Domando al caballo |
Los personajes y situaciones de Ranma 1/2 son copyright (c) Rumiko Takahashi. Derechos de publicación en Japón de Shogakukan Inc. Derechos de publicación en Estados Unidos de Viz Inc. Este trabajo no pretende infringir estos derechos.
--¿Kasumi? --Oh. Hola Akane. ¿Otra charla? Akane asintió y cerró la puerta. --Estaba pensando sobre Shampoo... --empezó a decir, sentándose al lado de su hermana--. Logramos derrotar el punto de depresión... bueno, en parte. Todavía me siento un poco deprimida. Pero ella también me derrotó en la pelea. De hecho ella es mucho mejor que yo y eso no me gusta. Suspiró. --Recuerdo cuando era la mejor de los alrededores, antes que Ranma llegara y trajera a todos sus amigos y enemigos. --Bueno, no puedes ser la mejor todo el tiempo --apuntó Kasumi--. Incluso Ranma ha encontrado de vez en cuando rivales que son, de alguna manera, mejores que él. --Seguro. Y como él dice, entrena, o "se pone serio", o los engaña, y gana. Akane inclinó su cabeza. --El es bueno, y afortunado y... astuto. Yo no tengo suerte, ni soy astuta, así que eso me deja sólo el entrenamiento. Levantó la vista. --¿Supones que papá pueda...? Kasumi parecía dudosa. --Puedes preguntarle, pero temo que él lo tratará de hacerlo, aunque no pueda, y terminará peor que antes. Preferiría que no lo hicieras. --Por supuesto que no quiero que me entrene el tío Genma... o Happosai --dijo Akane, estremeciéndose--. Cologne es una gran maestra, pero ella no tiene ninguna razón por la cual quiera enseñarme, y muchas para no hacerlo. Ryoga lleva semanas perdido. ¿Conocemos a alguien más? --Akane... ¿por qué estás evitando lo obvio? --preguntó Kasumi suavemente. --¿Qué es lo obvio? --dijo Akane, pero su voz la traicionó. --¿Quien sino Ranma, por supuesto? No, escucha un momento --dijo Kasumi--. Si... no. Cuando ustedes dos se casen, el dará clases aquí. ¿No deberías tú ser su primer estudiante? Podrías ayudarle a aprender cómo enseñar. Tú puedes aprender, oh, mucho de él. Además tendrás la excusa perfecta para que pasen mucho tiempo juntos. La formalidad de la relación profesor-alumno podría ser buena para ambos. Sólo debes admitir ante él que lo consideras lo suficientemente bueno como para enseñarte. Lo admitiste conmigo. ¿Puede ser tan difícil? Akane negó displicentemente --No puedo simplemente ir y pedirle que me enseñe, Kasumi. --¿No puedes? --¿Ranma? Ranma dejó de torturar al muñeco de entrenamiento y se volvió para encontrarse con Akane, de pie en la puerta del dojo, y con una mano en cada puerta. --Eh, Akane. --¿Puedo hablar con usted por un momento, Ranma-kun? "Uh,oh" El Analizador de Tácticas de Ranma entró en Alerta Roja. "Ella no parece enfadada... Yo no he hecho nada... que yo sepa... pero eso nunca la ha detenido antes... y esta hablando formal... lo que significa que estoy en problemas, serios problemas". En este punto, el A.T. trató de clasificar a Akane en la categoría de "amenaza", pero falló espectacularmente, debido a la oposición de otras partes de Ranma, y se rindió, enfadado. --Uh, seguro --dijo inmediatamente. En un transparente intento de parecer casual, continuó diiciendo--. ¿Qué se te ha ocurrido? Akane avanzó a través de las puertas, se volvió, y las cerró. "Gulp" Moviéndose con toda la gracia y precisión que podía, se volvió de nuevo, avanzó hacia él y se detuvo directamente en frente suyo. "Doble gulp" Ranma captó un vislumbre de su expresión, controlada y seria, antes de que ella bajara su cabeza. --Ranma... sensei... Yo... Yo quiero pedirle que me haga el favor de aceptarme como su estudiante... "¡ACK!" Akane mantenía fuertemente tapada una tetera hirviendo. "Si él me humilla, yo... yo haré que desee jamás haber nacido". Observó a través de sus pestañas como Ranma se encogía, alejándose de ella, con una expresión horrorizada en su cara, y su primer y cuarto dedos extendidos, concentrándose en suprimir las ansias de enviarlo a través del piso, y esperó. Ranma se recobró a tiempo para que sus ojos se encontraran con los de ella cuando levantó la cabeza. Había esperado una expresión furiosa de orgullo contenido, y eso fue lo que encontró, y empezó a abrir la boca para responder con un chiste, pero dos cosas lo detuvieron. Lo primero fue el escaso rango de chistes posibles de los que podía escoger. Lo otro fue el atisbo de desesperada ansiedad en sus ojos, que lo transformaron en la arcilla en que habitualmente las chicas