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Domando al caballo de Vince Seitert
Traducido al español por: Guillermo Riquelme Valenzuela
 
Los personajes y situaciones de Ranma 1/2 son copyright (c) Rumiko Takahashi.
Derechos de publicación en Japón de Shogakukan Inc.
Derechos de publicación en Estados Unidos de Viz Inc.
Este trabajo no pretende infringir estos derechos.


Parte 1:
Alojamiento
 
   Un caballo debe guardarse en un establo protegido, cercano al sitio de ejercicios... El establo debe estar libre de corrientes de aire y muy lejos de fuentes de perturbación... Incluso el animal mejor temperado puede tardar algún tiempo para adaptarse a los cambios en su albergue o compañía acostumbrada.
--Domando al caballo: la guía del jinete

Era un día esperado largamente por algunos y temido secretamente por otros: Ranma y Genma se mudaban de regreso a la casa Saotome para vivir con Nodoka. Una vez más, Ranma y Nodoka estaban alineados a un lado de la entrada principal del dojo Tendo, enfrentando a Soun, Kasumi y Nabiki. Esta vez, sin embargo, Akane no estaba enfurruñada en su cuarto; estaba parada al lado de Ranma, cargando un bulto. Esta vez, Genma estaba de pie al lado de Nodoka, pateando malhumorado un guijarro inocente.

--Agradezco de nuevo a todos por haber cuidado bien a mi hijo y a mi esposo --dijo Nodoka alegremente, inclinándose ante los Tendos.

--Oh, no fue en absoluto un problema --respondió Kasumi cortésmente.

--Recuerden, son bienvenidos para visitarnos cuando quieran --añadió Soun. Nabiki simplemente estaba ahí, de brazos cruzados, intentando no parecer tan aburrida.

--Gracias por todo --dijo Ranma, mirando principalmente a Kasumi.

Nodoka se volvió, cogió la manga del raído gi de Genma y dijo:

--Vamos, querido.

Empezaron a caminar calle abajo. Ranma cargó su mochila, sonrió a Akane y los siguió. Akane empezó a caminar al lado de él.

--Así que no puedes dejar que me aleje de tu vista ¿eh? --dijo Ranma, sin mirar a Akane.

Akane, determinada a evitar la repetición de la semana de malentendidos que había seguido a la última mudanza de Ranma, suprimió su respuesta inicial.

--Bueno, ahora vas a encontrar más difícil protegerme día y noche, Ranma --dijo en su lugar. "Rayos, él me tiene clavada."

Ranma retrocedió y la miró de soslayo. "Rayos, ella me tiene clavado."

Akane sonrió un poco al darse cuenta que no intentaba ni siquiera negarlo. Siguieron caminando sin hablar, escuchando a Nodoka hablando con su esposo.
 


La casa Saotome era considerablemente más pequeña que la de los Tendo, un poco más vieja, y menos amoblada, pero el daño que Shampoo, Ukyo y Kodachi le habían infringido en la persecución de un inexistente anillo de compromiso ya había sido reparado. Akane siguió a Ranma al segundo piso, a una pequeña habitación, desamoblada a no ser por un cajón que servía de velador y una lámpara de escritorio. Ranma soltó su pesada mochila y se estiró. Akane dejó su bulto.

--Así que... ¿esta es tu habitación?

--Sip.

Ranma abrió la ventana de viejo estilo y observó el pequeño patio trasero.

--No es mucho, pero al menos no tengo que compartirla con un panda.

Su expresión era un poco triste, hasta que se volvió a mirar a Akane.

--Ranma, yo...

--Akane, yo...

Se interrumpieron simultáneamente. Se ruborizaron y miraron el suelo.

--¿Qué?

--Sigue tú...

Ranma pareció molesto, hizo la mímica de cerrar sus labios con un cierre y se inclinó exageradamente hacia Akane.

Akane se rió.

--Bueno, papá dijo "vengan cuando quieran" --dijo ella--. Dado que tu familia no tiene un dojo, puedes usar el nuestro... si quieres...

Ranma, que había empezado a fruncir el entrecejo en la mitad de su frase, aclaró.

--Sí, supongo que puedo.

--Y nuestra casa no esta lejos de tu camino a la escuela --continuó ella, animada--. Podríamos seguir caminando a la escuela juntos...

--Esa es una idea excelente --dijo Nodoka desde la puerta. Ranma y Akane dieron un respingo--. Yo me ocuparé de que salga a tiempo para que te encuentre en tu puerta, Akane-chan --continuó benignamente.

