos sobre la piedra del oráculo, e interpretó las runas que se formaron sobre su superficie.

SIP. ESE ES EL LUGAR. DIVIERTANSE.

--Demasiado casual el cristal es. Pero lugar ese parece ser.

--Entonces... ¡vamos!

Una pausa.

--Después de que Ranma termine sus canciones... sólo le quedan dos temas y adoro su interpretación del tema de apertura de Tenchi Muyo...



Continuará... con una venganza

 
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