lo convertían. --¿Yo? Eh... Supongo que podría... si realmente quieres... ¡Uuuuf! ¡Ey! ¡No aprietes tan fuerte! Akane dejó de abrazar a Ranma y retrocedió un paso. --¡Oh, Ranma! ¡Nunca te arrepentirás de esto, te lo prometo! Salió casi bailando del dojo, arrasando con una de las puertas a su paso. Ranma se quedó de pie, aturdido. "¿Qué diablos fue eso?". Una desacostumbrada sonrisa emergió a través de su rostro. "No tengo idea, pero espero que vuelva a ocurrir..." Un repentino estrépito empezó a acercarse al dojo. La puerta que aún permanecía en pie saltó fuera de sus rieles, y Soun y Genma irrumpieron, clamando algo sobre la unión de las escuelas. Por segunda vez en cinco minutos, Ranma se estremeció horrorizado, pero era demasiado tarde. Akane saltaba de un lado a otro en la entrada, con sus manos entrelazadas en frente de su garganta. Ranma ensayó una sonrisa tonta y la ofreció, mientras su padre y los suyos daban salida a su júbilo. Entonces Kasumi y Nabiki aparecieron en la entrada, y eso ya fue demasiado. Ranma dio un salto y se quedó pegado al techo. Genma y Soun retrocedieron observando a Ranma. --Baja aquí, muchacho desagradecido --ordenó Genma--. Nosotros no hemos terminado todavía de celebrar. Ranma, patas arriba, agitó la cabeza. --Ná --enfatizó. Soun tomó su turno. --Ahora, Ranma-kun, un verdadero artista marcial encara las ocasiones felices con la misma fortaleza que encara los combates más espantosos. Ranma reiteró su posición. --Me agrada este sitio, y aquí me voy a quedar. Soun y Genma intercambiaron miradas exasperadas. Genma se dirigió una vez más al techo. --Bien, si vas a asumir esa actitud, celebraremos justo aquí, hasta que te decidas a bajar. Puesto de esa forma, la suya no era una buena posición táctica. Ranma pensó con rapidez. "Si pudiera asustarlos para que se fueran... Pero, ¿a qué le pueden temer pápa y el señor Tendo?". Una idea se le ocurrió. --¿Miau? ¿Fsssst? -- amenazó. Genma y Soun se miraron y sacudieron sus cabezas. --Renuncia, chico --sugirió Genma--. Aquí no hay ningún gato, y si hubieras aprendido a hacer el Neko-ken sin necesitar la presencia de uno, ya lo sabría. Ranma hizo un nuevo intento. --¡¿Qué lindo?! Hizo una mueca mientras su audiencia estallaba en risas. "Eso fue un poco tonto... ¡Eh! ¡Una apertura!" Ranma se dejó caer del techo, saltó por sobre la cabeza de su padre, rebotó por encima de las convulsionadas hermanas Tendo y estuvo fuera de la puerta antes de que nadie pudiera detenerlo. Ranma estaba sentado en una roca, frente al estanque, observando al pez sin realmente verlo. Genma y Soun se habían marchado para celebrar en otra parte, y Kasumi y Nabiki se habían retirado para hacer cualquier cosa que hicieran cuando ellas no estaban a la vista. Sintió que alguien se acercaba. "El pez nada lentamente Ranma no se volvió. --Eh, Akane. --Así que... sobre el entrenamiento... --Sí. Estaba pensando en eso... Se volvió a mirarla. Ella estaba parada a un par de metros de distancia, con su gi puesto, observándolo. --¿Por qué? --preguntó. --¿Por qué "por qué"? ¿No estarás intentando cambiar de opinión? ¡Me lo prometiste! Akane avanzó un paso hacia Ranma, apretando sus puños. Ranma levantó una mano en un gesto tan diferente al que usualmente realizaba cuando intentaba calmar a Akane, que ella se detuvo en seco. --No. Ya estoy metido en esto. Y también sé porque me escogiste... después de todo, soy el mejor. Hizo una pausa, sonriendo afectadamente, para ver si ella reaccionaba sobre eso. Ella no lo hizo, pero parecía estar considerándolo. --Te estoy preguntando por qué quieres que te entrenen. Akane rechinó sus dientes. --Shampoo. Ranma estudió de soslayo su mirada. --Sí. Pensé eso. Si fuera tú, empezaría a entrenarme para igualarla. Bien. --Y do-chan --agregó Akane repentinamente. Ranma pareció sorprendido. --¿Eh? --Bueno, cuando usaba ese do-gi encantado, me sentía tan rápida y experimentada. Era como si fuera otra persona. "Y me gustaba más ser esa persona". Si lo que dijo ese viejo monje era verdad, puedo llegar a ser así, si entreno lo suficiente. --¿Quieres ser mejor que yo? ¿Es eso? Akane dejó salir su temperamento. --¿Por qué tiene que ser eso un problema para ti? ¡Todas las veces que he sido mejor que tú, apenas puedes resistirlo! ¡No descansas hasta que eres mejor que yo de nuevo! --Es por eso que soy el mejor. Los ojos y voz de Ranma eran, esta vez, mortalmente serios. Una vez más, su enojo