--Caray, mamá --protestó Ranma, pero tan débilmente que incluso para Akane fue obvio que era una forma de disimular.

--Gracias, tía --dijo Akane. Ella se inclinó hacia Ranma--. Será mejor que me vaya, seguramente tienes cosas que hacer...

--Gracias por haber venido, Akane-chan --dijo Nodoka--. Trata de visitarnos cuando quieras. Yo me alegraré de verte y espero que Ranma también --ella sonrió y salió.

Akane siguió a Ranma hasta la puerta.

--Podría acompañarte hasta tu casa --ofreció Ranma tímidamente.

Akane sonrió, pero agitó su cabeza.

--No. Tienes cosas que hacer. Gracias de todos modos. ¿Nos veremos mañana en la mañana?

--Sí.

--¡No llegues tarde! --concluyó y salió.

Ranma subió, suspiró y abrió su mochila. Colocar su magro guardarropa en su armario le tomó diez minutos. Desenrollar su futón le tomó diez segundos. Se sentó en su futón, miró en la dirección aproximada del dojo Tendo, y deseó estar en cualquier otra parte.
 


--¡Ya llegué! --gritó Akane quitándose sus zapatos.

Kasumi entró en el recibidor.

--Oh, Akane --dijo ella-- ¿Cómo te fue?

--Bien --dijo Akane--. Um... ¿dónde están papá y Nabiki?

--Papá esta en su cuarto. Nabiki salió --dijo Kasumi con tranquilidad--, y no he visto ningún ninja alrededor últimamente.

Akane sonrió débilmente.

--Disculpa. Esta vez fue mucho mejor. Se comportó como siempre incluso antes de que nos alejáramos mucho, pero traté de no enfadarme con él, y eso fue bastante beneficioso. Casi fue cortés. ¡El me va a acompañar en el camino a la escuela!

--Oh, ¡eso es maravilloso!

--Pero estoy tan angustiada por las otras chicas. Ahora que él no está viviendo aquí, ¿quién sabe lo que puede pasar? Ellas lo visitarán, y serán cariñosas con él, y el... y ellas...

Akane se detuvo, espantada por su propia imaginación.

Kasumi intentó rescatar a Akane de su pánico mortal.

--Ahora, Akane, estoy segura que no será tan malo como temes. No lo olvides, ellas hacían eso también cuando él vivía aquí, y no parece haber afectado a Ranma-kun en lo absoluto. Dios mío, ¿recuerdas esa mañana en que encontramos a Shampoo en la cama con él...?

Akane se volvió con ojos desorbitados hacia su hermana.

--¡Ahhhhh! --se lamentó.

Kasumi hizo una mueca de desconsuelo.

--...lo que quiero decir --continuó apresuradamente--, es que si Ranma-kun pudo permanecer decente pasando por cosas como esa, estoy muy segura de que él no estará en mayor peligro ahora.

--"Decente" no es la palabra que usaría con ese pervertido --dijo Akane sombríamente, pero luego se tranquilizó--. Lo extraño... --dijo eventualmente-- Apenas se fue hace una hora y ya lo echo de menos.

--Bueno, estoy segura que él te echa de menos también --dijo Kasumi confiadamente.
 


Ranma despertó la mañana siguiente y se preguntó la razón.

"Ningún balde de agua... ningún ataque repentino... ninguna colegiala enloquecida por el reloj... rayos, ¡esto es aburrido!"

Bostezó, se levantó, recogió su toalla y su bandeja de aseo, y bajó silenciosamente.

Su madre y su padre estaban sentados a la mesa en el cuarto principal cuando él llegó.

--Buenos días, mamá, papá --los saludó--. Oye papá, ¿vamos a practicar antes del desayuno o no?

Genma cruzó sus brazos en actitud inescrutable.

--Tu madre me ha persuadido de que es necesario un cambio en tu rutina --le dijo a Ranma.

Nodoka continuó.

--Si, Ranma.

Parecía bastante seria.

--Tu padre te ha entrenado durante todos estos años y ha cumplido su promesa de hacer un hombre entre los hombres. Por lo tanto, le he sugerido que su tarea ya está cumplida, y que ahora me corresponde a mí completar tu entrenamiento y él... en cierta manera... accedió.

Ranma levantó sus cejas. "Así que todo ese ruido de anoche era por...", pensó.

--¿Y en qué me vas a entrenar, mamá? --preguntó.

Nodoka miró ferozmente a su marido.