se aplacó en cuanto entendió las implicaciones de lo que él había dicho. --Ranma... El regresó hacia el estanque. --Estaba pensando acerca de cómo podría entrenarte. Nunca he entrenado a nadie, pero creo que puedo hacerlo. Dio un resoplido y continuó. --Puedes estar segura que no te mostraré ni la mitad de las locuras que papá me enseñó. --Me alegra saberlo --la voz de Akane era bastante seca. --Sí. Podemos olvidarnos del agujero con ga... ga..., eh, felinos... Ya has estado en Jusenkyo... Y no voy a encadenar una bola de acero a tu tobillo. --se volvió para enfrentarla--. Vamos a ver. Eres casi tan fuerte como un buey y casi igual de bonita... Se detuvo para ver si respondía a eso con un golpe, pero ella apenas frunció el ceño con impaciencia, así que continuó. --Pegas como una bola de demolición cuando conectas, así que no necesitas trabajar mucho en tu fuerza. Pero eres demasiado lenta, demasiado torpe. Pasas demasiado tiempo en tierra, tu defensa está llena de agujeros, y podrías ser un poco más dura. Akane se agachó y miró fijamente sus pies, devastada. "Tiene toda la razón. Cada palabra que ha dicho es cierta. Nunca seré buena". Ella no advirtió que Ranma retrocedía violentamente y se daba un puñetazo en la cabeza. No advirtió como brincaba fuera de la piedra, dudando por un momento. No advirtió la vacilación en su mano... Ella no advirtió cuando él le dio un cachetazo. No fue una palmada muy fuerte, apenas dolió, y tampoco enrojeció su mejilla. Pero volvió su mundo de revés. Levantó su cabeza, y vio el pesar y la vergüenza en el rostro de él. --Ranma --susurró ella--. Tú... me golpeaste. Tú... NUNCA me habías golpeado. --Lo siento, Akane --empezó a decir Ranma--. Tenía que ver si podía ser capaz de... De pronto advirtió la alegre sonrisa y se detuvo, retrocediendo. "¡¿Ella está feliz!?" --¡Oh, Ranma! ¡Nunca pensé que me tomarías en serio! Tú nunca practicas conmigo, y siempre dices que no golpeas a las chicas, y... --¡Eh! ¡Epa! --...ahora cuando Shampoo te agarre podrás derribarla, y... --¡¡AKANE!! Ella se detuvo. --¿Sí? Ranma tembló un poco, entonces continuó. --Mira, no quiero golpearte, no me gusta golpearte, y no voy a golpearte de nuevo... Observó como su expresión feliz desaparecía. "Rayos. Esto ya es demasiado raro.", pensó él. --...¡Esta bien! ¡Esta bien! ¡Te golpearé! Ella esperó, mientras el rostro de Ranma expresaba perplejidad, suspiraba pesadamente, y se sentaba de nuevo en la piedra. --Pero... ¿por qué, Ranma? ¡No puedes entrenarme sin golpearme! --Lo sé. Era eso en lo que estaba pensando. Se veía frustrado. --Papá siempre fue muy claro acerca de no golpear a las chicas, desde cuando puedo recordar. --Pensé que habías golpeado a Ukyo cuando eran niños. --¡Creía que era un chico! --Golpeaste al menos dos veces a Shampoo. --Yo, eh... Estaba un poco fuera de mi después de Jusenkyo. Sí, eso es. ¡Y mira en todos los problemas en que me metí! --Golpeaste a Kodachi... --...¡Con un cerdo! ¡Eso no cuenta! ¡Gané ese encuentro sacándola del ring! --Golpeaste a Rouge... --¡¡ESO FUE UN MASAJE!! --¿Kiima? --¡ARGH! Ranma se veía como si fuera a arrancarse el pelo. --Así que, es simplemente a mí a quien no le pegas. ¿Cómo crees que eso me hace sentir? En este punto, Akane tenía ambos puños adheridos a sus caderas. --¡NO PUEDO RESISTIR VERTE HERIDA! ¡PREFIERO GOLPEARME A MI MISMO ANTES QUE DEJAR QUE NADIE TE GOLPEE! El grito de Ranma hizo eco en el jardín. Pareció simplemente sorprendido por lo que había recién admitido. Akane tuvo que controlar tanto su calor, como el impulso de acusar a Ranma de haber herido sus sentimientos cientos de veces, y habló mientras él estaba todavía fuera de balance. --Me dices que tu padre te enseñó acerca de no golpear a las chicas... Esperó su asentimiento y continuó. --¿No puedes suponer que tal vez esa idea de no golpear a las chicas no sea una más de sus tantas ideas locas? Observó como esta noción golpeaba a Ranma como una tonelada de ladrillos. --Uh... --reaccionó al fin--. ¡Pero mi mamá dice que golpear chicas es poco masculino! Akane entornó sus ojos. --Oh, por favor. Tu madre me agrada, pero no vas a negarme que ella también tiene algunas ideas locas. Ranma cruzó sus brazos con terquedad. --Es sólo que no está bien. Incluso cuando lo he hecho, no me he sentido bien por ello. Akane sonrió. --Lo recitaré por ti, Ranma... --su voz empezó a entonar--. No golpeas a las chicas porque te hace ver mal. Si