--Tu padre, a pesar de que te ha convertido en un artista marcial bastante capacitado, ha fallado en enseñarte muchos aspectos de la civilización --dijo ella--. Yo corregiré estas... deficiencias.

La mandíbula de Ranma se dejó caer.

--Uh... ¿cómo que? --preguntó cautelosamente.

Nodoka frunció ligeramente el entrecejo.

--Bien, empezaremos con tu vocabulario, tu gramática y tu dicción --dijo ella--. Tus notas también me indican que necesitas estudiar más. Te introduciré a las artes clásicas, como la poesía, y guiaré tu desarrollo moral. Tu padre no parece haber sido el mejor de los ejemplos.

Ranma se quedó mudo.

--O sea... ¿nada de practicar? --graznó finalmente.

Genma se veía incómodo.

--Tu madre ha defendido sus argumentos bastante convincentemente... --sus ojos se deslizaron hacia la katana colgada en la alcoba...-- ...y dado que ella te tuvo por tan pocos años, y dado que te mantuve lejos de su influencia durante tantos, ella se encargará de ti hasta que madures, y yo no deberé intervenir mientras tanto.

Se levantó, salió fuera y descargó un balde de agua encima de su cabeza. El panda parpadeó tristemente a Ranma y se volvió.

--Ahora que ya está aclarado el punto --Nodoka concluyo alegremente--, te serviré tu desayuno.

Se levantó y entró en la cocina, mientras Ranma se quedó sentado, aún aturdido.
 


Ranma entró a su casa y se quitó los zapatos. No se sentía como su casa. Akane vivía en su casa. Agitó su cabeza.

--¡Ya llegué! --gritó, simplemente en la eventualidad de que alguien estuviera escuchando, y subió a su cuarto.

--¡Ranma!

Ranma se regresó al primer piso y entró en el cuarto principal. Nodoka tomaba una taza de té detrás de varios montones de libros.

--¿Sí mamá? --miró los libros-- ¿Qué hay con los libros?

--Esta es tu lista de lecturas. Quiero que leas todos estos --aclaró Nodoka, mientras agregaba otro libro a una de las pilas.

Ranma recogió un libro y lo hojeó.

"Ningún dibujo, montones de kanji, ningún furigana, letra pequeña..."

Algo dentro de él estalló.

--¡Tú quieres! ¡Maldición! ¡Todos quieren! ¡Mi vida esta llena de personas que quieren que haga algo que otros no quieren que haga! ¡Tú quieres que lea un trillón de libros! ¡Tú quieres que salga de la casa de los Tendo! ¡Tú quieres que sea "un hombre entre los hombres"! ¡Papá y el señor Tendo quieren que me case con Akane! ¡Shampoo y su abuela quieren arrastrarme a China! ¡Ukyo quiere que me case con ella! Akane quiere... maldición, desearía saber que es lo que Akane quiere... ¡Pero a nadie le interesa lo que yo quiera!

Nodoka esperó pacientemente hasta estar segura de que su hijo había terminado su declaración.

--¿Y qué es lo que tú quieres, querido?

Ranma palideció, y repentinamente encontró bastante interesante el borde de la mesa.

--Bueno, yo... um. Si Aka... er, es decir, yo, uh... La cosa es que... Yo, ah, bueno, quizá... hum.

De nuevo Nodoka esperó hasta que pareció que Ranma estaba más preocupado de jugar con sus dedos que de agregar algo más.

--Bien, cuando decidas qué es o que quieres, Ranma-chan, asegúrate de decirle a tu madre todo sobre eso.

Ella tomó un sorbo de su taza y miró blandamente a Ranma.

Ranma no le oyó decir "...y hasta entonces, deja de quejarte", pero estaba seguro de que ella estaba pensándolo.

--Sí, mamá --concluyó, desconcertado-- ¿y dónde está papá?

--Afuera --dijo Nodoka fríamente--. Le sugerí que se consiguiera un trabajo. Si no lo viste en la casa de los Tendo, hay una pequeña posibilidad de que sea eso lo que está haciendo.

Ranma lo dudó, pero no le sorprendió que Genma no estuviera en casa. Una vez que pasó delante de la puerta abierta de la habitación de sus padres había visto los dos futones en extremos opuestos del cuarto, con una katana entre ellos.
 


Ranma despertó repentinamente en medio de la noche. Algo estaba en su cuarto con él. Algo estaba escarbando intensamente en sus cajones y murmurando. Algo pequeño...

--¡Viejo canalla! ¿¡Qué diablos cree que está haciendo?!