un hombre pelea con una chica y gana, se ve mal. Si un hombre pelea con una chica y pierde, se ve peor... --de pronto su intensa sonrisa se endureció--. Sabemos la respuesta a eso ¿o no? Su mano se extendió para empujarlo fuera de la roca. ¡Splash! Ranma emergió, balbuceante, y quitando el pelo húmedo de sus ojos. --¿¡Qué clase de respuesta es esa?! Akane cruzó sus brazos. --Ahora te ves como una chica. Ahora no te verás mal si golpeas a una chica. Todos los que sabemos que eres un chico sabremos que me estás entrenando. Ranma salió del estanque y se volvió a sentar encima de la piedra, goteando. Murmuró algo que Akane no alcanzó a escuchar. --¿Qué? Akane se asustó por la mirada atemorizada en los ojos de Ranma, cuando finalmente se encontraron. --¿Y que ocurrirá si cometo un error y realmente te hiero? O incluso... Ranma se detuvo, incapaz de continuar. --Ranma, siempre te he dicho que también soy una artista marcial. Eso significa que he asumido los riesgos porque pienso que valen la pena. Tal como tú lo haces. Ranma suspiró y bajó su vista --Tendo-san seguramente me mataría. --No lo dejaré hacerlo. Ranma suspiró de nuevo, entonces asintió una vez más, decisivamente. --Esta bien. Te golpearé. --Gracias, Ranma. Eso realmente significa mucho para mí. Ranma agitó su cabeza. "Demasiado extraño. Espero que ninguna persona normal haya oído nada de esto". Saltó fuera de la roca y se dirigió al dojo. Akane la siguió. --Um... Supongo que empezaremos con katas. Tu conoces esta. Ranma probó el acabado del liso suelo de madera con un pie y asumió la posición inicial de la "Grúa al Amanecer". Akane apresuradamente la imitó. Así empezaron. Akane observaba a Ranma, pero la otra chica giró alrededor, para que Akane sólo pudiera verla durante los giros, y así pudiera concentrarse en lo que estaba haciendo. Podía escuchar los débiles crujidos del piso bajo sus pies desnudos y los de Ranma, y se dio cuenta de que casi estaban sincronizados. Intento mantenerlos así, y casi perdió el equilibrio. Los pies de Ranma se detuvieron, y ella también. --No lo fuerces --dijo la voz de Ranma detrás de ella--. Eso es lo que te hace torpe. Simplemente haz lo que tienes que hacer, no lo que yo haga. Escuchó los pies de Ranma nuevamente, y supo que había asumido la posición inicial otra vez, y que estaba esperando que ella empezara. Suspiró y recomenzó. Esta vez se sentía mejor. Terminó y se detuvo. --Bien. Supongo que puedes hacer cosas simples, después de todo --dijo Ranma, caminando alrededor de ella. Akane sonrió. Ranma sonrió de un lado de su boca y fue como un relámpago. Los reflejos de Akane reaccionaron y bloquearon, recibió un sólido golpe en el antebrazo, pero logró asestar uno de vuelta en el hombro de Ranma. Ranma saltó lejos y se detuvo, sonriendo ahora de ambos lados y frotando su hombro. Akane miró su mano. "Eso se sintió bien. Sin embargo, no lo bloqueó ni lo evadió". Tanteó su antebrazo. "Eso también se siente bien. Me saldrá un moretón, Pero él lo hizo". Miró a Ranma. Ranma asintió. --Por supuesto yo lo tiré. Tú no eres Ryoga. Ignorando el ceño impaciente de Akane, regresó a medio camino y asumió de nuevo la posición de la "Grúa al Amanecer", esta vez enfrentándola, y de izquierda a derecha. Akane reflejo su posición. Empezaron. Akane intentó mirar el cuerpo entero de Ranma, y casi perdió el control del suyo. Enfocó los ojos de él e intentó dejar simplemente que la kata se desarrollara. "Esto es casi como bailar..." Ranma enrolló teatralmente sus ojos y Akane alejó su mente de esa línea de pensamientos. Terminaron. Ranma asumió la posición del "Erizo Volador". Akane lo miró fijamente, sorprendida, y asumió la posición correspondiente. "Si lo hace correctamente, esto va a doler..." Ranma empezó con un puntapié alto. Akane se agachó lo desvió por encima de ella. El Erizo Volador es una técnica avanzada de defensa, una secuencia de sesenta ataques que debían ser evadidos o bloqueados en una sucesión específica de movimientos defensivos. Akane falló una tercera parte de ellos, y Ranma no estaba conteniéndose lo suficiente como para hacerlos indoloros. Cuando terminaron, estaba jadeando. "Uf, uf, uf, ¡Maravilloso!" Ranma no parecía tan feliz. Miraba sus manos con repulsión, entonces se volvió y rastrilló violentamente su pelo con ellas. --Odio esto --la escuchó decir Akane. --Bien. Si te molesta tanto, déjame pegarte un poco. Ranma la enfrentó con una muy extraña