Happosai se volvió.

--Ah, hola Ranma --indicó al saqueado armario-- ¿Tu madre aún no te ha comprado ningún sostén o braga nueva?

--¡¿Qué....?! Hijodemalamadre, debería...

--¿No? --el viejo agitó su marchita cabeza disgustado--. Ella debe estar tan pobre como Genma. Que pena, que pena...

Evitó diestramente el codo de Ranma.

--Bueno, chico, hay una sola cosa que hacer...

Frotó vigorosamente sus manos.

--¡Iremos a buscar algunos para ti!

Ranma hizo una mueca por un instante.

--¡Ya se lo he dicho antes! ¡No pienso hacer eso! --exclamó.

--¡Pero si no lo haces se van a ir para abaj...!

--¡Arg..!

¡Bam!

Happosai miró a Ranma, que yacía en el suelo vistiendo sus pantalones de boxeador, y suspiró.

--No eres nada divertido --comentó súbitamente--. ¡Ey! ¡Pero si tú estás aquí, significa que mi querida Akane-chan está completamente indefensa!

Ranma se quedó helado. Happosai saltó al umbral de la ventana y se volvió.

--¡Hasta pronto! --dijo saltando.

Ranma se descongeló.

--¡Bastardo!

Se levantó de un salto, saltó a través de la ventana y aterrizó en el jardín, buscando ferozmente a Happosai con la mirada. Descubrió al maestro de las artes marciales de estilo libre recostado en la pared, observándolo apaciblemente.

--Has decidido salir de cacería conmigo después de todo ¿eh?

--¡Aléjate de Akane, pequeño pedazo de mierda!

--¿Por qué debería? --preguntó razonablemente Hapossai--. Yendo al punto... ¿quién me va a detener?

Ranma humeó. "Ese es un buen punto..." Una súbita brisa enfrió su pecho desnudo y un plan desesperado se le ocurrió.

--¿Por qué querría molestar a una poco sexy y sin curvas como esa?

Alcanzó un balde bajo el alero de la entrada, lo volteó sobre su cabeza y asumió una pose provocativa.

Plic.

"¿'Plic'? ¿Qué pasó con el 'splash'?". Miró hacia arriba. El balde estaba vació. "Gaaaa. La primera vez que realmente necesito agua fría y obtengo un 'plic'. ¿Puedes creerlo?"

--Aquí va esto.

Happosai le lanzó un balde. Ranma lo asió alegremente y lo volteó encima de su cabeza.

¡Splash! Ranma dejó caer el balde, rechinó sus dientes y asumió la pose nuevamente.

--¡Qué lindo! -- Happosai saltó hacia su expuesto pecho.

Salto. Nariz, nariz.

--¡Iyyya! --Ranma enterró a Happosai de un golpe en la tierra lo hundió con el pie.

--¡Eso es suficiente! -- exclamó Happosai enojado, desenterrándose mientras se asía a los bordes de los dos baldes.

--¡Te tengo!

Saltó hacia Ranma, retorciendo los dedos. Ella saltó sobre el tejado, huyendo. El ruido se alejó en la distancia.
 


Ranma se arrastró hacia el cuarto principal la mañana siguiente y se sentó a la mesa, con un aspecto decididamente hastiado.

--Buenos días, mamá.

--Buenos días. Ranma --dijo Nodoka alegremente, sirviendo la sopa, el arroz y los escabechados. Ranma empezó a meter sus palillos en la comida.

--No te preguntaré si dormiste bien, querido --continuó ella.

Ranma levantó la vista mientras tragaba apresuradamente.

--¿Uh?

--No gruñas, querido, no es adecuado. Sí, me desperté en medio de la noche por algunos ruidos que venían de jardín y cuando fui a ver lo que era, me sorprendí.

Ranma parpadeó nerviosamente mientras subrepticiamente chequeaba el cuarto por la presencia de katanas.

--Al principio pense... bueno, puedes imaginar lo que pensé.

--¡Hip! --Ranma se preparó para desaparecer bajo la mesa.

--Pero después de que tú y Happosai se había ido, me di cuenta de que habías hecho una cosa muy generosa, sacrificando tu dignidad por el honor de tu prometida.

--¿Eso hice? Quiero decir... Seguro, sí --Ranma se infló un poco.

Nodoka alzó una ceja a su hijo y agitó su cabeza.

--Cada vez que creo haber entendido lo que es la masculinidad, Ranma, tú lo redefines.

--Um... ¿es eso bueno? --preguntó Ranma con cautela.

--Aún no estoy segura.

Ranma pareció dudoso. Cuando Nodoka no dijo nada más y empezó a desayunar, él reasumió el suyo, levantando su vista hacia ella de vez en cuando.
 


Ranma emergió de las profundidades de su sueño. Algo estaba en su cuarto con él. Algo alto, delgado y curv...

--¡Oh, Ranma-sama!

De repente Ranma estaba completamente despierto y aplastado contra la pared.

--¡Kodachi!

--Ssshi, querido Ranma-sama. No queremos molestar a tus padres.

Los faroles de la calle proporcionaban suficiente luz para que Ranma pudiera ver la figura que estaba delante de él. Para tranquilizarlo un poco, ella vestía su leotardo habitual. "Por el momento... Oh, tenía que ocurrírseme eso..."

--No di... --Ranma aclaró su garganta y volvió a empezar-- ¿No deberíamos?

Ella se rió tontamente con suavidad, un sonido bastante alejado de su risa habitual, pero que en ese momento parecía aún más perturbadora.

--No, no querido. Eso sería muy descortés --hizo una pausa--. Fue muy lindo de tu parte dejar tu ventana abierta para nuestra cita.

--Uh --comentó Ranma. Maldijo su incapacidad para mantener su parte de la conversación. Eso le podría haber dado algún tiempo adicional.

Kodachi suspiró románticamente.

--Oh, Ranma-sama, eres la más tórrida de las fantasías de una chica hecha carne. Al verte aquí mi pobre corazón apenas se puede tener en pie.

Ella extendió la mano en la semioscuridad y la puso en el lado izquierdo del desnudo pecho de Ranma.

--¡Yaaaa! --Ranma saltó hacia arriba, a una de las esquinas del techo, temblando.

Kodachi se deslizó a sus pies.

--No hay necesidad de ser tan tímido, mi dulce hombre.

Ranma se dio cuenta con desmayo de que Kodachi no era lo suficientemente baja, ni el techo lo suficientemente alto, o ambas cosas.

--¡Qué lindo!

Kodachi miró su pecho. Happosai sonreía sin dientes asido a su delantera.

--Ranma-sama --dijo afiladamente--, ¿qué es esta vil criatura?

--Uh...

--Olvídalo.

¡Whap!

Kodachi extrajó a Happosai fuera de su pecho y se lanzó por la ventana. Happosai rebotó en el suelo y regresó como un disparo. Ranma se dejó caer del techo y se asomó a la ventana. Hizo una pausa y sopesó la posibilidad de simplemente cerrar de golpe la ventana y regresar a la cama.

--Ah, diablos --murmuró, y saltó hacia fuera.

Kodachi y Happosai estaban enfrentados en el patio. La gimnasta tenía su cinta girando y contorsionandose. El pervertido tenía sus dedos extendidos y retorciéndose. Antes de que Ranma pudiera intervenir, Happosai dio un salto. La cinta lo golpeó.

--¡Buaaa! --chilló Happosai, con su cabeza oscilando hacia debajo de una rama, envuelto desde el cuello hasta los pies por la cinta.

--¡Esclavízame! ¡Disciplináme también, dulces mejillas! ¡Yuuujuuu!

Kodachi lo ignoró y se volvió hacia Ranma.

--Ay, amor, el encanto se ha roto. ¡¡Au revoir!!

Ella le lanzó un beso mientras saltaba al techo del vecino. Pétalos de rosa negra llenaron el aire nocturno.

--¡O-jo-jo-jo-jo-jo!

Ranma la observó.

"Sabía que era una loca, pero ahora ella también habla incoherencias."

Observó a Happosai, que aún giraba alegremente de un lado a otro, y consideró agradecerle su oportuna intervención.

--Ná.

Ranma saltó de regreso a su ventana, la cerró de golpe tras de él, y clavó una tabla para asegurarla.

Le tomó una hora volver a dormir.
 


Ranma se despertó a la mañana siguiente por unos golpecitos en su puerta.

--¿Ranma? Es hora de levantarse, querido.

--Sí mamá. Ya voy...

Se sentó y refregó su cara con sus manos. La puerta se abrió.

--¿Está todo bien, Ranma? Normalmente no duermes tanto... ¡oh, Dios mío!

Ranma observó hacia donde miraba Nodoka. Su corazón se paralizó. Encima de su vestidor había un ramillete de rosas negras.

--¡Ak! ¡Yo, yo puedo explicarlo!

--Yo también... --ella sonrió orgullosamente a él mientras tomaba el ramillete--. Iré a ponerlas en agua.