expresión en su rostro. --Sï, sí, creo que sí. ¿El Erizo Volador de nuevo? Akane dejó ver sus dientes. --El Arbol de la Montaña. Ranma gimió y se plantó delante de Akane. Akane había escogido un ejercicio de defensa estática que negaba la fenomenal agilidad de Ranma. Ella sólo debía estar de pie y tomarlo, bloquearlo, pero no evadirlo... y lo hizo, manteniéndose en tierra, hasta que el último puntapié de Akane, la envió volando hacia la pared. Ranma consiguió ponerse de pie, luciendo un juego completo de moretones, y casi se cae de nuevo cuando Akane la abrazó. --Oh Ranma --dijo Akane sobre el hombro de Ranma--, ¡Gracias! ¡Había querido hacer esto desde hace tanto tiempo! Ranma con vacilación levantó sus brazos y dio golpecitos en los hombros de la chica más alta. --Seguro, seguro. No hay problema... "Demasiado, demasiado extraño..." Akane la dejó ir y retrocedió un paso. --¿Te sientes mejor ahora? --Je. Un poco mejor. No me diste con tanta fuerza, amuchachada. --Tu tampoco te esforzaste mucho... O soy más dura de lo que piensas. Ranma miró a la distancia. --Será mejor que así lo seas. Akane sabía que el dolor en los ojos de Ranma era causado más por los moretones que la chica de la trenza le había infligido, que por los que él hubiera recibido. --Me va a tomar un poco de tiempo acostumbrarme. --Sí, sensei. Ranma la miró escrutadoramente, pero no parecía haber un oculto significado. "Huh. A eso si me podré acostumbrar con facilidad." Ranma esperaba fuera del dojo cuando Akane salió a la mañana siguiente. Sus ojos la examinaron con satisfacción, al comprobar que los moretones eran mínimos. --¿Cómo te sientes? --Bien. Sólo un poco adolorida, pero un buen baño se hizo cargo de eso, y mi carrera matutina se encargó de mis articulaciones. --¿La "carrera matutina"? Diablos. Debes pasarla corriendo todo el tiempo, no sólo en la mañana. --No quiero ir a clases bañada en sudor. Al contrario que otros... Ranma se encogió de hombros. --Eres demasiado formal. El entrenamiento es continuo, no sólo en el dojo y usando un gi. --empezó a apurar el paso--. No hay tiempo suficiente para el entrenamiento si lo haces por horarios, debes hacerlo siempre que tengas la oportunidad --ahora ya iban al trote--. Por otro lado, una vez que estés en condición adecuada, podrás correr a este ritmo sin quedar bañada en sudor. Ranma saltó al borde de la cerca. Se detuvo al ver que Akane permanecía en la acera. --Ven acá --dijo con ligereza. Akane puso sus puños en sus caderas. --¡No pienso hacer eso! ¡La gente podrá ver debajo de mi falda! Ranma pareció molesto. --Como si a alguien le interesara... El rugido de los curiosos desmintió su afirmación. Caminó a lo largo del cerco con sus manos en los bolsillos. Akane sonrió afectadamente y siguió en tierra. --Llevaré pantaloncillos de gimnasia o algo así debajo, mañana --dijo cuando ella lo alcanzó. Ranma gruñó. --Lo que sea. No puedes practicar el Arte Marcial de Estilo Libre si estás siempre preocupada por tu falda. --Siempre he practicado el Arte Marcial de Estilo Libre toda mi vida, y nunca he estado preocupada por mi falda --apuntó Akane. --La Escuela Tendo, quizá. Pero si pretendes seguir la Escuela Saotome, vas a empezar a preocuparte por tu falda, lo sé. ¿Por qué creer que uso esto todo el tiempo? Ranma indicó su camisa y pantalones sueltos, y sus zapatillas. --Porque puedo pelear con esto, y debo estar preparado para pelear en cualquier... --¡Nihao! --... momento... Akane esquivó la bicicleta de Shampoo mientras la amazona ejecutaba un triple salto volador con Ranma como red de seguridad. Observó con enojo a Ranma mientras Shampoo se frotaba afectuosamente contra él... "No, eso es mucho más que afectuosamente. Condenada sea." Shampoo parecía tiernamente desilusionada cuando Ranma hizo sus usuales quejas y débiles intentos por liberarse de ella, en lugar de irrumpir con una hemorragia nasal o cualquier otra señal de entusiasmo. Ella volvió su cabeza hacia Ranma sin soltarlo y pestañeó. --Sólo verificaba. Todavía no estas listo... ¿Y que hay de ti? ¿Estás lista para una revancha? ¿O no? Shampoo se volvió hacia Ranma. --¡Lo siento, pero tengo una entrega que hacer! ¡Nos vemos luego! Dejó caer a Ranma, acomodó su ropa, recuperó su bicicleta y salió disparada. --¡Ranma idiota! ¿Por qué no le pegaste? Si le hubieras pegado tan fuerte a ella como a mí... ella... Akane se detuvo. Echó una mirada y observó a sus compañeros que