Ranma gimió y hundió su cara en sus manos.

"Estoy muerto."

Nodoka volvió a asomar su cara en la puerta y agregó:

--¡Sabía que Kodachi-chan había estado anoche, pero no imaginé que ella iba a estar tan complacida contigo!

"Muerto, muerto, muerto."
 


Akane estaba esperando con impaciencia afuera de la entrada principal de la casa de los Tendo, cuando Ranma llegó corriendo.

--Estaba a punto de irme sin ti --dijo enojada--. Ven, vamos.

Akane lanzó algunas miradas a Ranma mientras corrían.

--Te ves terrible --dijo, después de que pasaron con seguridad enfrente del lugar en que la pequeña anciana acechaba con su cucharón.

--Gracias.

--¿Qué pasó? ¿Happosai de nuevo? --su voz era simpática. Ranma estaba cansado. El resultado era predecible.

--Sí. El y Kodachi.

Akane frenó bruscamente.

--¿¡Qué!?

--¡Espera! ¡No es lo que estás pensando, Akane!

--Bien... ¿¡y cómo sabes qué estoy pensando!? ¡Si tu sabes lo que estoy pensando es porque es lo que cualquiera podría pensar! ¡Y eso significa que debe ser verdad!

¡Slap!

Ranma agitó su cabeza, asombrado tanto por la indiscutible lógica de Akane como por su poderosa mano, y entonces corrió tras de ella.

--¡Espera! ¡Lo has tomado todo mal!

--¡Aléjate de mí, pervertido! --gritó ella tratando en vano de alejarse de él.

Ranma se enfadó.

--Mira, ¡dejé mi ventana abierta porque hacía calor! ¡Nunca pensé que Kodachi se iba a meter! Kodachi saltó encima mío, Happosai saltó encima de ella. Ella lo envolvió con su cinta y lo abandonó. ¡¡NO PASO NADA!!

Akane se detuvo. Ranma se detuvo, respirando pesadamente, pero n o por la carrera. Sus ojos escudriñaron su rostro.

--Tu sabes --dijo ella finalmente--, esa historia es tan tonta que tengo que creerla.

Ranma cruzó sus brazos y miro con disgusto.

--Esa es la verdad.

--¿Lo prometes? ¿No pusiste ni un dedo encima de ella?

--Ninguno.

Akane parecía aliviada.

--Bueno... está bien.

Sonrió tímidamente.

--Um... disculpa por la palmada.

Ranma se recuperó con su sonrisa y recordó un detalle importante.

--Uh, sólo hay otra cosa...

Los ojos de Akane se estrecharon.

--¿Qué?

--Bueno, mi mamá... uh... tú sabes cómo piensa ella acerca de ser "masculino", ¿cierto? Bueno, Kodachi dejó un ramillete inmenso de esas condenadas rosas de ella en mi cuarto y ahora mamá cree... uh...

Los ojos de Akane y su boca se abrieron choqueados. Ella cerró su mano con su boca.

--¡¿...que tú fuiste, ah, "masculino" con Kodachi!?

--Sí --dijo Ranma tímidamente-- ¡Pero no lo fui! ¡Lo juro!

Akane se río.

--Yo no le diré que no lo fuiste.
 


Ranma estaba profundamente dormido cuando las tablas clavadas sobre su ventana saltaron hacia adentro, rebotaron contra la pared contraria y cayeron al suelo. Rodó hacia un lado por reflejo, se apegó al muro con un golpe y pestañeó. Algo estaba en su cuarto con él. Algo increíblemente violento...

--Wo da airen --dijo suavemente.

Ranma gimió.

--Shampoo.

--¿Estás enfermo? --preguntó Shampoo--. No suenas bien --su mano tocó su frente--. No hay fiebre... deberías dejar la ventana abierta. No se puede dormir bien en un cuarto cerrado --. Sus dientes brillaron en la semioscuridad--. De esa manera no habrá ruido cuando tu esposa te visite, además.

--Mira, Shampoo, debes irte --suplicó Ranma--. Necesito dormir.

--¡Que bien! --dijo Shampoo, sonando complacida--. Tu duermes. Yo duermo también.

Ranma suspiró aliviado.

--Grandioso. Ahora...

Se detuvo repentinamente. Un vestido se deslizó en la oscuridad y cayó suavemente en el suelo. Alcanzó a distinguir un vislumbre de piel pálida mientras Shampoo se extendía en su futón y colocaba su colcha sobre ella. Gotas gruesas de sudor se acumularon en su frente y maldijo en silencio.

--No. Yo quería decir que tienes que irte a tu casa y dormir allí, mientras yo me quedó aquí y duermo --dijo, sabiendo lo inútil que era.

--¿De que hablas, airen? Ven acá. A dormir. Buena compañía --Shampoo dio golpecitos al futón al lado de ella.

--Ni por nada --Ranma suprimió la tentación de acercarse a ella y trató de pensar en un plan.

"¿Happosai? No. El sólo aparece cuando yo no quiero. ¿Echarla a patadas? Ella simplemente volvería. No hay ventana que pueda detenerla, o puerta, o incluso paredes. ¿Ir allá abajo y preguntarle a mis papás si puedo dormir con ellos? Si, claro. Mamá va a agarrar su katana por no quedarme aquí y ser 'masculino'.

--¡Eeep!

Shampoo se había puesto impaciente mientras él pensaba y había saltado a abrazarlo.

--¿Qué es eso de "eeep", airen? --susurró en su oído--. Aún no conozco todas las palabras japonesas de cariño... ¿me la enseñas?

Ranma decidió que toda conversación era fútil y empezó a desenvolverse de la amazona, intentando no pensar en lo que estaba tocando. Shampoo lo tomó como una invitación a otras materias y empezó a lanzar chillidos de placer mientras él tocaba accidentalmente ciertos puntos sensibles. Finalmente Ranma se liberó con una movida maestra que dejó a Shampoo abrazándose a sí misma, cogió su manta y en la fracción de un segundo, y antes de que ella pudiera recapturarlo, saltó fuera de la ventana.

Shampoo saltó detrás de él, pero de repente dio media vuelta de regreso al cuarto de Ranma, y salió un segundo después llevando su ropa. Hizo una pausa en el tejado mientras se vestía apresuradamente. Ella lo advirtió a seis tejados de distancia y corriendo rápidamente, aún cargando su manta.

--¡Ranma! ¡Espera!
 


--Lo sé. Me veo terrible --dijo Ranma a Akane cuando se encontraron en la casa de los Tendo a la mañana siguiente--. Hagamos esto rápido. Shampoo vino anoche.

Akane pestañeó.

--¿Qué?

Ranma se animó un poco.

"¡Ey! Que te parece, esta escuchandome."

--Shampoo entró en mi cuarto anoche. Echo mi ventana abajo a patadas y me atrapó, me escapé y corrí lejos... Rayos. Creo que uno de sus antepasados debe haber sido un pulpo que cayó en el estanque de la joven ahogada... la llevé de vuelta al Nekohanten, irrumpí en el cuarto de Mousse con ella detrás y me escapé mientras ella todavía estaba enredada con él. Qué más pasó, nada. No puedo decir exactamente que no puse un dedo sobre ella, pero no la toque más de lo que necesitaba para sacármela de encima, disculpa.

Se detuvo jadeando, y esperó su castigo.

--¿Por qué me estás diciendo todo esto? --preguntó Akane. Su voz era extraña.

--Para que puedas golpearme y luego irnos a la escuela -- explicó Ranma como si fuera la cosa más razonable del mundo.

--Todavía no te sigo --dijo Akane.

--Mira. Yo sabía que lo ibas a averiguar tarde o temprano, así que prefiero enfrentarte, recibir mis golpes y continuar nuestro camino. Vamos, pégame ya. Se está haciendo tarde.

--Oh.

Akane observó a Ranma y cambió su mochila de mano. Ranma entrecerró sus ojos y esperó. Sintió una palmada suave en su mejilla, y escuchó a Akane suspirando.

--Ranma malo.

Abrió sus ojos, atónito. Akane ya se iba caminando. Se quedó esperando que regresara, escuchó su risa, y murmuró:

--Nunca, jamás, voy a entender a las chicas.

Y la siguió.
 


--¡Ya llegué!

Ranma se fue corriendo a su cuarto para dejar su mochila. Moviéndose a un paso más tranquilo, encontró a su madre en el cuarto principal.

Nodoka observaba su trabajo manual y el más débil de los ceños cruzó su cara.

--Ranma, ¿podrías cambiarte, por favor?

--¿Uh?

Ranma verificó su ropa rápidamente. Nada parecía errado.

--¿Qué tiene de malo esto?

Nodoka se veía algo incómoda.

--No, querido, no tus ropas. Quisiera conversar con... bueno... con mi hija.