la miraban con curiosidad, escuchando con la boca abierta. Enrojeció. Ranma estaba de pie entonces. --¿¡Estás loca!? ¡Así fue como me metí en este lío con ella en primer lugar! ¡Y no es que ande con un cartel que diga "Favor de abrazar" en chino! ¡No es culpa mía! ¡Ella sólo lo hace! ¡Auch! La muchedumbre perdió interés cuando Akane golpeó a Ranma en la cabeza con su mochila y él no respondió, y se alejó. Akane siguió caminando, enojada. --Dime Akane, ¿que quiso decir Shampoo con eso de "todavía no estas listo"? ¡Auch! ¡Córtala con eso, tonta hipermusculosa! ¡Auch! ¡Maldición! ¡Eso era un cumplido! --Kasumi, necesito preguntarte algo. Kasumi dejó su libro e hizo el gesto para que Akane cerrase la puerta. --¿Qué es, Akane? Akane se acercó y se sentó a su lado. --Esto no está en mi libro, pero podría estar en uno de los tuyos. Continuó mientras miraba sus manos. --Ranma... bueno... a veces parece que casi le gustara que lo golpeara. --Oh, querida --dijo Kasumi--. Espero que no sea masoquista. Eso podría producir algunos... como podría decirlo delicadamente... problemas de conducta. La imaginación de Akane se desbocó por un momento.
--No, no, no, de ninguna manera... --murmuró ella, sacudiendo violentamente su cabeza para expulsar la imagen de su mente. "El es el pervertido. Yo no soy una pervertida. Realmente. No lo soy ¡No lo soy! Oh, no..." Kasumi la miró preocupada. --¿"No" que cosa, Akane? --Um... ¡Nada! ¡No importa...! Si no es un masoquista, entonces... ¿Qué? --Bueno... dices que a veces le gusta golpearse. ¿Cuando, exactamente? --No estoy segura. La primera vez que lo noté fue después de que me golpeó, cuando estábamos practicando. Parecía estar realmente perturbado sobre eso, hasta que le pegué el doble de veces, y entonces pareció sentirse mejor. Pero cuando pienso en eso, ocurre cada vez que estoy enojada con el y lo golpeo. Se queja mucho, pero la mirada en sus ojos... Se detuvo. --Oh. Bueno, eso parece bastante claro. Kasumi se inclinó a su izquierda, tomó un libro del estante y lo hojeó. Dio un suspiro de alivio. --Oh, si. Aquí está. Culpa. --¿Qué? --Culpa --repitió Kasumi--. Si es lo que creo que es, él se siente culpable cuando él te golpea, hasta que lo castigas golpeándolo de vuelta. Es lo mismo que ocurre cuando él hace algo que te hace enfadar. Una vez que lo golpeas, él ya no se siente culpable. Akane digirió esto. --Yiau --dijo finalmente--. Eso encaja, creo. --Bueno. Tendrás que poner cuidado. Después de todo, no quieres que él empiece a pensar en ti como en una figura materna. Eso podría ser causa... de otro completo tipo de problemas. Akane sonrió ante la cara cuidadosamente serena de Kasumi. --Si. Correcto. Claro que sí. Gracias, Kasumi. Se levantó y salió de habitación de su hermana, apenas tambaleándose. Ranma paseaba por el prado de Furinkan, conversando con Ukyo, después de terminar el almuerzo que Akane le había traído y dos okonomiyaki. Akane terminó su merienda y limpió sus palillos. Ranma se sentó de repente. --Eh, Akane. Juguemos un juego. Akane lo observó. Su frente se levantó. --¿Juego? --Seguro. Ranma retrocedió para sentarse a unos tres metros de distancia de Akane. Levantó sus palillos, verticalmente en cada mano. Akane sostuvo vacilante sus palillos de la misma forma. Ranma soltó los suyos y sostuvo sus manos abiertas de nuevo. --Lánzame el que tienes en tu mano derecha. Akane se encogió de hombros y arrojó su palillo hacía él, quien lo recogió diestramente. Lo lanzó de vuelta, dio dos giros en el aire y cayó justo en la mano de ella. --Ahora el izquierdo. Akane lanzó el palillo izquierdo, él lo cogió, hizo una pausa y lo lanzó de vuelta. De nuevo cayó justo en su mano, pero esta vez ella lo dejó caer. Ranma suspiró. Ukyo río. Akane gruño silenciosamente y recogió el palillo. Ranma sostuvo su mano derecha expectante. Akane lanzó, él recibió y lo regresó. Izquierdo, lanzamiento, recogida, regreso. Esta vez Akane lo atrapó. Derecho, lanzamiento, recogida, regreso. Tres vueltas. Izquierdo, lanzamiento, recogida, regreso. 3 vueltas. Entonces Ranma sostuvo ambas manos. Akane lanzó ambos palillos. Chocaron en el aire, pero Ranma los recogió, hizo una pausa, y los lanzó de vuelta. Esta vez no chocaron. Akane cogió uno, y dejó caer el otro. --Rayos, Akane. Este es un juego de niños --la reprochó Ranma. Akane lanzó ambos palillos hacia su cara, pero él los cogió con un barrido de su mano izquierda y los lanzó de vuelta. Akane levantó sus manos automáticamente y cada uno de los palillos dio justo en cada palma. Ella los miró fijamente. "Guau. Desearía poder hacer eso." Miró a Ranma. Ranma levantó sus manos, sonrió y meneó sus dedos. Akane lanzó. Izquierdo, vuelta, derecho, vuelta, ambos, vuelta... "¡Ya lo tengo!" Izquierda, vuelta arriba, derecha, vuelta abajo, ambos... Ranma cogió los palillos y se detuvo. --Bien. Ahora yo los guío y tú me sigues --dijo Ranma. Akane tragó saliva y asintió. Palmoteó sus muslos dos veces y lanzó, de izquierda a derecha. Akane los cogió. Palmoteo, palmoteo, derecha, vuelta, palmoteo, palmoteo, izquierda, vuelta, palmoteo, palmoteo, ambos, vuelta, palmoteo, palmoteo, vuelta-abajo, vuelta... Akane empezó a palmotear sus muslos también, y los palillos volaban de ida y vuelta, entre cada golpe. Otros estudiantes detuvieron sus conversaciones y se volvieron a observar. Ukyo estaba sentada con sus ojos entornados y la boca abierta. Akane los ignoró. Su mundo entero eran los palillos girando en el aire y palmoteando en sus dedos. Los tiros de Ranma estaban haciéndose cada vez más complejos, pero era cada vez más fácil para ella anticipar la forma en que los lanzaría cada vez. De pronto ella comprendió. "¡El me está telegrafiando sus lanzamientos! ¡Y yo los estoy leyendo!" Akane cogió los palillos y se detuvo, y observó maravillada a Ranma. El sonrió y levantó sus manos, y sólo entonces ella se dio cuenta que él también tenía un par de palillos, y que habían estado jugando con CUATRO en los últimos pases. Ella dejó caer sus palillos. --¡Torpe marimacho! --dijo Ranma, pero sus ojos dejaban traslucir orgullo--. No pienses en lo que haces, sólo hazlo. Ukyo aclaró su garganta. --Di, Ran-chan... ¿puedo jugar también? --Seguro --dijo Ranma alegremente--. ¡Pero sin usar espátulas! Ukyo río y se sentó, formando un triángulo con Ranma y Akane. Akane frunció el ceño. "Yo era quien se estaba divirtiendo con Ranma. ¿Por que tenía que meterse ella?". Enfrentó a Ranma, pero él captó su mirada y sólo movió ligeramente su cabeza. Ella concedió. --¿Listas? Ranma sostuvo sus palillos, palmoteó sus muslos dos veces, y lanzó su palillo izquierdo a Ukyo. Ella lo cogió y lo devolvió. Palmoteo, palmoteo, izquierdo a Akane, vuelta. Palmoteo, palmoteo, derecho a Ukyo, vuelta. Palmoteo, palmoteo, derecho a Akane, vuelta. Ambos a Ukyo, ambos a Akane... y Akane tomó el control y le lanzó el izquierdo a Ukyo, vuelta, derecho a Ukyo, vuelta, ambos... Los palillos creaban patrones dentro del triángulo. Ranma insertó un tercer palillo en el juego, y luego un cuarto. Entonces, ambas chicas lanzaron los palillos hacia él al mismo tiempo, él los cogió y se detuvo. Akane pestañeó y miró sus manos. Ukyo echó su cabeza hacia atrás y dio un grito triunfal. El público estalló en aplausos. Ranma sonrió tímidamente y rascó su cabeza con un palillo, entonces advirtió lo que estaba haciendo y rápidamente los soltó. Akane y Ukyo se miraron. Ellas miraron a Ranma. "Más", dijeron sus ojos en coro. Ranma se encogió de hombros, recogió los palillos obedientemente, palmoteó sus muslos, y lanzó... En el camino a casa, Akane tuvo finalmente una oportunidad para preguntar lo que estaba preocupándole desde el almuerzo. --Ranma... ese juego de lanzamientos... --Lo aprendí de un viejo monje cuando era niño. A papá nunca le gustó jugarlo, creo. Decía que era demasiado tonto. --No lo es, creo --dijo Akane--. Lanzar, atrapar, reflejos, control... y te enseña a leer a tu oponente ¿o no? Y... y leer a tus aliados, también. Ranma frunció el ceño. --Que gracioso... Otra vez estás pensando demasiado. Empezó a correr. Akane hizo una mueca. --Honestamente... Ella corrió detrás de él. Ranma saltó desde el suelo al techo del dojo, mirando a Akane, y saltó de vuelta. --Sólo así. Ahora hazlo. Akane consideró la altura del salto. Eran, por lo menos, tres metros, más de dos veces su altura. Agitó su cabeza. --No puedo hacerlo. --Esa no es la respuesta que quiero --resopló Ranma. Saltó de nuevo hacia el tejado y de regreso para dar énfasis--. Yo puedo hacerlo. Ryoga, Mousse y Shampoo pueden hacerlo. ¡Cologne lo hace encima de un bastón! ¡Ukyo puede hacerlo! ¡Diablos! ¡Kodachi lo hace todo el tiempo! ¡Tú también puedes hacerlo! Akane rechinó sus dientes y saltó. No estuvo ni cerca. Ranma agitó su cabeza. --Bueno... ¿que tan alto puedes saltar? --preguntó. Saltó al tope de la roca al lado del estaque