La mandíbula de Ranma se derrumbó. "Lo dice en serio". Entonces una pequeña luz se encendió.

--Oh. Seguro, mamá. Vuelvo enseguida.

Dejó el cuarto. Se escuchó una leve salpicadura. Ranma regresó, secando su pelo. Se dejó caer para sentarse de piernas cruzadas delante de Nodoka.

Nodoka frunció el ceño de nuevo, débilmente.

--Ranma-chan, esa no es la forma en que una joven señorita debe sentarse.

--Pero... ¡yo no soy una "joven señorita"! ¡Soy un hombre! ¡Debo sentarme como se sienta un hombre!

--Ranma, no le grites a tu madre. Y, por favor, haz lo que te dije.

Ranma se veía rebelde, pero obedeció, y cambió para sentarse con sus piernas y rodillas juntas.

Nodoka se relajó y sonrió a su chica.

--Gracias, Ranma. Yo sé que esto es difícil para ti.

Tomó un respiró y continuó.

--He estado pensando en tu condición desde que la descubrí, y me he dado cuenta de algo.

La expresión de Ranma cambió de rebelde a aprehensiva.

--Yo... yo quisiera que fueras mi hija tanto como mi hijo.

Ranma se cayó hacia un lado. Regreso a tiempo a la vertical para escuchar a Nodoka agregando.

--Echo de menos a Ranko. Yo sé que no te gusta ser una chica, pero parece como si fuera... ambos... o cualquiera... o lo que sea... cuando ocurre, y siempre he querido una hija, y no parece que tu padre y yo vayamos a tener más hijos, así que...

Ranma quería empezar a decir algo como "¡Al diablo con eso!" y continuar desde allí, pero no pudo. Su madre estaba retorciendo sus manos, a punto de llorar. Sus hombros se cayeron y arqueó su cabeza.

--Está bien, mamá --dijo débilmente--. Haré lo que deseas. "Aunque creo que preferiría abrirme el estómago."

En un instante Nodoka había rodeado la mesa y la estaba abrazando.

--¡Muchas gracias Ranma-chan! Has hecho a tu madre muy feliz.

Ella sostuvo a Ranma y la observó orgullosamente.

--Tu padre te hizo un hombre entre los hombres. Ahora prometo ¡convertirte también en una mujer entre las mujeres!

Ranma la miró fijamente, horrorizada.

--No te hagas esto, mamá --dijo por fin.

Nodoka no comprendió.

--Oh, no, Ranma. No será en absoluto un problema. ¡Incluso será divertido! ¡Ya lo verás! ¡Ser una mujer no es tan malo como crees! Por qué, si nosotras...

Ranma ya no escuchaba. Lentamente empezó a golpear su cabeza contra la mesa.



Fin de Alojamiento

Notas del autor:

Nodoka: Cuando Genma alejó a Ranma de su madre Nodoka, el (y un Ranma muy joven) firmaron un contrato estableciendo que si Genma no hacia de Ranma un "hombre entre los hombres", ambos deberían cometer seppuku. Después que Nodoka llegó a la casa de los Tendo buscando a su esposo e hijo, Genma oculto a Ranma de ella como "Ranko Tendo" y su panda mascota, puesto que temia que la maldición de Ranma fuera vista por Nodoka como un incumplimento del contrato. Ver v22-2 hasta v22-6, v28-1 hasta v28-10, v30-8 hasta v30-10, v33-9, v34-5 hasta v34-9, v36-3 hasta v36-7.
Mudarse de la casa de los Tendo: Después que Nodoka descubre la maldición de Ranma y decide que es lo suficientemente masculino pàra vivir (en v36-7), le pide a Ranma y Genma regresar a la casa Saotome.Ranma y Akane toman esto bastante mal, y, por supuesto, se culpan el uno al otro. Despues de varios malentendidos involucrando una caja de píldores que las prometidas piensan es un anillo de compromiso, la casa Saotome es dañada lo suficiente como para que Nodoka, Genma y Ranma deban regresar a la casa de los Tendo temporalmente. Véase v36-7 hasta v36-10.
Katana entre los futones: Genma se comportó como una verdadera bola de barro a través de todas las historias de Nodoka/Ranko. Nodoka es un apropiada, tradicional ama de casa japonesa. Puede ser un poco excéntrica en algunas maneras, pero no es ciega, no es estúpida, ni es de voluntad débil.
Desaparecer bajo la mesa: Una de las más especializadas técnicas Saotome-ryo. Véase v34-8.
 
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Ultima actualización: sábado 22 de enero de 2000
 
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