y al suelo. --¿Algo así? --No seas tonto --dijo Akane. Ella corrió por el cerco alrededor de la caja del abono y saltó hasta el tope, resbalando un poco sobre los azulejos. Ranma aplaudió con sarcasmo. Ella lo miró con furia y saltó al suelo. Ranma saltó de nuevo al techo del dojo. --Ven acá. Ella suspiró, saltó de nuevo, y de nuevo quedó corta. Ranma se asomó por el borde. --Ajá. Ya veo cuál es tu problema. --¿Qué? --preguntó Akane agitadamente. --Necesitas perder unos cinco kilos. No... al menos diez... --¡¡¡RANMA!!! El grito aún hacía eco cuando Akane aterrizó en el techo al lado de Ranma y atacó. Ranma esquivó el tiro. --No te vayas a caer, Akane --dijo alegremente, apuntando abajo. Akane se quedo helada. --Estoy en el techo ¿Cómo llegué hasta acá? Ranma parecía un poco hastiado. --Bueno... ¿cómo crees que llegaste al techo, tonta? Saltó hacia abajo. --Ven acá. Akane tragó saliva y saltó. Ranma la atrapó. --Si lo haces así te vas a herir los tobillos --le dijo, dejándola en el suelo--. Vamos a trabajar en los aterrizajes. Olvidé que es más fácil subir que bajar. Se veía más avergonzado por su olvido que por el contacto corporal. Akane de nuevo observó el tejado. --¿Cómo pude...? Ranma suspiró. --Mira, si te vas a poner sólo a pensar en lo que haces, piensa en cómo te sentías cuando saltaste al techo. Te enfadaste, sentiste la furia, saltaste y lo hiciste, ¿correcto? Akane asintió. --Sólo debes sentir el poder sin tener que estar enfadada todo el tiempo. ¿Quieres intentarlo de nuevo o tengo que hacerte enojar otra vez? Akane lo favoreció con una mirada austera, miró hacia arriba, trató de sentir el ki, y saltó. Aterrizó en el tejado. Ranma aterrizó a su lado. --¿Lo ves? --dijo--. No hay problema. ¿Estás lista para bajar? Akane miró hacia abajo. --Una vez más, creo... --le dijo a Ranma. "Además, así conseguiré que me sostengas." Ranma la sostuvo en sus brazos y saltó abajo. Akane disfrutó el viaje, pero terminó demasiado pronto. Ranma la dejó en el suelo. Ella saltó de nuevo y volvió a lograrlo. --Es cada vez más fácil, ¿cierto? --dijo Ranma cuando llegó a su lado. Akane saltó hacia abajo. --¡Uuuf! Revisó sus tobillos, pero parecían estar ilesos. Observó cuidadosamente el suave aterrizaje de Ranma. Ranma se encogió de hombros. --Sólo salta de arriba abajo hasta que te canses --le dijo--. Entonces vamos a intentar algo un poco más interesante. Olfateó el aire. --Mientras lo haces, voy a ir a ver a Kasumi. Creo que justo ahora está sacando las galletas del horno. ¡Eh! ¡Vuelve aquí! ¡Necesitas vigilar tu peso! ¿Recuerdas? Ranma observo el pote de nueces en la mesa y gritó: --¡Entrenamiento especial! Sus manos se lanzaron hacia el cuenco. Las nueces rebotaron en la nariz de Akane y su barbilla antes de que comprendiera qué estaba ocurriendo, pero logró comer la tercera. Entonces cogió el cuarto y le dio un golpecito hacia la boca de Ranma. Ranma sonrió ruidosamente y recogió el paso. Akane estaba empezando a conseguir el ritmo, hasta que Ranma le hizo una cara mientras masticaba. Se río en el momento equivocado, se atragantó con un maní a medio masticar, y se puso colorada. Ranma esperó que dejara de hacer ruidos raros e inspeccionó las nueces esparcidas por el suelo detrás de Akane y meneó la cabeza. --Que desperdicio de comida --dijo fúnebremente. Akane empezó a reír de nuevo y lo abrazó. --¡Oh, Ranma-kun! ¡Tienes visitas! Ranma se separó de Akane, esperando que ella se quejase... "Nop. Maldición". Se volvió hacia las puertas del dojo y la voz de Kasumi, y su mandíbula cayó. Shampoo estaba en su traje de combate y una sonrisa callada. Ukyo usaba su traje de cocinera y su sonrisa más atractiva. Ambas tenía sus manos extendidas formalmente delante de ellas. Kasumi vestía un nuevo gi inmaculado, y tenía una mano en el hombro de cada muchacha. --Escuchamos que estabas aceptando estudiantes --dijo Kasumi traviesamente. --¿Qu...? ¿Dónde escucharon eso? Todas apuntaron a su izquierda, donde Nabiki contaba un paquete de facturas. Akane avanzó hacia su hermana, con los brazos crispados a sus lados. --¡Nabiki! Una voz surgió a través de las puertas del dojo. --¡O-jo-jo-jo-jo! ¡Ranma-sama! ¡Estoy aquí para mi lección! Ranma miró desesperadamente alrededor del dojo. Sus ojos, los ojos de un animal atrapado, volaron hacia el balde de agua. ¡Splash! --¡Aiya! --¡Oh, querido! --¡Ratas!
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Domando al caballo |